Sentí que algo me envolvía, un líquido. Quería salir de ahí, escuché algo agrietarse y luego la luz.
Tenía patas cortas, podía ver hasta lo lejos y una cola larga estaba posicionada atrás de mí. Cuando subí mi mirada me encontré con un cocodrilo y sentí la conexión con ella, era mi nueva madre.
Ahora era un cocodrilo. Pero podía recordar mi vida como león, hasta mi muerte.
Mi mamá cocodrilo era hermosa, tenía unos colmillos muy blancos, unos ojos espectaculares y su piel grisácea, un poco más clara que la mía era muy dura. Mi papá era todo un galán en aquel lago, tenía muchos hijos con otros cocodrilos pero éramos muy unidos.
Tenía muchos hermanos y todos éramos muy guapos, pero hay que admitirlo, yo era el mejor. Las luchas eran continúas, pero divertidas y cuando cazaba mi alimento no me sentía tan mal que cuando lo hacía en mi vida como león.
Me gustaba ser un cocodrilo, pero sabía cuál era mi misión: conseguir un alma pura entre los humanos.
Las estrellas me habían dado una oportunidad, ahora todo estaba entre mis patas.
Una noche hablaba con mis amigos cocodrilos, todos nos llamábamos Coco como nombre, ninguno tenía nombre propio en el lago, todos éramos solo Coco.
—¿Has visto a humanos en el lago alguna vez?—le pregunté a uno de mis amigos cocodrilos, él se asustó con mi pregunta sobresaltando a los demás.
—No hables de humanos en mi presencia.
—¿Por qué?—pregunté con curiosidad.
Otro de mis amigos cocodrilos me respondió.
—Los papás de Coco fueron asesinados por humanos—Coco permanecía en silencio mientras que mi otro amigo Coco hablaba—. Los cocodrilos adultos fueron tras los humanos para buscar a sus padres, pero cuando los encontraron era demasiado tarde.
—Les habían quitado su piel, uno de ellos les habían quitado los dientes a mamá Coco y los usaron como collares—Dijo otro amigo Coco.
El coco afectado no decía ni una palabra. Mis amigos Cocos solo se alejaron dejándome con Coco afectado.
—No sabía que te había pasado esto, Coco—le dije con tristeza—. Perdón por preguntar, no quería hacerte recordar malos momentos.
—Solo tenías curiosidad Coco, como cualquiera. Los humanos son extraños y muy llamativos, me encanta verlos a lo lejos. Pero ten presente esto, Coco. Si alguna vez un humano llega a acercarte a ti, huye.
Mi vida como cocodrilo había sido muy larga, hasta que llegó un día oscuro para todos. Habían secuestrado a uno de mis amigos Cocos. Ya todos lo daban por muerto, pero yo no pensaba eso. Esa tarde fui hasta los límites de nuestro lago y encontré el lugar en donde se encontraban los humanos. Coco todavía estaba vivo, así que me acerqué lentamente y traté de que nadie me escuchará. Coco solo me miraba a lo lejos, pero su mirada no decía "ayúdame" sino "sálvate y huye"
No podía dejarlo. Así que llamé la atención de los humanos. Ellos gritaban alarmados por ver mi gran figura. Estaba enojado con ellos pero no les haría daño. Ellos pensaron lo contrario, por consiguiente uno de ellos tomó la barra tan conocida en mi vida como león. Disparó tres veces y me hirió.
—¡El otro huyó! ¡No puede ser!
—Tranquilo, con este nos bastará. Lo venderemos bastante bien, su piel servirá para más que dos pares de botas y unos cinturones.
¿Botas de cocodrilo? ¿Cinturones de cocodrilo? ¿Tan poco valíamos para los humanos?
La luz poco a poco se fue apagando. Sabía lo que pasaba, estaba muriendo y esta vez dolía muchísimo.
La vida de cocodrilo había sido muy buena, pero solo pude ver más que maldad en los humanos.
Cuando la luz finalmente se apagó rápidamente se volvió a encender, eso solo significaba una cosa... Estaba volviendo a nacer, ¿qué sería esta vez?
Recuerden que estos capítulos de vidas pasadas son capítulos cortos :)
¿Les gustan los cocodrilos o les temen? ¿Quién más se recordó de la película COCO en este capítulo jajaja?
Este está para ti Joiseth, espero que te haya gustado leer al Firu como cocodrilo ❤
La próxima dedicación la tomaré al azar de los comentarios :)
Nos leemos el viernes... o tal vez antes 😏🔥
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A los ojos de Firulais
Non-FictionMi nombre es Firulais, o bueno, así me llamó un Chihuahua hace un tiempo mientras compartíamos un bocadillo que habíamos conseguido en la basura, según él en Latinoamérica ustedes los humanos llaman a los perros callejeros como Firulais, ningún perr...