Capítulo 21

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I

Mis padres estaban igual o más contentos que yo, incluso mi padre destapó una botella de whisky que tenía escondida para la ocasión. Llamé a Patricia para contarle y estaba brincando en una sola pierna de la felicidad. Me dijo que estaría aquí lo más pronto posible para celebrarlo, después de todo ya faltaba menos de una semana para navidad y ya habíamos planificado todo. Sofía no paraba de llorar cuando le conté sólo unos minutos después de conocer los resultados, estaba feliz y yo también y, por un momento, no parecía que hacía unos minutos habíamos hablado de terminar.

Como habíamos acordado, al día siguiente me lancé de cabeza a la casa de Karina por la tarde y los muchachos me estaban esperando. Esa noche Karina y yo nos emborrachamos como nunca, tanto que terminé vomitando, por primera vez desde que bebo alcohol. Su madre nos felicitó y me dió un fuerte abrazo de esos que la caracterizan, Marina y Oriana habían preparado una torta para celebrar, Axel, Julio y Anderson no paraban de cantar temas los temas de Anderson y Alexander y Óscar nos regalaron a cada uno un portafolios enorme con nuestras iniciales.

- Tengo a una amiga estudiando arquitectura y dijo que seguro les van a hacer mucha falta - dijo Alex entregándonos los portafolios.

Esa noche fue muy agradable, e incluso me ayudó a no pensar en Sofía y nuestra ruptura, a pesar de que había sido recién la noche anterior. Cuando le conté a Karina se quedó pasmada y me abrazó muy fuerte, llorando como si hubiera sido a ella a quien le terminaron. Estoy seguro de que cuando terminamos no pareció sufrir tanto como esa noche, probablemente porque ambos estábamos tan borrachos que ya ni sabíamos qué pasaba por nuestras mentes.

- Es... muy... Triste... ¡Tigreeee! - repetía constantemente.

Pero por suerte eso no nos impidió disfrutar el resto de la noche, nuestra noche. Estar con los muchachos de nuevo, pasándola bien y, al fin, sin los nervios del maldito exámen fue perfecto, justo lo que necesitaba.

Esa noche Karina y yo nos quedamos dormidos juntos, sin sexo, sin besos, sin nada más que una gran felicidad en nuestros corazones por haber logrado entrar a la universidad después de tanto esfuerzo que ambos pusimos para que se diera. Lo último en lo que pensé fue en los sentimientos que aún guardo hacia ella, no era mi prioridad pensar en eso, ni en Sofía, ya tendré tiempo para eso luego.

Al día siguiente Patricia llegó de Mérida y nos abrazamos como si no nos hubiéramos visto en años. Durante la cena de esa noche les conté a ella y mis padres lo que había pasado con Sofía y no lo podían creer, pero luego de explicarles que era lo mejor entendieron y no me hicieron demasiadas preguntas al respecto, ya se las podrían hacer a ella cuando volviera de su viaje.

Y así llegó navidad y una semana después estábamos celebrando año nuevo, el nuevo año que se se venía con un montón de experiencias nuevas y con despedidas. Sofía me dijo que ya le habían puesto fecha a su viaje, dos días después de mi cumpleaños en Marzo. También me dijo que volvería el 3 de Enero a la ciudad y que lo primero que quería hacer era verme, y era justo lo que yo también quería hacer.

La noche del 3 de enero fue importante. Sofía se quedó en casa y nos explicó todos sus planes para España. Se quedará con su tía en casa de una amiga en Barcelona y mientras tanto investiga sobre las universidades. También explicó que antes de irse pasará estos meses en Caracas para hacer el papeleo y acostumbrarse a vivir lejos de sus padres. Patricia y ella comenzaron a llorar desconsoladamente mientras se abrazaban y yo no pude evitar contagiarme de las dos.

- ¡Siempre serás mi cuñada favorita! - decía mi hermana fajada en llanto.

- ¡Y tú la mía! - respondía Sofía en el mismo estado.

Si es contigo, mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora