TE ODIO (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠)

Dieciocho

Después de volar sobre sus espadas, llegaron a la ciudad que se encontraba bajo el cuidado de la secta QingheNie. El líder de esta, encabezaba al grupo con su abanico cubriendo su rostro pero con una ligera expresión de gusto en este.

Si tenían que ser honestos, el inicio del festival de otoño  en este mundo los sorprendió ligeramente, era uno de los más lindos que los dioses marciales habían visto.

Los juegos iniciaron al igual que la venta de comida al mismo tiempo que el sol comenzaba a ocultarse y las linternas rojas a encenderse en cada puesto.

Shen Qingqiu conversaba con Xie Lian, al parecer estos dos se llevaron bien después de la primera vez que hablaron, el maestro dedujo que era un inmortal casi enseguida, así que como solía ser bastante curioso, preguntó al respecto,  Xie Lian que desde que llegó y todo era diferente, le contó al respecto con una ligera sonrisa tranquila en el rostro.

Wei Wuxian aparecía derrepente conversando con ambos, y contándole algo a Xie Lian con respecto a Shen Qingqiu provocando que este se sonrojara o al menos le golpeara con el abanico, incluso Nie Huaisang había hablado con ellos, tanto él como Shen Qingqiu examinaron sus respectivos abanicos, y después el del otro.

Aunque no supo como, el príncipe heredero también terminó con uno en sus manos, no pudo negarse cuando Shen Qingqiu lo examinó y examinó el lugar donde los vendían, y tampoco cuando Huaisang ayudó al ojiverde a darle uno. 

Xie Lian tampoco supo en que momento Hua Cheng terminó conversando con Lan Wangji y Luo Binghe, pero le alegró ver que podía llevarse bien con alguien más, incluso el rey demonio helado, cuando Shang Qinghua no se acercaba a enseñarle algo que había conseguido, caminaba junto a ellos, revisando que el torpe cultivador no se metiera en problemas, pero incluso hablando cuando los otros hacían algún comentario.

Shang Qinghua se la había pasado jugando con Wei Wuxian, los dos sorprendidos por su habilidad en juegos prácticos, el más bajo no se quejó cuando el ex patriarca de Yiling notó a los juniors y tuvieron que dejar el juego a la mitad, decidiendo asustarlos con un Shang Qinghua negándose, pero al final ayudándole sosteniendo las banderillas que habían comprado anteriormente.

Liu Qingge se entretuvo hablando con Nie Huaisang después de su corta conversación con Jiang Cheng, ya que el líder de la secta GusuLan, se llevó al ojivioleta en cuanto vio una oportunidad, y para sorpresa de Liu Qingge, Jiang Cheng no se opuso o intentó golpear al primer jade. Aquello era bueno, al líder de la cumbre Bai Zhan le alegró ver que la expresión triste que tenía cuando se reencontraron, había desaparecido, con su clásico ceño fruncido y los brazos cruzados, gruñendo derrepente o rodando los ojos. 

Mu Qing que también había notado eso, sonrió ligeramente, aquella sonrisa solo duró unos segundos, así que nadie notó esta, sonrió porque esa era la primera vez que veía la compañía de Xichen parecía ser lo único que el ojivioleta necesitaba en ese momento, así que volvió a lo que hacía, él y Feng Xin se encontraban sentados frente a una mesita de madera pintando una linterna.

Solo que la imagen del otro dios marcial frente a él lo desconcentró enseguida.

El platinado no pudo evitar ignorar lo que ocurría a su alrededor cuando Feng Xin veía la linterna de papel con el ceño fruncido y gruñía ligeramente al pasar el delicado pincel por esta, Mu Qing ya había pintado su parte, no tenía problema con ese tipo de cosas, siempre fue bueno para todo tipo de manualidades, así que no tuvo problema alguno, pero el otro dios marcial que era mejor con los golpes que con otra cosa, parecía tener bastantes dificultades con el objeto. 

"¿Si puedes o lo tendré que haces yo?"

"Cállate" -Feng Xin gruñó, y se rindió sin mirarle, empujando hacia él el objeto, el platinado rodó los ojos tomando delicadamente la linterna sin tocar la pintura fresca antes de recibir el pincel-. "Ni siquiera sé porqué acepté pintar una linterna contigo"