Diecinueve

1.6K 219 238
                                    

El beso aumentó de intensidad con las dos calientes bocas intentando dominar a la otra. Las ya no tan delicadas mordidas comenzaban a hinchar los labios del contrario, incluso solo se separaron para tomar algo de aire sin despegarse del todo.

El calor comenzaba a volverse ligeramente asfixiante, junto a el exceso de ropa en ambos, en un rápido movimiento, Feng Xin le cargó al mismo tiempo que Mu Qing daba un ligero salto enrollando sus piernas alrededor de su cadera, así el pelinegro pudo cargarlo de mejor manera, sosteniendo su trasero con ambas manos y un poco más de fuerza.

Fueron segundos en lo que sin problema alguno, Feng Xin los llevó hacia su cama, sentándose en la orilla, y separándose ligeramente del platinado para verle.

La imagen de Mu Qing era preciosa, sus ojos brillaban y sus labios estaban hinchados y rojizos, incluso su labio inferior parecía no tardar en empezar a sangrar, Feng Xin delineaba los labios del platinado con su pulgar, intentando calmar sus latidos.

Mu Qing era un mar de emociones, estaba tan confundido que ni siquiera sabía que decir, por un lado, quería separarse del ojiverde y golpearlo en el proceso, y por otro, solo quería besarlo de nuevo y no separarse nunca, recién había escuchado su confesión y aquello no hacía más que confundirlo.

"Mu Qing" -Feng Xin habló con cierta dificultad mientras le veía a los ojos, este pudo notar que se estaba conteniendo por el fuerte agarre que ejercía en su cadera, tanto que estaba seguro que tendría moretones en este lugar al otro día-. "¿Quieres continuar? No voy a detenerme si seguimos"

El platinado desvió la vista, su corazón latía acelerado mientras lo pensaba, ¿Debían de continuar? Las cosas cambiarían por completo entre ambos, no es como si tuvieran la mejor relación, pero al menos ya toleraban más. Perderían todo el progreso que tenían si continuaban ¿Eso era lo que quería?

Elevó la vista de nuevo, notando la esperanzada mirada de cachorro que el otro le daba y tuvó que ahogar un suspiro para no avergonzarse más.

En realidad no necesitaba pensarlo tanto, lo quería a él, lo supo desde hace más de ochocientos años, y ahora que estaban ahí, no debería pensarlo demasiado, no lo admitiría en voz alta, ni siquiera ahora que estaba sobre sus piernas con la mirada expectante del dios marcial debajo de él. Feng Xin ya podía sentir el rechazo del otro, incluso que si había continuado su beso fue solamente por la adrenalina del momento.

El precioso platinado notó que el ceño del otro comenzaba a fruncirse y que parecía comenzar a arrepentirse de la situación.

Fue su turno de acercarse, enrollando sus brazos alrededor de su cuello e iniciando el beso esta vez.

Un lento beso donde Feng Xin sonrió antes de levantarlo y tirarlo al centro de la cama con una pícara sonrisa en su rostro.

A pesar de la creciente exitación en ambos, e incluso la mezcla de emociones, Mu Qing pudo notar algo, el mayor se veía emocionado, incluso feliz, y él temblaba porque no habían establecido nada realmente y no quería que las cosas terminaran mal para ambos.

Feng Xin se acercó tomando su cintura y apegándolo a él antes de volver a besarlo y colocarlo sobre él, se conocían lo suficiente, además de que podían sentirlo, los dos estaban nerviosos, como si aquello era algo que esperaban que pasara desde hace mucho tiempo, pero ahora que se encuentran ahí, ninguno quería arruinarlo.

Aunque fue Mu Qing quien tomó la iniciativa.

Su largo cabello suelto llegaba hasta su cadera, y la pura imagen de este hizo suspirar pesadamente a Feng Xin.

Y antes de que el pelinegro pudiera decir algo, Mu Qing se acercó besándole tan lento que Feng Xin pudo sentir como comenzaba a ponerse duro con tan solo aquello, en cuando el platinado lo sintió, se empujó ligeramente sobre este, restregando su trasero en el miembro del otro. Feng Xin gruñó en respuesta, sintiendo como la húmeda boca del platinado bajaba a su cuello y comenzaba a morder sin cuidado este.

TE ODIO (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora