Si es contigo, mejor

Capítulo 1

I

Es Abril y ya ha pasado semana santa. En el primer día del tercer lapso de 5to año puede sentirse la presión de los últimos tres meses de tu vida en la secundaria. El proyecto, que Sofía y yo lo hemos dejado en su mayoría para última hora, es nuestra mayor preocupación ahora, sin contar la desgraciada preparación para el examen de admisión a la universidad. Yo pienso ir estudiar en la Universidad de Los Andes en Mérida, diseño grafico, mientras que Sofía quiere ir a la Universidad Central de Venezuela en Caracas para estudiar ingeniería. Mi principal problema es mudarme de Maracay a Mérida. No tengo a ningún familiar allá salvo por mi hermana, pero vive alquilada, en cambio Sofía tiene a casi toda su familia en Caracas. Si no me sale un cupo en Mérida, mis padres me han ofrecido pagarme los estudios en Valencia, en la Arturo Michelena.

El ambiente en el liceo es el de siempre, después de las vacaciones todos cuentan lo que hicieron antes de entrar a la primera clase, una buena parte solo se quedo en casa por razones económicas, por el estúpido proyecto de fin de año o simplemente porque no planeo nada.

- ¿Cómo te fue en Cumana? - Me pregunta Sofía

- Igual que siempre: Sexo, drogas y rock n' roll. - contesto riendo de una forma sarcástica.

- Significa que fue aburrido.

- No tienes idea. Solo fuimos de la casa a la playa y de la playa a la casa durante tres días.

- Suena divertido.

- No con mi familia, preferiría haber tenido amigos ahí - digo levantando los hombros - ¿A ti cómo te fue?

- Estuve en mi casa y fui a un par de fiestas, pero nada del otro mundo.

- ¿Nada más?

Tal vez, si hubiera sabido la respuesta, no habría preguntado.

- De hecho... conocí a alguien.

- Oh, oh.- digo con una sonrisa fingida - Ya me vas a dejar solo.

- Ay, cállate. Se llama Miguel y trabaja con mi hermano. Tiene 24, carro y es lindo - dice riendo - Quedamos en salir en estos días.

Es curioso que me diga que conoció a alguien porque, curiosamente, yo también conocí a alguien en la playa. Fue muy fortuito y raro, pero me agradó apenas la vi.

- Que interesante. - comento. No le doy mucha importancia.- ¿Me creerías si te digo que también conocí a alguien en la playa?

A Sofía se le agigantaron los ojos, sin duda no se lo esperaba y no la culpo porque yo tampoco me esperaba conocer a una chica en la playa.

- ¿Se puede saber quién es esa perra? - dice en juego.

- Se llama Laura. Nos conocimos el primer día cuando accidentalmente me pego un pelotazo en la nuca cuando estábamos en el mar. Luego de eso jugamos y me invito a comer en Arturo's esa noche. Se fue en la mañana del día siguiente.

Sofía parecía muy sorprendida. Yo aun trato de creérmelo, pero es la verdad.

- Imagino que quedaste mal cuando se fue. Lástima que no la volverás a ver.

Yo me río de su comentario. Ella aun no sabe todo.

- De hecho,- hago una pausa y veo cómo los ojos le vuelven a crecer - vive en El Limón y me dio su número para que la llamara.

Parece como si le acabara de contar que me trague un calamar vivo. Su cara combina desagrado con sorpresa. Tiene un mal genio cada vez que se trata de una chica regalada y, sin duda, asume que Laura lo es. Pero la verdad es que Laura es tal vez una de las chicas más hermosas y respetuosas que he conocido solo un día. Tiene una larga cabellera de color castaño, unos labios hermosos y ojos café con una piel canela que le combina perfectamente. Mide al menos 1.70, y, si no está mal que lo diga, su cuerpo es hermoso. No está superdotada de trasero y pechos pero su figura es espectacular, mucho más en bikini, sin duda tiene unas piernas hermosas y sus caderas son cómo si de la carretera a Choroní se tratase, creando lo que yo llamo un "equilibrio perfecto".