La tarta se acabó pronto. Estaba buena en realidad. Tuve que relajarme mucho para seguir por la corriente sin levantarme a estrangular a Samuel. Al terminar, tomé todo para ir a la cocina, poniendo orden lo mejor que pude.
- Hijo de puta. - murmuré para mí aferrándome al fregadero antes de tomar agua y tirarmela en la cara.
- Creí que ya habíamos hablado de las malas palabras.- Su voz me hizo pegar un brinco.
- Joder tío. Que eres más silencioso que un insecto.
Se acercó y a tomarme por el brazo con firmeza. No estoy seguro de lo que intentaba, pero esta vez me paré lo más derecho que pude, mirándolo fijamente.
- Vamos cabrón, que está me la debes por lo que le has dicho a Auron. No soy ningún loco violento y lo sabes bien.
Ésta vez no dijo nada. Su agarre se alivió poco a poco hasta terminar por soltarme.
- Está bien, Rubius. En esta tienes razón. Pero no quiero que se te haga una costumbre, ¿está bien? Además, quiero que te lleves bien con Raúl. Es buen chico y es de los pocos habitantes que tiene este sitio. Podrían ser amigos.
- Ya tengo amigos, Samuel. Tú los conoces.
No dijo nada, para variar. Pasó su mano por su cabello y me sonrió.
- Ya no los necesitas más. Me tienes a mi.
<< ¿Qué? >> No estaba muy seguro de cuál era exactamente el mensaje. ¿Tenerlo? Exactamente, ¿de que estábamos hablando ahora?
Mi silencio debió alertarlo un poco. Tambien se enderezó y se dispuso a andar de vuelta a la sala a despedir a nuestro momentáneo invitado. Ni siquiera me acerque a ellos. Gracias a lo sucedido y a la historia que le había contado, Auron estaba convencido de que yo era una persona peligrosa. Y con esa fachada de suavidad que recubre a Samuel, era difícil convencerlo de lo contrario. Tendría que estar a solas con él. Tendría que ganarme su confianza. La de ambos. <Tiene que bajar la guardia en algún momento. >>
Todo esto pasaba por mi mente en cuestión de segundos. Mi vista se perdió en la isla de la cocina, vagando de un lado a otro de la superficie encontrando mis respuestas en ella.
- ¿Qué pasa chiqui?
Levanté la mirada para verlo en la barra, apoyado con suavidad. << No quiero verte>>
- Nada. Iré a mi habitación.
Camine con calma, dándole la espalda en cuanto pude. Podía sentir su mirada clavada en mi espalda.
- En serio, tu actitud me está tocando los cojones. ¿Que mierda quieres, Samuel? - Me giré para mirarlo fijo también.
- Creí que ya era obvio a este punto, rubius. - Me sonrió como solía hacer.
Se acercó a mi con suavidad, y sin más me tomó por la cadera para acercarme a él bruscamente. Sin duda era más fuerte que yo. Por supuesto intenté mantenerme firme sin mucho éxito. Acercó su rostro al mío, petrificado y con pánico. Alguna vez recuerdo haber pensado "Que guapo es este tío" o "Si que pone" pero la situacion no era la adecuada.
- ¡Hey, déjate de tonterías, cabrón! - puse mis manos en su pecho para alejarlo, pero, mierda, no estaba funcionando en lo absoluto.
Sin decir una palabra, se acercó más a mí hacia mi cuello. Juntos retrocedimos hasta topar con el muro más cercano donde ya no pude alejarme más. Podía sentir su calor, su aroma, su respiración cerca de mi piel. Podía sentir incluso su pecho llenándose con el aire que inhalaba.
Mi cuerpo estaba rígido, apretaba mis dientes con mucha fuerza. Creo que el podía notar mi respiración también. Soltando apenas una suave risilla entre dientes, se alejo por completo de mi.
En cuanto lo sentí lejos, mi mano bajo buscando desesperada la manija de mi puerta, abriéndola para colarme de inmediato <<Qué mierda...>>
Ahora las teorías del secuestro o chantaje, o lo que sea podían irse directo al caño....
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Happy ending / Rubegetta
FanfictionEl amor. ¿Qué sabemos de él realmete? Sam siempre ha estado enamorado, profunda, pasional y violentamente. Siempre viendo por la ventana de sus sentimientos al hombre que irradia luz, que ilumina sus días aunque él no lo sepa. ¿Hasta donde eres capá...