17.5

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Apenas llegaron, se deshicieron de sus abrigos, y Seokjin estampó a Taehyung contra la puerta, tomándolo de las muñecas y colocándolas a cada lado de su cabeza, besándolo de forma demandante.

Su lengua se metió dentro de la boca del menor y exploró esa cavidad que ya conocía muy bien. A estas alturas sus lenguas se movían en perfecta sincronización, prácticamente realizando una danza entre sus bocas unidas.

Abandonó unos segundos su boca para pasar sus labios por la filosa mandíbula y la oreja del azabache mientras colocaba una mano en su nuca y la otra en su trasero, dejando un rastro de besos húmedos a lo largo de su cuello a la vez que sentía su cinturón y el botón de su pantalón ser desabrochados por las hábiles manos del menor.

Soltó un jadeo cuando sintió su pulsante erección ser liberada de sus ajustados bóxers y siseó cuando esta fue masturbada por el puño de Taehyung. Éste lo bombeó sin piedad, y soltó un sonido gutural cuando Seokjin colocó su muslo entre sus piernas, para que pudiera frotarse contra él.

—He sido malo, ¿me la harás pagar? —preguntó con la voz ronca.

—No lo dudes ni por un minuto, bebé —contestó.

Tomó en su puño parte del rizado cabello y lo dirigió a la parte de atrás de uno de los sofás, le bajó los pantalones y el bóxer e inclinó el cuerpo del menor sobre el respaldo, haciendo que su trasero respingón quedara a su merced. Éste soltó un jadeo de satisfacción por la fuerza que usó Seokjin para manejarlo.

—¡Dios, sí! —jadeó extasiado cuando el mayor acarició lentamente la tersa piel de sus glúteos antes de sentir la palma de Seokjin estrellarse ruidosamente contra su trasero. Cuando su piel comenzaba a arder y a adquirir un color rosa intenso, el castaño decidió que ya era suficiente.

Tomó la diestra del menor —que la había estado usando silenciosamente para masturbarse mientras era “castigado”— y la puso detrás de su espalda, igual que la izquierda. Usó su bufanda para atarle las manos y luego comenzó a prepararlo. Podía ver cómo el sudor se acumulaba en la nuca del menor, y escuchar los exquisitos gemidos que se le escapaban al rozar cierto punto con sus dedos.

Afortunadamente tenía también lubricantes y preservativos en uno de los cajones de un mueble de la sala de estar, porque era uno de los lugares favoritos de Taehyung para follar. Era un milagro que sus sobrinos no lo hayan descubierto, pero no se pondría a pensar en eso ahora.

Cuando estuvo listo, se enterró en él de una sola estocada, haciendo que el menor arqueara la espalda en respuesta. Seokjin ya sabía que el menor estaba sonriendo y seguramente hasta babeando su sofá del placer que le proporcionaba sentir un poco dolor durante el sexo. Todo un pervertido.

Seokjin colocó su diestra en la cadera del menor y con la izquierda agarró el nudo que sujetaba sus brazos, y se movió de forma inpetuosa, provocando un sonido obsceno de sus pieles húmedas chocando.

Embistió con potencia una y otra vez, azotando su pelvis contra el trasero de Taehyung. Golpeó su próstata sin ningún tipo de misericordia, deleitándose con los increíblemente calientes sonidos que emitía el azabache, quien no paraba de alentar a Seokjin a que lo follara más duro.

Unos minutos más tarde Taehyung se derramó sobre el sofá y una de las manos de Seokjin, quien se apiadó de él y lo ayudó cuando anunció que estaba cerca. Seokjin se vino unos segundos después, sin poder aguantar más la deliciosa presión que ejercía la cálida cavidad del menor sobre su miembro.

Poco después el mayor desató con cuidado los brazos de Taehyung, quien se enderezó con una sonrisa satisfecha y le dio un suave beso en los labios.

Distimia - Jintae/Taejin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora