V E I N T I C I N C O

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ㅡ¿Tienes que hacer algo mañana? Podemos ir a almorzar o algo que tú quieras hacer, falta poco para terminar la serie… ㅡdice mientras juega con mi cabello.

ㅡNo puedo ir a almorzar, sabes que me encantaría, pero debo ir a la cena que te conté el otro día. El inversionista no podía ir a la oficina y con los demás decidimos programar un almuerzo mañana al mediodía. Supongo que serán unas horas, luego salimos o nos quedamos aquí si quieres. ㅡTomo una cucharada del chocolate.

ㅡ¿Realmente debes ir…? ㅡpregunta mientras piensa-. A veces presiento que cosas pueden suceder y no sé si deberías ir… ㅡSe retracta de lo que dice-. Bah, cosas mías.

ㅡSé cuidarme, quédate tranquilo. Te envío la ubicación por mensaje. A las cinco estaré aquí y luego vemos qué hacemos. ¿Si? ㅡLe doy un beso en la mejilla.

ㅡSi tú dices… Hablando en serio, por favor, avísame. Ni siquiera sabes quién es la persona. Por cualquier cosa paso por ti. 

Asiento y nos recostamos un rato en el sofá.

ㅡ¿Un beso para la suerte? ㅡrio y él me lo da.

ㅡRealmente siento cosas por ti Sofía. No quiero perderte.

Acaricio su cara, dándole cortos besos en diferentes partes. ㅡSabes que eso no sucederá...

Juntamos nuestras manos, se acuesta más a mi lado y colocamos nuestras manos en mi cintura. Un rato de descanso no le hace mal a nadie...
 
Tal vez tenga un poco de razón, no tengo ganas de ir, pero en fin, es mi trabajo y debo hacerlo. Me guste o no. Además, nada raro debería suceder, al menos nada de eso está en mis planes.

***

Mi celular suena varias veces, eso me despierta, me levanto lentamente del sofá intentando que Chris no se despierte, duerme como un ángel.
El número que aparece es desconocido, nada perdería atendiendo la llamada, debería hacerlo.

—Hola. ¿Quién habla? —pregunto sentándome en la mesada de mi cocina.

—¿Hija? ¿Eres tú? —Su voz es inconfundible, mis nervios colapsan por un segundo y logro volver a la normalidad, se trata de David. Mi "padre".

La historia es tan larga para contarla… En fin, no quiero saber nada de él, luego de todo.

—Recuerdo haberte dicho en tu casamiento que no quería saber nada de ti y que no me buscarás jamás. Creí haber sido muy clara respecto a eso. —Como olvidar esa escena de aquel día dieciséis años tenía y ya bastante tenía con afrontar la muerte de… para que mi padre después de algunos meses se casara con alguien cercano a mí y que se olvide de ella sin más.

Sí, justo en mi cumpleaños, por eso no lo suelo festejar. La he pasado muy bien así los catorce años restantes. Justo cuando realmente empecé a sentir que las cosas están andando bien sucede esto…

—Me di cuenta que me equivoqué, te hablo en serio. No quiero estar el resto de mi vida así contigo. Te guste o no eres mi hija y no quiero más pleitos. He logrado conseguir tu número y por eso te llamé. Hablé mucho con Carmen y me ayudó a lograr esto, por favor So…

—Además de todo lo que le habías hecho a mi madre, luego te casas con la hermana de mi mejor amiga. ¿Qué padre hace eso? ¿Te piensas que fue fácil para mí? En todos estos años no me llamaste y no te digo nada por eso. Pero en estos catorce años me di cuenta que estoy muy bien así. 
—Con Mia nos conocemos desde mi infancia, su hermana mayor fue como una madre para ella y tuvimos los mismos sentimientos respecto a eso, fue algo que marcó nuestra amistad y desde ese momento hemos hecho todo solas. De mayores nos hemos distanciado un poco y hemos tratado de olvidar el tema. 

—Necesitamos hablar en serio, sé que estás en Nueva York y me encantaría hablar contigo. Te daré el espacio que necesites… Pero cuando estés preparada, llámame. ¿Sí?

Corto la llamada y pienso un poco, escribo en un papel adhesivo su número, tal vez alguna vez… ni siquiera sé que quiero. 
Mis lágrimas caen y sin ruido vuelvo a sentarme en el sofá. Chris me rodea con sus brazos y me limpia una lágrima.

—¿Problemas?

¡Él es el ideal!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora