Chapter 2

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El sol salió dando comienzo a un nuevo día. Había tenido otra pesadilla de nuevo, no hay cosa que odie más que todo lo que está viviendo pero no podía hacer nada, no si quería conservar a todos a salvo.

Se levantó, cambio de ropa, se hizo sus dos bollos en el cabello y como cada mañana, practicaba su mejor sonrisa para mostrar al mundo fuera de su encierro. Salió de su habitación y bajo las escaleras hacia la gran cocina donde encontró a sus tíos.

Tíos: ¡Buenos días, Pucca! - saludaron alegres al ver a su sobrina quien les respondió de igual manera pero sin palabras.

Dom: Ten tu desayuno, cariño.

Pasó la tranquila mañana y llegó la hora de abrir el restaurante. Los clientes llegaban con ilusión de comer sus tan ansiados fideos. Pucca iba y venía de una mesa a otra, llevaba algunas ordenes a domicilio o ayudaba en la cocina. Le encantaba la hora del almuerzo, era hora favorita del día, cuando se llenaba más y habían más cosas que hacer, se distraía.

Las grandes puertas se abrieron y entraron nuevos clientes. Un peculiar ninja de piel oscura y una cicatriz en su rostro junto a sus leales lacayos. Cómo han cambiado las cosas, antes estos hubieran causado un alboroto con su sola presencia pero hace años Tobe se dio cuenta de que no tenía sentido todo eso de ser el villano de la aldea y lo de la venganza inexistente hacia Garu. Ahora vivían en paz con los demás aldeanos, claro que no fue fácil que confiaran en ellos pero todo el trabajo duro valió la pena, ahora cuando entraban al restaurante recibían saludos amigables y eran bienvenidos.

La azabache se acercó a los recién llegados y los dirigió a una mesa.

Tob: Gracias, Pucca. - se había vuelto un caballero también, aunque todavía le costaba algo de trabajo no ser muy frío. Ella le sonrió en respuesta. - "Otra vez esa sonrisa falsa."- casi siempre los atendía ella así que la veía bastante seguido pero nunca supo por que o cuando fue que perdió la sonrisa sincera. Tampoco preguntaba, pensaba que no era de su incumbencia. Volvió a la realidad cuando noto que la chica esperaba con su libreta en mano la orden de los ninjas. - Que sean 20 especiales del día y... - uno de sus subordinados le susurro algo. - Trae 5 con salsa extra y 7 con extra pimienta. - la vio asentir y anotar todo.

Las puertas se abrieron nuevamente y entraron los tres amigos de la infancia de la azabache que se volteo para saludar enérgica. A Tobe no le importaba así que solo iba a seguir en lo suyo pero algo llamó su atención. Pucca tenía una mano en su espalda aún sosteniendo la libreta pero esta estaba rígida y podía percibir un leve temblor mientras saludaba efusiva con la otra. Dirigió su mirada a donde miraba ella y encontró al ninja de coletas con esa expresión de molestia que siempre ponía pero hasta ahora se daba cuenta de que había algo en sus ojos que no era del todo normal.

Simplemente volteo la mirada e hizo como que no vio nada. En asombroso poco tiempo sus órdenes llegaron y como siempre era justo como lo pidieron e igualmente delicioso.

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Ho: Puedes ir a descansar ya, Pucca. - aviso su tío.

Siempre se iba a las 5 pm a tomar su descanso y dar una vuelta para disfrutar el día.

Y de paso escapar.

Dio un "hasta luego" y se retiró sin más demora. Se dirigió al bosque de bambú, le gustaba caminar por ahí o solo sentarse en algún claro escuchando el viento soplar. Hizo esto último esta vez. Tenía las piernas extendidas y los brazos hacia atrás sosteniendola, miraba el cielo despejado e imaginaba cómo sería tener una relación real y sana con Garu, ya que esto que le estaba haciendo le quitaba un poco de ella cada vez que la tomaba.

Escucho unas ramas moverse a lo lejos, supuso que saltando en ellas, y se asustó pensando que se trataba del ninja de coletas que la había encontrado. Rápidamente se escondió en un frondoso arbusto y tapó su boca y nariz para que ni su respiración se escuchase. No supo qué más hacer, si huía corría el riesgo de ser atrapada o de ser vista por alguien, ¿Como explicaría el repentino cambio de roles? Se supone que es ella la que lo persigue, no al revés.

Se escucho a alguien bajar de un salto y caminar tranquilamente por el claro. Empezó a preocuparse cuando esos pasos se escuchaban cada vez más cerca. Se hiperventiló  y con la mirada buscaba alguna ruta de escape pero volvía a lo mismo, no podía huir de él. Sintió el arbusto donde estaba escondida moverse ligeramente, seguro buscándola, tapó su rostro por completo con sus manos y solo espero el toque brusco de siempre.

Ahí estaba, tocó su hombro, pero... ¿Por qué no se sentía bruto y ansioso? Era más bien ¿cálido? Giro su cabeza aún temblorosa y quitando las manos de su cara vio...

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Bien, ya había comido, se fue a casa con sus ninjas, entrenó un rato con ellos como de costumbre y ahora se encontraba solo en el bosque. No es como si tuviera muchas ganas de salir pero le gustaba estar solo a veces. Sin embargo esta vez hubo algo diferente, se encontró con cierta azabache con vestido rojo caminando sola por esos rumbos, le dio curiosidad y la siguió en sumo silencio. No se veía como hace unas horas, estaba muy seria y algo apagada, de lejos la vió llegar a un claro quedándose ahí. Se lo pensó mucho pero al fin decidió acercarse a ella para hablarle, no de algo en especial pero quería al menos saber si podría animarla. No han tenido mucho trato entre sí desde que no es más un villano pero ya no están peleando a muerte como antes, quería ver si podían ser amigos.

No intento no hacer ruido como tratando de anunciarse pero cuando se dio cuenta ya no estaba ahí. ¿Se había escondido o se fue? ¿Por qué? ¿Sabía que era él? No puede ser, estaba seguro de que no había sido visto. De cualquier forma, si sabía que era él, ¿Por qué se escondía así? ¿Le tenía miedo? No tenía sentido, pero no se hiba a hechar para atrás así como así. Buscó a la azabache para ver si seguía ahí y apartando los arbustos la encontró temblorosa ocultando su rostro.

Tob: Pucca... - dijo tranquilo y dando un suave toque en su hombro. Lo miro con ojos sorprendidos.

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Puc: ¿Tobe? - se le escapó decir en un susurro por el pánico y vio como el nombrado se asombraba de escucharla.

Tob: ¿Hablaste? - dijo provocando que la oji negro se apartara y lo mirara sin saber que hacer. - Perdón. No quise asustaste. Solo me acerque para hablarte pero no sabía que habías vuelto a hablar. - ella intento hacerse la desentendida e hizo como si no supiera que estaba diciendo. - Se lo que escuche. No puedes engañarme. ¿Por qué te escondes? - nada, no recibió respuesta. Solo se quedó ahí observándolo con los ojos bien grandes. - ¿No dirás nada? Oye, si no quieres que nadie más sepa que hablaste, puedes confiar en mi, no les diré nada. - ella desvío la mirada sin saber que hacer. Si hablaba no quería que Garu de alguna forma lo supiera. - De acuerdo, ¿Que tal si yo hablo por ahora y cuando te sientas más cómoda hablas también? - le propuso.

Por inercia miro a todas partes buscando alguna señal de peligro (Garu) que pudiera aparecer. No encontró nada así que asintió gustosa. Se sentaron juntos en el claro, guardando sus distancias, y el ninja hablaba y preguntaba cosas que tuvieran que responderse con un si o no. Pero Pucca hacia señas para responder lo más que podía.

Tob: ¿Hace mucho que volviste a hablar? - se lo pensó y al final asintió. - Ya veo. ¿Sabes? Hay algo que quiero preguntarte pero si no quieres responder esta bien. - inclinó la cabeza con curiosidad. - ¿Por qué usas esa máscara?

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Holaaa! Como andan?

Que les pareció??

Ojalá les haya gustado! Díganmelo en los comentarios (≡^∇^≡)

Nos leemos luego 👋😘

Mi bella flor roja {Tobecca} [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora