20

1.3K 232 70
                                    

"When this night passes, I fear that I'll be left on my own"

Seúl - El presente


Taehyung no había vuelto a adoptar ningún animal como mascota desde el incidente de Minki. Su trágico final le había marcado para siempre. No quería volver a sentir el dolor de perder a una mascota.

Pero sintió la angustia como si fuera suya cuando le sucedió a Seokjin.

El castaño sintió que el mundo se le venía abajo, cuando una semana después del año nuevo, al levantarse temprano en la mañana para alimentarlos, encontró sus dos petauros de azúcar, inmóviles y fríos en sus jaulas, y a Jjangu agonizando en su pequeña cama.

Taehyung se encargó de encender el auto y conducir mientras Seokjin cargaba en sus brazos a su moribundo perrito en el asiento del copiloto. El canino no emitía ningún sonido de dolor, pero apenas respiraba y ya no era capaz de abrir sus negros ojitos.

Entraron con prisa a la clínica veterinaria y Jjangu fue atendido rápidamente. Les hicieron esperar mientras su doctor de siempre lo revisaba. Unos minutos después el hombre mayor los llamó.

—Lamento informarles que ya no hay nada que podamos hacer—admitió apretando los labios —Ha sido un buen chico por mucho tiempo, y con los problemas de salud que ha tenido, ya ha cumplido su trabajo como compañero aquí en la tierra —sonrió con compasión —¿deseas verlo? —preguntó, implicando que sería la despedida.

El labio inferior de Seokjin tembló mientras asentía. Taehyung presionó su agarre en su mano y preguntó si quería que lo acompañara. El castaño negó y el menor lo entendió. Era un momento sólo de ellos dos.

—Estaré aquí cuando salgas —prometió.

Seokjin entró y vio a Jjangu acostado sobre la camilla,  respirando con dificultad. Se sentó junto a él y apoyó su cara sobre el peludo estómago del perro, que subía y bajaba de forma irregular.

—Hola amigo... Sé que aun puedes escucharme —tragó saliva —lamento que no tengamos más tiempo, pero quería decirte que estoy muy feliz de haberte conocido, ¿sabes? Siempre recordaré la primera vez que te vi en esa calle, eras tan pequeñito que cabías entero en mis manos —sonrió nostálgico —fuiste mi único consuelo cuando me separaron de mi primer amor, estuviste ahí cuando me casé y cuando me gradué. Curaste mi corazón roto y secaste mis lágrimas con tus lamidas traviesas, me hiciste olvidar el dolor cuando jugaste conmigo, me llenaste de energía cada vez que regresaba del trabajo e ibas a recibirme... —el rostro del castaño se desfiguró y empezó a sollozar.

Abrazó al can y murmuró entre lágrimas e hipidos —no estoy listo —gimió con voz temblorosa —no estoy listo para dejarte ir —cerró los ojos y se limpió las lágrimas —pero ya es tiempo de que descanses. Gracias. Has sido un gran compañero, el mejor. Nunca te olvidaré, amigo.

Minutos después, el castaño salió con los ojos hinchados y sorbiéndose la nariz a lo que Taehyung alzó las cejas en modo inquisitivo. El castaño sólo asintió y Taehyung se acercó y lo estrechó en sus brazos. Cerró sus ojos mientras el mayor rompía en llanto sobre su hombro.

Un par de horas después, regresaron a la —ahora silenciosa— residencia de Seokjin, y colocó la urna con las cenizas de Jjangu sobre la garganta de la chimenea que se encontraba en la sala.

No había dicho ni una sola palabra desde que salieron de la veterinaria. Se sentó en el sofá y encendió la televisión, sin prestarle atención realmente mientras escuchaba unos bajos ruidos en la cocina. Enseguida Taehyung apareció con un té caliente y se lo pasó. No dijeron nada por unos largos minutos, y el azabache esperó pacientemente a que el mayor terminara su té.

Distimia - Jintae/Taejin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora