V E I N T I S É I S

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—Sí… —Comienzo a llorar.

—Puedes contarme… Oí algo y estoy aquí por si necesitas descargarte…

—Por dónde empezar… Cuando tenía quince, yo y mi madre nos enteramos de que mi padre la engañaba a ella con la hermana de Mia, sí, esa Mia. Los rumores llegaron tan rápidos… Con mi mejor amiga nos conocemos desde pequeñas y para ambas, fue un antes y después. Todo se fue a la mierda cuando un día, voy a mi casa, luego de la escuela… Siempre la encontraba a ella cocinando feliz, pero ese día… ese maldito día. No estaba cocinando… estaba tirada en su cama con una caja de píldoras… una sobredosis, dijeron los médicos. Se había suicidado y yo había llegado tarde, nada se podía hacer… 

—Oh… Lo siento…

—Apenas superaba el duelo de mi mamá y los rumores de que mi padre se iba a casar se esparcieron por todo el pueblo, lo peor, es que eran de verdad… Justo el día de mi cumpleaños fue… Odio mis cumpleaños. Desde ahí no hablé con él. Me las logré ingeniar para estudiar y logré estar aquí, sola… ¿Cómo demonios hablar con mi padre sabiendo que fue el causante de la muerte de mi mamá? —Sigo llorando, si ella hubiese conocido a Ethan, jamás hubiese permitido que yo esté con él. Todo sería tan diferente... 

—Ven… ¿Por qué no me lo contaste antes? —Me abraza más fuerte—. Tranquila… Sabes… yo le daría una oportunidad a tu padre, no es sano estar enojado toda la vida, sólo escúchalo, luego tú decides qué hacer. Tal vez te de las respuestas que necesitas… Aprovecha que tienes a tu padre vivo, yo daría todo para volver a estar un rato con ellos.

—Supongo que tienes algo de razón… En fin, si en algún momento llego a ver a mi padre, me gustaría que vengas conmigo. —Tomo su mano—. No te lo conté porque logré superar todo esto, pero sabes… si estoy contándote esto ahora, siéntete importante, solo Mia sabe esto con los mismos detalles de mi pasado...

—Me encantaría acompañarte en esto… Y te agradezco por confiar en mí...

Nos damos un beso y volvemos a acostarnos juntos, seca mis últimas lágrimas, volvemos a lo mismo de antes. Como lo dije, realmente jamás le conté eso a nadie… Realmente confío en Chris…
Bastante por hoy, cierro los ojos y quedo dormida.

***

Dejo todo limpio para luego no estar haciendolo a último momento, Hay una nota pegada en mi refrigerador con un "Si sucede algo llámame, mucha suerte y que todo salga bien. Te amo." De Chris, hace que sonría. Realmente se preocupa por mí… es tan… especial y me genera una sensación muy reconfortante.

Me pongo uno de mis trajes, de color negro, normal  y acomodo mi cabello, hay que estar presentables, debo dar una buena presentación si quiero que todo salga bien. Si cierro este trato, básicamente soluciono mi vida. Además esto viene de meses de un gran trabajo, este es el único que falta que firme, su nombre… John Murphy, interesante nombre, debería de salir todo perfecto.

Tomo las llaves de mi auto y bajo con mi cartera, que está repleta de papeles que se deberían firmar.

Comienzo a ver las calles en mi gps, no conozco mucho esa zona, es muy diferente al resto, no hay mucha gente. Antes que nada, debería buscar un estacionamiento, no quiero más multas.
Encuentro un estacionamiento libre a media cuadra del restaurante, bastante cerca, en esta calle y en algunas a la redonda, hace notar que no es un lugar conocido., pero supongo que es normal, se ve muy bonito por fuera. Camino hacia el lugar, antes de entrar, vuelvo a acomodarme un poco y abro la puerta sonriendo.

Veo a los dos lados, y noto que una persona levanta su mano, sonriente. Las sensaciones que pasaron por mi cuerpo en ese momento fueron incontables. Solo sé que una predominaba, y era el miedo. Mi cara cambió de la sonrisa tranquila al horror de una sola vez, ya me había visto. ¿Qué podía hacer? Correr.

¿Cómo mierda Ethan  ha llegado a este punto? Sé que correr es lo único que puedo hacer, pero esto es imposible al ser tomada bruscamente del brazo. Pienso en gritar, pero coloca su mano en mi boca con algo que no sé que es, hace que me vaya durmiendo de a poco.
Al final de cuentas, estaba yo sola, con alguien que tenía más fuerza que yo y una droga. Mi miedo se va apagando de a poco, como lo hace mi cuerpo. Y no porque sienta tranquilidad, me hubiese encantado que hubiese sido por eso.

Chris tenía razón… Pero ahora estoy aquí, pudiendo hacer poco y nada. ¿Por qué no me quedé en mi casa? ¿Qué podría hacer yo ahora? 

—¿Pensaste que te escaparías de mí? Sabes que eso jamás sucederá…

¡Él es el ideal!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora