Capítulo 46

1.1K 72 7
                                    

Ignorando el ajetreo que hay fuera, el ruido y el alarmismo del Santuario, me voy a dormir. No es que me importe que los criados se escapen, ni ningún problema que ocurra aquí. Se merecen esto. Además, ¿Quiénes se creen para tener criados o esclavos?
Amanece y me despierto tarde hoy, ya no se oyen gritos ni escándalo. Bajo de la cama, me miro al espejo. Mi pijama es de una pieza de seda, asillas y encaje. No es nada abrigado, más bien es sexy, de color negro. Deja al descubierto la mayor parte de mi piel, y eso es lo que le gusta a Negan, supongo. Me desnudo y me meto en la bañera, no quiero salir hasta dentro de un buen rato. El otro día pillé sales de baño así que ahora las voy a vertir aquí.
El jazz suena en el reproductor y recorre toda la habitación mientras disfruto el agua caliente. Supongo que está bien bañarte en agua con aroma a rosas. Intento no pensar en nada porque si pienso, todo se derrumba. Echo tanto de menos a Glenn...
Suena la puerta y abro los ojos rápidamente. Creo que ya es medio día. No digo nada, espero que no sea Negan.
-Gabrielle- me llama la voz de Sherry- ¿Estás bien? Llevas el día sin salir de tu cuarto.
-Sí- respondo aliviada-.
-Es la hora de almorzar, vamos, Daryl estará buscándote. Negan me ha preguntado por ti.
Salgo y me seco el pelo, me visto con un traje de asillas de lino. Sencillo y básico, sin encajes ni nada en especial.
-¡Gabrielle! ¡Por fín sales de tu habitación!- exclama Negan en cuanto me ve salir al patio-.
-Sí... estuve un rato en la bañera- me aparto el pelo algo húmedo de la cara-.
-Anoche... tuvimos un altercado- miro hacia la valla, pero ya veo todo en su sitio de nuevo- los prisioneros escaparon por una brecha que se abrió. No sé quién o qué habrá sido- sonríe- pero espero averiguarlo- asiento pero trago saliva, está claro que ha sido Daryl- algunos se pelearon con mis salvadores... así que algunos fueron sacrificados- se lame los dientes blancos-.
-Negan- le llama la voz de Simon para preguntarle algo. Va hacia él-.
Me acerco por fín a Daryl, que está mirando la valla de caminantes.
-Acaban de traer el pago de algunos pueblos, incluida Alexandria- me dice sin mirarme-.
-Gracias, funcionó- le digo y asiente- parece que no ha pasado nada malo esta vez.
-Estoy empezando a preguntarme cuándo vendrán a sacarnos de aquí- me dice y trago saliva. Sé que yo no puedo salir, pero no se lo diré para evitar que quiera quedarse conmigo-.
De nuevo en mi cuarto, pongo música y abro una revista. Prefiero estar aquí sola, no quiero ver a nadie. Siento que todo lo que haga ahí fuera es sinsentido o inútil. No hago nada de importancia, no ayudo a nadie. Oigo un ruido en la puerta, como unos leves arañazos, pero el sonido para. Levanto la mirada y examino la puerta, qué raro. Entonces, cuando me fijo, veo un papelito por debajo de la puerta. Me lanzo como una bala a cogerlo y lo leo.
«En el patio trasero. En diez minutos.»
¿Qué coño? Hostia... mierda... ¿Será la familia? ¿Hay alguien de los míos aquí dentro? Me tapo la boca sorprendida. Mierda, estamos a punto. Ya estamos, podemos irnos, puedo irme con Glenn. Dios mío... puedo volver con la familia. Estoy a un paso... Mierda... a tan sólo un paso y sigue siendo inalcanzable. No puedo hacerlo, no puedo volver. Quiero tanto... pero no puedo. Debo mantener a Glenn con vida. Y pensar que podría estar con él antes del final del día. Y pensar que mi vida volvería a tener sentido. Pero no puede.
Salgo de la habitación y bajo las escaleras con cuidado, intentando no encontrarme con nadie. O casi nadie. Camino con normalidad por los pasillos y salgo al patio trasero. Este sitio no lo visita nadie que no sea Negan o sus salvadores al ir en una misión especial. Sus motos negras, brillantes, están ahí aparcadas, y observo en silencio el lugar. Vacío. Unas manos me tapan la boca y me rodean para que no me mueva, desde atrás. Me sobresalto pensando que me han pillado, mierda ¡No! Me meteré en una buena. Pero me giro y veo unos ojos azules. Los grandes ojos azules de Jesús. Abro los ojos como platos y lo abrazo rápidamente. Qué bien sienta encontrar a los míos, caras amigas. Me sonríe mientras me hace el gesto de silencio con el dedo, y veo tras él a otra gran persona. A alguien de mi familia, a alguien que llevaba mucho sin ver. Mis ojos se humedecen levemente cuando abrazo a Carol. Ella va armada con una metralleta al hombro, como siempre, y me sonríe. Me da un beso en la mejilla y respiro hondo. Mi familia está aquí, por nosotros. Para salvarnos. Siempre juntos, siempre unidos. Daryl está detrás de ella. Se le ve muy feliz y concentrado a la vez.
-Vámonos- dice Jesús-.
-Espera- salta Carol- deberíamos ir a El Reino, allí no os buscarán ni de coña. Mirarán en Hilltop y Alexandria.
-¿El Reino? He oído a Negan hablar de ese lugar, ¿Cómo vamos a ir a un pueblo desconocido?- pregunto-.
-Yo vengo de allí, salí un tiempo de Alexandria porque estaba furiosa y mal. Pero tuve un accidente y... me recogieron los de ese lugar. Podemos ir, debemos hacerlo. Es lo mejor- explica Carol firme-.
-Sí, en principio venía yo solo dentro de uno de los camiones de mercancías de Alexandria- comenta Jesús- pero me la encontré al llegar, saliendo de otro de El Reino.
-Pensásteis lo mismo- musito-.
-Vámonos a El Reino entonces- dice Jesús- podemos conocernos también.
-Vamos- exclama Daryl nervioso, pero un hombre gordo con barba sale al patio, frenando al vernos-.
El hombre se ve asustado, no parece de los más malos, pero lo reconozco. Nos estuvo vigilando en el cuarto de tortura los primeros días. Carol le apunta para que no se mueva y Daryl le suelta un gancho. Cae al suelo y veo la rabia en los ojos de mi amigo. Coge una barra metálica del suelo. Antes de que el tío pueda reaccionar, comienza a atizar su cabeza con la barra. No para, sigue y sigue. Daryl está enfadado pero no lo detengo, porque tengo la misma rabia dentro que él. Me tiemblan las manos de furia mientras Jesús nos mira sorprendido. Carol está observando tranquila. Le cojo la barra a Daryl de la mano y se la incrusto en el cráneo al hombre. Se acabó. Seguramente ya estaba muerto, o medio muerto. Nunca lo sabremos, pero no me molesto en sacar la barra de su cabeza. Miro a Jesús con la respiración agitada, Daryl igual junto a mí, y sé que se está imaginando qué hemos podido pasar aquí para hacer esto.
-¡Vámonos de una puta vez!- exclama Daryl salpicado de sangre-.
-La salida está aquí, la he abierto, nadie nos verá huir- dice Jesús-.
-Chicos...- los llamo, pero continúan hablando- chicos... ¡Chicos!- me miran- no puedo ir- digo con la voz rota-.
-¡¿Cómo?! ¿Qué estás diciendo?- exclama Daryl y me agarra fuerte el brazo, lo miro-.
-No puedo, hice un trato. No me había dado cuenta- digo con los ojos húmedos, me cuesta hasta convencerme a mí misma-.
-Gabrielle, no sé qué tonterías estás diciendo, pero puedes escapar del trato por aquí- me dice Jesús-.
-Vamos, Gabrielle- me empuja Carol, y Daryl aprovecha para ayudarla. Me resisto. Sé que ambos se están poniendo nerviosos porque no quieren dejarme aquí-.
-No, chicos- me sale una lágrima- ¡Que no puedo!- exclamo y me zafo- si me escapo, se romperá el trato ¿No entendéis?
Daryl me agarra, desesperado y vuelve a intentar hacerme pasar. Jesús y Carol me empujan y me gritan por favor, que pase.
-¡Gabrielle!- exclaman- ¡Sal por favor! ¡Rápido! ¡Nos van a pillar! ¡Es ahora!
-¡¡Estamos matando a Glenn, joder!!- y se detienen sorprendidos, comienzo a sollozar- lo... lo estamos matando. Si me voy, rompo el trato que lo mantiene con vida, y Negan lo buscará y lo matará- me froto los ojos- tengo que hacerlo- sollozo- por él... es por él. Iros, por favor. Yo estaré bien.
-Gabrielle- Daryl me mira con los ojos llorosos- no puede ser. Vamos fuera... yo... no quiero dejarte sola. Aquí.
-¿Estás diciendo que vas a estar aquí para siempre?- veo con asombro cómo Carol tiembla levemente y se seca una lágrima en la mejilla, intentando mantener la compostura-.
-N-no lo sé...- contesto- por ahora... sí. Iros, corred, yo os cubriré- los empujo por la salida y me miran desde el otro lado de la verja-.
Coloco las manos en éstas, y hacen lo mismo. Nos miramos a los ojos en silencio, las miradas lo dicen todo. Entonces les digo.
-Os quiero, no miréis atrás- intento ofrecerles una media sonrisa pero a Daryl se le escapan ya las lagrimas-.
Se alejan corriendo como pueden y sé que están llorando. Se alejan corriendo, y los observo mientras lloro.

Sempiterno: Después de Negan (Glenn Rhee- The Walking Dead)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora