Ha pasado un año desde la muerte de mi mejor amigo, Tai. Y aún no he podido superar dicha perdida.
Creí que después de afrontarlo todo estaría bien, pero no tenía la menor idea de que las cosas iban a empeorar, de que un nuevo enemigo apareciera con...
No pude contener la felicidad al ver de nuevo a mi mejor amigo despierto, así que rápidamente salí de la cabaña y me dirigí hacia el campamento donde estaban los demás.
Matt: ¡Tai despertó! -gritaba de alegría- ¡Tai despertó!
Todos dejaron a un lado lo que estaban haciendo y me acompañaron de regreso a la cabaña donde estaba Tai con una sonrisa en los labios.
Tai: Hola muchachos -dijo con una voz ronca y algo débil.
Todos se abalanzaron frente a Tai para verlo más de cerca, él sólo se limitaba a sonreírles y abrazar a todos. Abrazo sobretodo a Kari y a Agumon, con lágrimas en sus ojos, se disculpó con ellos por casi perderlos.
Agumon: Fuiste muy fuerte, Tai.
Kari: Tuve miedo de perderte nuevamente -lloraba mientras se recargaba sobre su pecho- Por favor, no vuelvas luchar solo.
Tai: Lo prometo, de hecho, les debo una disculpa a todos -dijo mientras se limpiaba sus lágrimas- Debí de escuchar a Matt y no dejarme llevar por la ira, tenía miedo de perder a Kari, cuando casi los pierdo a todos ustedes.
Sora: ¡Dios! Eres un tonto, Tai -lo abrazaba mientras le daba un beso en la frente- Pero me alegra saber que aún sigues vivo.
Tai: Lo mismo digo, cielo -la beso en sus labios rápidamente.
Joe: Bueno ya, déjenlo respirar debe de tener mucha hambre.
Tai: En eso tienes razón -dijo mientras se llevaba una mano a su estómago, el cual empezó a rugir- Tengo un gran hoyo en el estómago, además de la herida.
Izzy: Me alegra saber que no has perdido tu sentido del humor -dijo con una sonrisa nerviosa.
Piyomon: Sal afuera, Sora preparo un rico estofado.
Matt: ¿Puedes pararte? -dije mientras le ofrecía la mano.
Tai: Eso creo, aunque... -intento pararse sin la ayuda de nadie, pero no pudo- Me vendría bien una mano y un bastón.
Joe: Iré a buscar uno -dijo mientras salía.
Gomamon: Esperame Joe.
Unos minutos después, todos estábamos afuera comiendo en silencio, por alguna razón nadie quería decirle a Tai cuánto tiempo estuvo inconsciente y no los culpo, es decir, ¿Cómo reaccionarias si te dijeran que estuviste inconsciente por casi dos semanas?
Durante esas dos semanas, todos habíamos acordado en no decirle a Tai el tiempo que estuvo inconsciente, puesto que no queríamos que se llevara tremenda sorpresa.
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Tai rompió el silencio diciendo que el estofado estaba un poco ácido, y claro ese comentario molesto a Sora.
Sora: Lo siento, es lo mejor que puedo hacer -dijo muy molesta.
