CAPITULO 3 Encuentro inesperado

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Durante el tiempo siguiente Aurora fue mejorando en su estado de animo y aunque ya no era tan alegre como antes ya había mejorado bastante

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Durante el tiempo siguiente Aurora fue mejorando en su estado de animo y aunque ya no era tan alegre como antes ya había mejorado bastante.

Había tardado semanas para volver a ver a cada Santo que conocía ya que la mayoría de las veces estos se encontraban en misiones y podían tardar semanas, incluso meses en regresar; como cuando vio al Santo de Acuario que le significo un momento muy especial.

Era de tarde, Aurora permanecía sentada aun lado de las escaleras fuera del templo de Sagitario con rumbo al de Capricornio. Estaba sentada en una de las columnas caídas bajo una serie de arcos que llevaban a un jardín que la muchacha se había encargado de arreglar y que bajo su mano había florecido con un césped verde y flores silvestres que ella misma había traído y plantado con ayuda de Thalía.

La chica se encontraba entretenida mientras hacia una corona de flores que había pensado en regalar a Sasha cuando alguien se paró tras ella tapándole la luz del sol y un aire frio roso sus mejillas; la chica volteo para ver quien era cuando vio de pie tras ella a un apuesto joven con cabellera semi larga de un bello color verde agua que ondeaba delicadamente en el viento veraniego de esos días solo atada con un listón blanco y que dejaba esos mechones que enmarcaban su galante rostro juvenil donde aquellas facciones afiladas y delicadas pero varoniles propias de Rusia se mostraban con esos ojos azules, adolesenciales y cristalinos que coronaban aquella piel blanca y que la miraban con interés y ansias como esperando su respuesta al verlo.

Portaba aquella armadura dorada que relucía con vida reflejando la luz del sol pero que era envuelta en un aura de frio a su alrededor haciéndola brillar como hielo bajo el sol.

- ¡Joven Degel! –el nombre pronunciado por los labios de Aurora hizo que el joven se estremeciera.

- Aurora... - pronuncio en voz baja el joven observando a la chica que de inmediato se levanto dejando de lado lo que estaba haciendo para abrazarlo con inusitada ternura.

Degel sintió aquel abrazo sorprendiéndose por la acción, sin embargo, no quiso reprimir esa agradable sensación que sintió y la alegría de volver a ver a su amiga de la infancia después de años de no verla; Aurora sintió como aquellos fuertes brazos la envolvieron sintiendo aquel cuerpo que aunque despedía cierto frio también sentía aquel calor propio del cuerpo de aquel joven y que entibiaba aquella armadura, sin embargo, lo sintió más grande que la última vez que lo abrazo cuando se despidió el día que se fue, sintió como el joven la abrazaba con fuerza como queriéndole demostrar lo mucho que la extraño apretándola contra el con una ternura casi amorosa y sintiendo aquel fresco aroma invernal que su cabello despedía, al tiempo que Degel hundía su cara en el cuello de la chica aspirando aquel aroma a flores que adornaban su cabello como queriendo grabarlo en su memoria por si nuevamente se tenía que separar de ella por mucho tiempo cosa que hizo cosquillas en la piel de la chica. Aurora volteo a verlo aun abrazada a el sonriendo por aquel gesto de parte del adolescente y allí se dio cuenta de lo mucho que había crecido aquel hombre.

El Lienzo de las rosas: Rosa RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora