2. Momento de vulnerabilidad

785 75 49
                                    

"Nadie puede herirme sin mi permiso."

—Gandhi.

🥀

—Servida, señorita Jenner —dice Will amablemente.

En el transcurso en el auto Dakota empezó a conversar un poco con el chófer de nombre Will Adams. En menos de media hora, supo varias cosas importantes sobre su vida, como que tiene veinticinco años, nació en Kansas, pero siempre ha vivido en Boston.

Dakota se baja del auto sonriendo.

—Por favor, Will. No me digas señorita Jenner. Dime Dakota. ¿Quieres?

—Sí, seño... —Mueve la cabeza en modo de negación —. Dakota.

Ella sonríe.

—Gracias por traerme Will.

—De nada, Dakota.

Lo que está viendo ahora mismo Dakota es jodidamente asombroso. Es casi una casa de ensueños. ¡No inventes! Ni vendiendo su alma al Diablo podría tener una casa así. —O tal vez, sí. Nunca hay que subestimar a las personas—.

Dakota está enfrente de la lujosa mansión del hombre tan atractivo que recién conoció. Ella aún no lo puede creer. A sus alrededores tiene un patio enorme, jardines podados perfectamente. Esto es maravilloso.

Ella camina hacía la puerta principal. Está un poco nerviosa, pero, toca el timbre. Segundos después, alguien abre.

—Bienvenida, señorita —dice la señorita que le abrió.

—Hola —le sonríe Dakota.

—Usted debe ser la señorita Jenner, ¿verdad?

—Eh, sí.

—De acuerdo, sígame.

La mansión por dentro es muy linda. Tiene un toque del siglo pasado con un toque del siglo actual. Un gusto muy peculiar y agradable. Por todas las ventanas entra la luz natural. Primero, pasamos por varias puertas, aproximadamente por unas cinco puertas, todas de color blanco hasta que llegamos a la sexta. La señorita abre la puerta y le indica a que entre. Le ofrece el sillón para sentarme y acepta.

—En un momento viene el señor Wes —dice.

—Eh, sí, gracias.

Sonríe y sale cerrando la puerta.

Está ansiosa por saber lo que pasará, pero, a la vez, teme un poco. Se levanta del sillón y empieza a ver alrededor del despacho.

El despacho es amplio, con un toque de masculinidad, algo sencillo. Está pintado de un color muy claro y lindo. A un costado de la puerta principal hay una mesa con varios retratos y en todos esos retratos Lucas sale en ellos.

En el primer retrato Lucas sale con una pareja de personas ya un poco grandes.

"De seguro han de ser sus padres". Pensó Dakota en sus adentros.

En la segunda fotografía sale con un grupo de chicos, y en la tercera fotografía, sale con una mujer muy pegados, por cierto. En esa foto, la chica está abrazando a Lucas como si nunca lo quisiera soltar. Se ven muy felices... La chica que está en la fotografía es muy bonita, es cómo las chicas perfectas que salen en la televisión. Está chica, tiene los ojos tan lindos de un color azul celeste, su cabello color café está amarrado en una cebolla alta, y él, está acostado en el regazo de la chica.

Dakota se sobresalta, cuando la puerta se abre y ve a Lucas entrar.

—Hola —dice en un tono varonil con un toque seductor.

Pasiones Prohibidas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora