Dos

2.7K 432 443
                                    

Shi Qing Xuan no hizo preguntas, sin embargo, la curiosidad lo comía por dentro, moría de ganas por preguntar a que iban, y porqué no le preguntó a Xie Lian que lo acompañara, en fin y al cabo, era una especie de consorte en la Ciudad Fantasma.

A decir verdad, a Mu Qing le avergonzaba preguntarle a Xie Lian.

Como podría llegar y decirle, "Xie Lian, tengo una duda, ¿La fallecida y ahora fantasma esposa de Feng Xin se parece a mi?" No, simplemente no podía hacer eso, además, conociendo lo distraído que llegaba a ser este, probablemente no se había fijado en esos detalles.

Caminaba junto a Qing Xuan en silencio, ya había notado lo ansioso que se veía, al final, lo había arrastrado con él al único lugar donde probablemente podrían morir pronto.

"¿Quieres saber a que quiero ir?"

"Por favor, ya hice más de veinte teorías en mi cabeza"

"Te diré" -Lo miró de reojo notando un ligero brillo en los ojos del otro mientras caminaban casi llegando a las puertas de la ciudad-. "Pero debes prometerme no decirle a nadie" -La sonrisa de Shi Qing Xuan creció-.

No muy lejos de donde estaban, un contrariado Feng Xin tocaba las puertas del monasterio de Puji, sostenía con una pequeña caja de bambú, con cuatro bollos al vapor dentro de esta, y miraba el piso, distraído, ni siquiera se dio cuenta cuando el castaño abrió la puerta hasta que escuchó como aclaraban la garganta frente a él.

"¿Estás ocupado? ¿Tienes tiempo para hablar?" -Xie Lian asintió dejándole pasar y cerrando la puerta tras él, Hua Cheng lo miró de abajo hacia arriba, y después de poner su ojo en blanco, suspiró poniéndose de pie, y robándole un corto beso en los labios al castaño antes de salir por la puerta principal-.

"¿Qué ocurre? Te ves algo alterado ¿Necesitas ayuda con algo, Feng Xin?" -El lindo príncipe heredero de Xian Le puso a calentar algo de agua para el té, sentándose después frente a él, por el rostro serio del pelinegro, parecía tener problemas-.

"Toma, te traje bollos, pensaba quedarme a comer contigo, si no tienes problema, alteza" -Xie Lian sonrió tomando la caja de bambú y examinando los bollos mientras los llevaba a la cocina, volviendo minutos después con la tetera que San Lang recién le había regalado, preciosa a decir verdad, era de jade completamente blanco, Feng Xin se quedó unos segundos admirando esta, mientras el otro servía un poco de té en dos cuencos distintos, recién había notado que solo tenía dos iguales, Xie Lian usaba esos dos para él y Hua Cheng, y cómo el pelinegro lo supuso, prefirió tomar el que parecía diferente, Feng Xin le dio un largo trago al té terminando este, mientras Xie Lian colocaba delicadamente el cuenco sobre sus labios-. "Creo que tengo sentimientos encontrados por Mu Qing"

"¿Qué quieres decir con sentimientos encontrados?" -El castaño lo miraba con ligera curiosidad, él en realidad sabía a que se refería, era algo obvio, el mismo Hua Cheng que apenas los soportaba le había comentado al respecto, aunque lo que el había dicho era "Esos dos idiotas se gustan desde la primera vez que los vi, después de ochocientos años siguen en lo mismo, de los dos no se hace uno" entendía el punto, era prácticamente lo mismo, pero Xie Lian prefirió a que Feng Xin continuara hablando a decir algo-.

"No lo sé, es... él... y bueno yo... -Justo estaba por continuar hablando cuando frunció el ceño y se puso de pie de golpe, Xie Lian lo conocía perfectamente, algo había pasado-. "Su altez-"

"Ge Ge, será mejor que vayamos a Ciudad Fantasma ahora, el idiota este también debería de venir" -Hua Cheng entró cerrando la puerta y sacando sus dos dados mirando a ambos, Xie Lian miró de reojo a Feng Xin, que ni se inmutó al escuchar al demonio supremo con el que vivía su alteza-.

TE ODIO (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora