Esa fue una fiesta corta. No pude evitar pensar al ver el caos que se desató a mi alrededor.
Sin darme ninguna explicación, los Mandos interrumpieron el festejo y dejaron a Madera a cargo del timón para llevarme al camarote de Monet.
Todos se sentaron en la gran mesa que había visto antes y me colocaron en uno de los extremos. La capitana, que se encontraba en el extremo opuesto, fue la primera en hablar.
—¿De dónde sacaste ese collar?— Su cabello lucía gris y apagado.
—¿A qué te referías cuando dijiste que "me encontraste"?
—Responde a mi pregunta— exigió Monet.
—Tú a la mía— respondí con terquedad. Monet podía ser tan encantadora como lo era prepotente.
—Yo la hice primero— decretó.
—Ya te he dicho de dónde lo saqué.
—No— me corrigió ella reclinándose en su asiento y colocando ambos pies sobre la mesa. Rizz la miró de mala manera pero no dijo nada al respecto— me dijiste para qué funcionaba y al parecer esa no era toda la verdad.
—¿Tiene una función?— preguntó Vadhir, curioso.
—Te lo explicaré cuando seas mayor— replicó Monet y Aysel soltó una carcajada cuando el chico se recostó contra el asiento y cruzó los brazos con malhumor.
—Me lo ha dado mi padre— decidí que era más fácil ceder. Algo me decía que Monet no solía perder sus discusiones con los demás muy a menudo— no sabía que podía hacer eso.
—¿Cómo conoces la canción?— continuó Monet.
—Mi padre solía recitarla como un poema durante nuestras lecciones.
—El collar no empezó a brillar hasta que Nerea se unió a tí— agregó Aysel, maravillada. La línea de luz no se había desvanecido y se perdía a través de la madera del casco del Perla Plateada.
—¿Estaba cantando?— pregunté, sorprendida. Aysel asintió. Ni siquiera lo noté.
—Creo que eso reafirma nuestra teoría— dijo la contramestre mirando a la capitana— Nerea no está aquí por casualidad.
—Estoy comenzando a creer que tienen razón— Rizz habló por primera vez— deberíamos seguir la luz.
—¿Qué luz?— preguntó Vadhir, confundido.
Monet, Rizz y yo lo miramos.
—La línea de luz que sale del collar— aclaró la Capitana. Killari, Aysel y Vadhir nos miraron como si estuviéramos locos— ¿No la ven?
—El collar brilla pero no vemos ninguna línea de luz— negó Vadhir— ¿Por qué ustedes sí?
—Es evidente que Nerea y yo tenemos una conexión con el collar— dijo Monet— quizás Rizz puede verla porque es mi sangre.
—Nuestros padres no estarían de acuerdo con esa afirmación— comentó Rizz con una sonrisa triste.
Monet bufó.
—Nuestros padres no me interesan— declaró— eres más mi sangre que todos ellos.
Rizz sonrió y se dirigió hacia mí.
—¿Crees que Aysel y tú podrían llevarnos hasta el sitio que marca el collar?
Como toda respuesta, la contramaestre se dirigió hacia el escritorio de Monet y rebuscó entre los papeles como si ya lo hubiera hecho miles de veces antes. No pasó mucho tiempo hasta que encontró un gran mapa de Gadora y volvió a la mesa para colocarlo en el centro.
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El Despertar | Los 12 Colosos
FantasyHace mucho tiempo atrás los Antiguos cometieron un grave error, un error que cambió a Gadora como la conocían para siempre y que permaneció en secreto hasta el presente. Sin embargo, la verdad al final siempre sale a la luz y nuestros protagonistas...