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"Up until now I had sworn to myself that I'm content with loneliness"



Seúl - El presente


El peliplata se encontraba sentado en su sillón favorito, sentándose cómodamente mientras leía un libro en su despacho. Llevaba puesta una cálida y peluda bata azul marino a cuadros, la cual era su favorita. Afuera los copos de nieve se acumulaban en los marcos de las ventanas, pero adentro la temperatura era agradable, gracias a la calefacción.

Se dispuso a seguir disfrutando de su lectura hasta que fue interrumpido por la puerta abriéndose. Jimin entró con una bandeja de café y galletas con chispas de chocolate para los dos y la colocó sobre el gran escritorio de madera maciza.

Lo único que tenía puesto era una camisa del mayor y unos ajustados bóxers, dejando ver sus atléticas piernas, moldeadas por los años de práctica de la danza y del estricto régimen alimenticio al que estaba acostumbrado.

Bueno, más o menos. Afortunadamente para él su metabolismo era bastante acelerado, por lo que a veces podía permitirse uno que otro capricho de alto valor calórico.

Jimin rodeó el escritorio y fue a sentarse en el regazo del moreno, pegando el trasero a su entrepierna.

—Joonie, hoy no trabajas, deja eso por favor y dame atención a mí —dijo haciendo un puchero y quitándole el libro, colocándolo abierto sobre el escritorio.

—Te estuve dando más que sólo atención hace apenas diez minutos —dijo besando la mejilla del rubio —dos veces.

—Y yo te hubiera dado también si no fueras tan llorón —se burló.

—Ya no tengo tu edad, dame un respiro —rió y se quitó los anteojos.

—Como quieras, abuelo —dijo con una sonrisa juguetona.

—Este abuelo te hace gritar y gemir como nadie más —dijo tomando al rubio de la mandíbula —todos los rincones de tu apartamento y mi casa son testigos —sonrió orgulloso.

—Tienes razón, sólo estaba tratando de provocarte para que me follaras aquí sobre tu escritorio —admitió.

—Déjame comer estas tentadoras galletas que preparaste y luego haremos todo lo que quieras, amor—dijo metiendo una de sus manos bajo la holgada camisa del rubio. Éste suspiró y cerró los ojos, disfrutando del tacto del mayor.

—En nuestra noche de bodas, yo te lo haré primero —soltó de repente. Se levantó y sirvió un poco de café y lo pasó a su prometido. Tomó una galleta y se la llevó a la boca.

—Hecho. Hablando de eso, ¿ya se lo contaste a Taehyung?

Jimin se atragantó momentáneamente con esa galleta —¡Mierda! Lo olvidé —se lamentó y se dio una palmada en la frente.

Le dio unas palmaditas en su espalda —Hey, aún así seguirá siendo el primero en enterarse, aparte de mi familia.

—Estoy un poco preocupado por él. No tiene muchos amigos y cuando me mude... No sé qué pasará con él.

—Seguiremos estando en la misma ciudad, siempre podrán verse —habló con tono suave.

—No será lo mismo. Yo literalmente he estado pendiente de él desde que lo conocí, siendo su vecino, era fácil, pero luego de la boda...

—Es un adulto, se las arreglará. Todos lo hacemos.

—Sabes a lo que me refiero.

—Sí. Y repito. Es un adulto. Tiene las facultades para valerse por sí mismo y tomar decisiones. Estará bien. —lo consoló y acarició suavemente sus muslos. El rubio asintió y apoyó su cabeza en el hombro del más alto, confiando en que tenía razón.

Distimia - Jintae/Taejin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora