Reality

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Recuerdo cuando era pequeño la televisión mostraba tantas cosas y los juegos también, siempre me parecieron tan divertidos y muy reales es por eso que era feliz porque creía que todo como los juegos lo mostraban perfecto. Siempre a los niños los tratan de que todo es feliz, alegría y lágrimas de dulces, lo que no saben es toda la mierda que eso esconde que ciertos estúpidos monitos que ven son hechos por personas dementes que tiene problemas y son infelices. Que deben trabajar hasta morir, si no estudias dile adiós a todo y quedaras a poco de cordura cuando te encuentres solo, desempleado, con hambre y frío en las calles peligrosas, que los arcoíris son solo un reflejo y no por que un maldito animal lo vómito.
Si quieren niños, yo les enseñó la verdadera realidad, solo vayan a caminar por las calles con sus papis y vean la pobreza, el sufrimiento e incluso hasta el vandalismo. Sí esa es su maldita realidad para que sepan que no todo es felicidad, yo viví una pequeña felicidad y ahora mírenme ¿Cómo sobrevivo? Bueno cuando esas malditas voces no me hablan cuando no tomo medicamentos y cuando solo siento placer mató para poder seguir en línea, estudio y tengo bien mis cuentas bancarias pero claro, ser feliz no es eso, no es tener dinero, educación, un maldito techo, se supone que la felicidad es un sentimiento de placer propio en donde ciertas veces la risa está incluida y no te quieres matar, para mi eso es felicidad pero claro, no lo podría entender ya que no lo siento hace mucho.

En esos momentos de claridad, la realidad era muy dura para mí corazón me decepcionaba tanto que eso creo lo que hoy soy, yo creo que soy una persona fuerte pero débil por dentro, siento que debo mejor eso si no acabare muerto o aun peor vulnerable.

Mi puerta fue tocada y camine hacia ella, estaba cansado si era alguien lo iba a echar además mis ganas de hacer algo se esfumaron después de lo de Jin, mis ganas de sentir placer y poder sentirme mejor conmigo mismo nuevamente también se fueron.

Yaong-Mi apareció en mi puerta y ella sin ni siquiera mírame se abalanzó sobre mi besando mis labios, mis fuerzas estaban agotadas como para apartarla y decir que no quería sentirla sería una vil mentira.

Cerré la puerta con mi pie mientras mis manos sostenían su peso, ella al igual que yo necesitábamos esto, mi estrés con mi rabia se esfumaron incluso podría decir que disfrutaría esto.

La ropa era un maldito obstáculo que saque de inmediato, sus pechos declaraban perfectamente su plano abdomen la mire perplejo, ni siquiera me acordaba si ya había visto las maravillas del mundo o era mi primera vez viéndolas, sonríe besando su cuello y dejando marcas en su blanca piel y muy suave la verdad. Ella reía mientras caminaba hasta el objeto más cercano del cuarto, el sofá.

Mis manos bajaron a su falda negra pero ella las saco y las dejó en su cintura, tomó de mi camisa y sacó botón por botón, los abdominales de mi cuerpo fueron su maravilla negó mientras su mirada fueron a mis labios los cuales yo besé desesperadamente, mi cuerpo reaccionaba solo y yo ahora estaba en el paraíso mientras disfrutaba.

Procedí por dejar mis manos debajo de su falda en donde busque su ropa interior pero esta no se encontraba ahí, sonreí y negué mientras introducía mis dedos en ella.

Sentir de nuevo otro tipo de placer, sentía una corriente traspasar por mi cuerpo como antes y como siempre sucedía, mi lengua viajo por mis labios al sentir a Yaong-Mi ya venirse.

Mi pantalón ya no estaba junto a mi y ella sacó una bolsa de este, me lo puse y mi diversión —aún que es algo mutuo— comenzó, ella se sentó sobre mi mientras locamente movía sus caderas en busca de un buen orgasmo. Mi corazón latía fuertemente y mi sangre hervía esperando aquel placer continuar esta loco sudando y esperando el clímax, estaba tan loco y necesitado que si algún teléfono, notificación o timbre llegaba a sonar aquella persona estaría muerta.

Aquellos obscenos sonidos que provenían de nosotros se estaban haciendo más flojos, el cansancio el placer estaban llegando a su fin dejando que los dos soltáramos un último gemido, cansados por el acto nos sentamos en el sofá volviendo a poner nuestras ropas interiores y quedándonos juntos.

No sabía cómo explicar nuestra relación, no éramos amigos ni pareja y mucho menos conocidos solo teníamos sexo, me acompaña y es cómplice de mis actos, podría decir que le tenía compasión pero en verdad ni siquiera sabía por qué aún no tenía sangre en sus extremidades o el por qué aún su rostro demacrado no estaba en las noticias.

A veces nunca se explicar los acciones, a veces no se explicar mis sentimientos y emociones pero algo que si puedo explicar y sé con exactitud es que a lo largo de los años mis experiencias personales me enseñaron que nunca, nunca aún que el destino o cambio de actitud haga, nunca terminaré con finales felices o seré feliz de alguna forma y después tal vez después eso me haga vulnerable.





Fear || KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora