CAPITULO 1 Triste adios

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El día amanecía, en el horizonte el sol salía disipando el manto nocturno e iluminando aquellos parajes

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El día amanecía, en el horizonte el sol salía disipando el manto nocturno e iluminando aquellos parajes.

Un hombre entrenaba en el coliseo donde tantos años había entrenado, sus puños dejaban una estela de brillos en el aire cada vez que los agitaba y de su piel gráciles gotas de sudor resbalaban dejando surcos brillantes haciéndolo lucir aun sensual y galante pese a ser un hombre joven y maduro.

Era de notar que aquel ya no era un niño, si no un hombre hecho y derecho de unos 35 años, su cabello castaño coronado por aquella cinta roja que recorría su frente, aquellos ojos azules como zafiros en los que reflejaba aquella madurez que había obtenido a base de vivencias, golpes y perdidas en torno a su vida

-Señor Sisifo el desayuno está listo –

Una joven le llamo, el hombre volteo y la miro asintiendo y yéndose con ella.

El hombre comía sentado a la mesa que, aunque era lujosa él era una persona sencilla y al terminar y ver a las doncellas recoger los utensilios de la mesa su mente se transporto a 3 años atrás cuando aquellas otras dos doncellas le asistían y no pudo evitar dar un profundo suspiro con aire entristecido.

-La estrella del mal brilla por sobre aquel pueblo... es necesario investigar que sucede... aquellas estrellas son parecidas a las que hemos visto con el dios Hades, aunque al mismo tiempo son diferentes –decía el Patriarca dándole instrucciones a unos Santos de plata quienes asintieron acatando las ordenes retirándose.

En ese momento entraba el caballero de Sagitario ataviado con aquella hermosa armadura dorada que destilaba aquella luz que parecía emanar de su interior tal y como un ángel envuelto en gracia divina, vigorosa con la luz del sol; el hombre se arrodillo reverenciando al Patriarca y a la adolescente Sasha que lo miraba a un lado

-Señorita Athena... Santo Patriarca... ¿deseaban verme? –

- Sisifo seas bienvenido... gracias por venir –

- ... - Sisifo agradeció el cumplido de parte del Patriarca en silencio

- ¿Cómo has estado Sisifo? –la pregunta de Sasha sorprendió al Santo y al Patriarca

- Bien señorita... -Sisifo no volteo a verla, manteniendo su mirada fija en el piso cuando de pronto unas manos suaves y pequeñas le tomaron sorpresivamente del rostro haciendo mirar a la dueña de dichas manos

- ¿Seguro que estas bien? –preguntaba amable y preocupada Sasha.

Sentía la tristeza que aquel hombre emanaba rememorando que en esos días se cumplía otro año mas en el que se había quedado solo dejando ir a aquellas dos doncellas 3 años atrás; el hombre la miro sorprendido y hasta sonrojado sintiendo asombro y al mismo tiempo pena. No podía tener secretos para con Athena, suspiro alejando su mirada de la chica con tristeza, sin embargo, tenia que ser fuerte como el caballero que representaba

El Lienzo de las rosas: Rosa RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora