Daene estaba en shock.
Eric estaba en shock.
Zeus estaba en shock.
Hasta yo estaba en shock.
¿Quién rayos era el hombre que sujetaba el brazo de Daene tan fuerte?
El sentido de protección me invadió e instantáneamente di un paso al frente pero Zeus obstruyó mi paso.
—Aún no Firulais, sé inteligente—me dijo.
Así que me llené de paciencia y esperé escuchando y viendo lo que justo estaba pasando frente a nosotros.
—¡¿Qué clase de escena estás formando?! ¡¿Besuqueándote con el personal?!
En los ojos de Daene lo vi.
Dolor.
Esto era lo que hacía a Daene infeliz, su padre.
El humano miró en dirección a nosotros, vio la cesta, pero no hizo ningún ademán para molestarnos, solo seguía viendo con furia a su hija.
—¡¿Interactuando con perros callejeros y pulgosos, también?! Willis me dijo de esto y no le creí. Yo no crié a alguien así. ¿Qué está sucediendo contigo?
—¿Conmigo?—tal vez fui el único que escuchó el susurro de Daene porque nadie le prestó atención.
—Señor Whorton...
—Tu desgraciado, es más que obvio que estás despedido. No quiero verte cerca de mi hija o me aseguraré de ponerte tras las rejas.
—Bueno, ¡ya basta!—Daene explotó y se liberó del agarré opresor de su padre colocándose justo al lado de su amado.
—Daene...
—Tienes razón, tú no criaste a una hija así, porque la verdad es que tú nunca me criaste.
—No digas tonterías.
—¿Que no diga tonterías?—Las lágrimas empezaron a resbalar sobre las mejillas de la humana—. ¿Estuviste ahí en mi recital de ballet a los cinco años? ¿Estuviste algún primer día de clases? ¿Estuviste en mi graduación del colegio? ¿Sabías que fui primera de mi promoción en la universidad? Estudié arquitectura por ti, aunque siempre quise derecho. Pensé que si escogía la carrera que tú querías al menos demostrarías un poco de afecto por mí.
—Daene...
—¿Por qué no te pongo una más fácil? Viendo que no estuviste en ninguno de esos momentos. ¿Sabes mi color favorito? ¿A dónde me gustaría viajar? ¿Cuál es mi comida favorita?
—Esas cosas son estúpidas.
—Si, son tan estúpidas—Daene sonríe amargamente—. ¿Siquiera sabes cuándo es mi cumpleaños?
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A los ojos de Firulais
Non-FictionMi nombre es Firulais, o bueno, así me llamó un Chihuahua hace un tiempo mientras compartíamos un bocadillo que habíamos conseguido en la basura, según él en Latinoamérica ustedes los humanos llaman a los perros callejeros como Firulais, ningún perr...