Dormí hasta hartarme esa vez. No tenía ningún motivo para madrugar en realidad. Me desperté, abrí los ojos y miré directamente al techo como era mi costumbre. Claramente se sentía diferente. Para comenzar ésta no era mi casa, y sabía bien que no era tampoco un sitio al que hubiera llegado por mi propia voluntad.
- Madre mía, que imaginación.
Casi como un destello repentino de mi memoria, el "rostro" de Fargan vino a mi. Más bien su antifaz. << Que ya no te golpeen, estás quedando loco>>
Me quedé ahí quieto por unos minutos más antes de sentarme a la orilla de la cama. No podía escuchar ninguna clase de movimiento en la casa.
Tomé aire profundamente, que salió como un pesado suspiro pocos segundos después. Me levanté de la cama y salí de la habitación directo a la cocina. Sentí una especie de DejaVu, salvo que todo era diferente. Parece que aun en una situación de alto estrés no cambiaba mi rutina.
Era bastante extraño. En la superficie, estaba reacio, molesto y confundido. Me sentía a la defensiva con todo ésto, ¿y como no estarlo? Nada parecía tener sentido a decir verdad. La forma en la que Samuel me trajo aquí, los aparatos que me ha puesto en el cuerpo. Todo se siente como si fuera alguna especie de broma de mal gusto.
Nunca había actuado de ésta manera. Hemos sido muy cercanos desde hace ya algún tiempo y creo que es eso lo que no me deja verlo del todo como una mala persona. Pero lo siento tan desconectado. Ni siquiera me da la intención de preguntarle que es lo que tiene en la mente por que dudo mucho que llegue a responderme.
La luz que entraba por las ventanas de la cocina era agradable. El sol de mañana daba una muy cálida sensación. Mientras más pensaba en ésto, más triste me hacía sentir. <<Todo se siente tan agradable>>, pero no es más que una mentira inventada por alguien que está haciendo algo realmente malo.
Sobre la isla central, pude notar un plato cubierto con aluminio. Me acerqué por mera curiosidad rodeando la barra, divisé una pequeña nota adherente con mi nombre escrito y otro texto. "Buen provecho, Rubius <3 "
Hice el papel a un lado para descubrir que mi desayuno estaba listo. Nada del otro mundo pero al menos bien completo. Algo de pan, huevo, tocino. Muy americano debo decir, pero no es como que no me gustara. Antes de cualquier cosa, di un par de vueltas por la casa, desde el cuarto de la chimenea al living frente a la puerta principal. No me atreví a bajar al sótano, pero decidí echar un vistazo al resto de la propiedad que estoy seguro no me había mostrado del todo. A la orilla de la cocina había una pequeña puerta con una ventanilla. Cuando entré descubrí un cuarto de lavandería. Nada especial.
La puerta que estaba frente a la de mi habitación no podía abrirse. Estaba asegurada << Aquí debe dormir Vege>> ¿Qué? <<¡Samuel! Aquí debe dormir Samuel.>> Eso creí.
Intenté buscar puntos de fuga, algo que me pudiese ayudar a salir de el sitio, pero no encontré nada útil. Se había encargado muy bien de sellar todo lo posible. Me sentí como una especie de hamster. Una casa linda, grande, cómoda, pero una jaula al final de cuentas.
No pude encontrarlo en ningún sitio. Comí esperando que saliera de aquel cuarto cerrado, incluso lavé lo que quedó de mi desayuno. Esperaba escuchar la puerta abrirse pero eso no pasó.
Volví a dar vueltas por la casa, levantando las pesadas cortinas negras que bloqueaban la luz del sol en el living. La única calle que se veía estaba vacía. No había nadie caminando por aquí. << Ni siquiera ese tipo>> Espera, ¿Qué?. <<¡Hay alguien ahí, en la vereda! >>
- ¡Hey!
Me paré de frente a la ventana, golpeando un par de veces el falso cristal con las manos tratando de llamar su atención. Esto era muy grueso así que el sonido realmente era muy débil.
- ¡Voltea, cabrón!
Mientras más se acercaba pude notar su cabello negro. Alto, pero no más que yo. Tenía una barba corta y un paquete en las manos. Su vista estaba en esta dirección pero no precisamente en mi. Más bien, es como si hubiera visto algo en el jardín.
<<¡Qué tío más idiota! ¿¡Estoy aquí casi bailando, que más quieres?! >>
Me detuve de abrupto cuando levantó su mano en un saludo. Seguía sin verme a mí. Más bien, saludaba a Samuel que recién notaba estaba en el jardín de la casa por fuera, acercándose a la vaya para saludar al tío. << Mierda >>
Ambos se saludaron con naturalidad, parecían viejos amigos desde mi perspectiva. ¿Cuánto tiempo tiene ésta propiedad en manos de Samuel? Está no era la casa que yo conocía. No estábamos en la ciudad siquiera. Me comencé a llenar de preguntas una vez más, pero no duraron demasiado. Mi mente se distrajo a los pocos segundos.
<< ¡Joder! ¡El sujeto entro al jardín de la casa!>>
Cómo una especie de cachorro ansioso, me separé de la ventana para correr a la puerta del living. Podía escuchar sus pasos andar muy cerca. Estaban al frente de la puerta. Casi pude sentir la mano de Samuel en la manija al girarla y abrir. <<¡Es ahora o nunca!>> Me pare justo al frente de la puerta, esperando listo para correr. Pero el suave destello de la luz azul en mi cuello me detuvo. No podría llegar muy lejos <<¡Entonces le pediré ayuda al sujeto! ... No, eso podría ponerlo en riesgo a él>>
Pensé en Fargan una vez más. "Seguirle el juego" decía él.
La puerta se abrió de una vez. Bajé mis brazos de abrupto y me relaje lo más que pude, fingiendo que no había pasado nada en absoluto. Incluso me giré como si caminara de vuelta a la cocina.
- ¡Oh, Samuel! ¿Estuviste fuera todo este tiempo?
<<Eres un pésimo mentiroso, tío>> sentí vergüenza de mi mismo, pero ya no había marcha atrás. Lo mire con una torpe sonrisa, como queriendo ocultar la evidente intención de salir huyendo.
- Rubius. ¿Tomaste tu desayuno? ¿Te gustó?
- Si, gracias.
Mi respuesta fue muy vaga. No podía alejar mi reojo del tipo que había entrado con él. Quería gritarle en la cara "¡Ayudame!" Pero no era una buena idea.
- Ah, es verdad. Que distraído -interrumpió Samuel mi pensamiento con ese tono alegre de siempre - Él es un amigo que vive a un par de kilómetros de acá. Su nombre es Raúl.
- Pero todos me llaman Auron. - se infiltró de golpe a la conversación extendiendo su mano con una amable sonrisa.
- ¿Auron? Es un placer, macho.
Continúe sonriendo lo mejor que pude mientras respondía su saludo. Podía sentir mis labios temblando al igual que mis manos. Mi mirada, estoy seguro pedía auxilio.
- ¿Bueno, bueno, que tal si le mostramos a Rubius lo que trajiste?
- Pues me parece bien.
Ambos siguieron dentro después de cerrar la puerta. Éste tipo, Auron, ni siquiera se fijo en los artefactos que traía encima. No pestañeo ni preguntó nada. ¿Acaso esto es normal por estos rumbos?
Sí él sabe lo que está pasando acá y no dice absolutamente nada, comienzo a tener miedo de lo que haya en esa caja.
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Happy ending / Rubegetta
FanfictionEl amor. ¿Qué sabemos de él realmete? Sam siempre ha estado enamorado, profunda, pasional y violentamente. Siempre viendo por la ventana de sus sentimientos al hombre que irradia luz, que ilumina sus días aunque él no lo sepa. ¿Hasta donde eres capá...