Con mucho trabajo, Mangel había logrado apenas hacerme reaccionar. La ambulancia arribó y se llevaron a Auron del sitio con urgencia. Escuché a los paramédicos decir que tendría que ir a cirujía.
También atendieron al policía inútil que yacía en el suelo. Después de eso, quitaron los aparatos de mi cuerpo con cautela, para no herirme. Quería volver a la casa, Raspi y Willson seguro estaban por ahí ocultándose, sin embargo no me lo permitieron. Tenía que ir a la estación con ellos y dar mi declaración. Mangel ofreció quedarse para llevarlos a su casa.
La policía se supone que debe ayudar, proteger y servir, pero no conseguía sentirme seguro del todo. Cada palabra que escuchaba era un cuestionamiento. Que relación tenía con Samuel. Desde hace cuánto nos conocíamos. "¿Tienen alguna relación romántica?" Insistieron con esa pregunta un millón de veces.
De alguna manera, parecía que estaban empeñados en hacerlo pasar por un crimen pasional o algo similar. "¿Todos son así, cierto?" Escuché a un policía murmurar de fondo con otro mientras salían de la habitación. Cómo si un evento de está naturaleza estuviese implícito en los homosexuales o algo similar. <<Vete a la mierda>>, pensé de inmediato. Algo así puede pasar en cualquier escenario, y seguro se lo habrían tomado más en serio si no hubiésemos sido dos hombres.
Me interrogaron diciendo "vamos a analizar la información". Fue muy similar al "nosotros te llamamos" de un empleo cualquiera que sabes no te darán. Lo que era realmente serio para ellos era la agresión al policía.
Honestamente, estaba muy disperso en cuanto a mi propia situación. "¿Qué pasará con Auron?" Pregunté al final de mi interrogatorio. Aparentemente, sus lesiones habían sido muy graves. Costillas rotas, una muñeca fracturada, el hombro dislocado y no digamos el rostro. Samuel se había ensañado con él. Había sacado toda su rabia e impotencia. Mientras más pensaba en ello, podía sentir aquel olor a hierro colándose por mi nariz.
Una vez pregunté a qué hospital había sido llevado, me encaminé hacia allá, no sin antes hacer una llamada a Mangel desde la estación de policía. Me pidió esperarlo, y así lo hice. Una vez juntos, emprendimos camino, solo para encontrarnos con que estaba en cirugía.
- No quiero irme de aqui. Quiero verlo cuando salga. - Mire fijamente a Mangel. Estaba dispuesto a negarmelo, pero se detuvo.
- Está bien, Rubiuh. Te traeré algo de comer.
Pensé en rechazarlo, pero no lo dejaría tranquilo si lo hacía. Decidí asentir apenas con una suave sonrisa. Me sentía con la responsabilidad de reconfortarlo. Estaba muy asustado todavía. Creo que más que yo incluso. Quería hacerlo sentir bien. Estaba conmovido por su lealtad hacia mi. Mi Mangel. Mi mejor amigo.
Cuando se marchó, anduve a la sala de espera y tome asiento. Miré el reloj y me sorprendió al notar la hora. Caía la tarde cuando estalló la bomba. Ahora era de madrugada, pero no tenía sueño. Estaba cansado, pero no tenía ganas de dormir. Por mi mente atravesaba el rostro de Samuel una y otra vez. No estaba seguro de si lo extrañaba o no. Más que eso, creo que sentía curiosidad. "¿A dónde huyó?".
Independientemente de sus creencias estúpidas, los policías tenían que encontrarlo. Tenía dos cargos de agresión y uno de intento de homicidio, además de privación de la libertad. Era considerado un mal potencial.
En la TV de la sala de espera, transmitían uno de esos infomerciales de mitad de la noche. Una serie de cuchillos, que supuestamente nunca perdían el filo. No podía oír casi nada por el bajo volumen. Estaba como en trance, prestando atención a cada uno de sus ejemplos. Vegetales, frutas... Carne.
Y entonces recordé las palabras de Samuel. "Incluso si quisiera tomar su vida, es algo que solo yo puedo decidir".
No podía apartar mi vista de la pantalla, imaginando esa carne como mía. Esas manos como suyas, terminando conmigo. ¿Lo haría? Pero, el dijo "te amo" más de una vez. No se supone que el amor funcione así. Se supone que deben cuidarte. Yo quiero eso.
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Happy ending / Rubegetta
FanfictionEl amor. ¿Qué sabemos de él realmete? Sam siempre ha estado enamorado, profunda, pasional y violentamente. Siempre viendo por la ventana de sus sentimientos al hombre que irradia luz, que ilumina sus días aunque él no lo sepa. ¿Hasta donde eres capá...