CAPITULO 15. La dama del cementerio

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El sol salía en el horizonte, iluminando con su luz resplandeciente toda Grecia y al Santuario mismo después de aquella noche lluviosa que había limpiado el manto celeste

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El sol salía en el horizonte, iluminando con su luz resplandeciente toda Grecia y al Santuario mismo después de aquella noche lluviosa que había limpiado el manto celeste.

Aurora despertó un tanto cegada por la luz que caía directamente en su cara y moviéndose pesadamente en la cama se giró con lentitud tratando de recordar lo que había sucedido la noche anterior cuando de pronto las imágenes acudieron a su mente despertándola de golpe y sentándose en la cama miro aquella habitación desconocida, tan diferente a la suya en el templo del arquero, miro a su lado sin encontrar a nadie; su mente traía una y otra vez las imágenes del cuerpo, el calor, los gestos... el aroma del cuerpo de Albafika sobre el suyo... los movimientos acalorados, las sensaciones... el dolor y el placer que experimento de su primer coito con aquel virginal y hermoso hombre y no pudo evitar que su rostro se sonrojara en sobremanera al recordar aquellas imágenes cargadas de sensualidad y erotismo.

- Buenos días, veo que ya despertaste -

Aurora volteo sorprendida a ver hacia la puerta de la habitación encontrando a Albafika que sostenía una charola de plata en las manos donde le traía el desayuno

- Bu... buenos días - dijo la chica sonrojada a mas no poder

- Te traje el desayuno... espero que te guste -

- Si gracias - dijo la chica moviéndose un poco sintiendo lo adolorido de su cuerpo por lo que habían hecho

- Comamos - Se acerco el joven a la mesa depositando la charola y acomodando otra silla al momento que se acercaba a la cama para extenderle a Aurora una de sus camisas para que se la pusiera, sin embargo, luego de que la chica se la pusiera para tapar su cuerpo desnudo Albafika la miro atento al ver lo sensual que se veía con su ropa puesta y esa camisa blanca de manga larga, con esos olanes que la adornaban y que tapaba su cuerpo hasta medio muslo lo hizo excitar, sintiendo una oleada de calor que pasaba por su cuerpo.

Aurora lo miro extrañada de verlo tan atento y la mirada que le dedicaba la hizo sonrojar al darse cuenta de cómo el cuerpo del chico había ya reaccionado y su erección ya se asomaba por sobre la ropa de entrenamiento que solía usar el joven.

Albafika se acercó a ella besándola inesperadamente en los labios, explorando aquella cavidad que tanto le había gustado mientras sus lenguas se entrelazaban y saboreaban... El cuerpo de Aurora reacciono ante aquel contacto y la forma en que la besaba aquel hermoso joven y sus brazos se enredaron en el cuello de su ahora amante profundizando el beso y acercando sus cuerpos, solo separándose cuando el oxígeno comenzó a escasear; se miraron uno al otro mientras se dedicaban una sonrisa cómplice, preámbulo de lo que sucedería.

- Albafika... ¿no íbamos a desayunar? -

- Prefiero desayunarte a ti -

La chica se sonrojo aún más ante aquel comentario

El Lienzo de las rosas: Rosa RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora