—Dime que es en verdad lo que quieres. —repetí por tercera vez, era imposible lo que me pedía.
—Hazlo de una vez, ¿no que te gusta hacerlo?
—Jamás me lo han pedido.
Ella bufo y siguió guiándome al lugar, no podía creer que estaba haciendo esta estupidez, yo no soy así, yo hago y y soy lo que quiero. —No haré esto.
Camine al sentido contrario, escuchando como ella maldecía bajo, camine lo más rápido a pasos largos haciendo que ella corriera para tomarme del brazo y detenerme.
—Tu vas a hacerlo quieras o no.
—No seguiré tus malditas órdenes, si quieres delatarme. —mi mano se mantuvo a centímetros de su estómago, dejando que la punta del cuchillo rozara con su piel. —Puedes hacerlo ahora.
—Maldita sea Taehyung te daré lo que quieras después.
Sonreí, no por sus palabras sino porque una nueva idea se venía a mi cabeza, guarde mi arma y volví a seguirla. Si bien sé las personas tiene un sentimiento después de tener relaciones, ese sentimiento se mantiene hasta que terminan o solo se alejan, si tenia sexo con la otra chica podría en verdad ver las intenciones de Yaong-Mi.
La hermosa chica la cual Yaong-Mi estaba celosa y molesta —no me había dicho razones solo que la quería muerta lo más pronto y doloroso posible. — era una indefensa chica que dormía plácidamente en su cama, saque la cobija que cubría su cuerpo con mis manos (que tenían guantes negros). Su cuerpo está caliente y sus manos estaban húmedas, ella dormía en ropa interior.
—Siéntate ahí y no digas ni una palabra. —dije apuntando la silla en frente de la gran cama.
Cerré la ventana por la cual entramos y abrí la puerta revisando si había otra persona, dos cuartos hacían falta para abrir, la cocina y sala de estar estaba vacías.
Camine hasta el primer cuarto donde un pequeño chico dormía calmadamente, mi mente viajo a los recuerdos dejando que el veneno se esparciera y el enojo inundara mi cuerpo, el cuchillo atravesó su boca haciendo que él pequeño abriera sus ojos. Su corazón fue dañado por mi cuchillo y sus ojos vieron lo último en sus cortos años, mis ojos y mi sonrisa. Su sonrisa se convirtió en una más larga y sangrienta.—Amo cuando no gritan. —acaricie su cabello y cerré sus párpados. —Ahora si podrás dormir.
Ahora los padres, los cuales al igual que la familia estaban durmiendo, aquellos estaban sin ropa y las sábanas arrugadas y desordenadas. Sonreí y decidí si primero mataría al querido padre o la madre, volvieron mis recuerdos y todo volvió a mi, el enojo y esa impotencia, mi mano actuó sola y el cuchillo aterrizó en su cabeza y la mujer murió con su cuello desangrado, sus sonrisas se alargaron, muriendo más felices que nunca.
La chica, la única chica no hincha pelotas —hasta ahora— quedaba aún durmiendo plácidamente. Camine hasta la puerta viendo a Yaong-Mi aún sentada en el asiento, viéndola.
—Que bien que haces caso. —rodó los ojos y vio de nuevo a la chica, dándome señas para comenzar el trabajo.
Sonreí, sonreí de tal manera que mi rostro pudo soportar la gran sonrisa, me acerque a ella con cautela, si llegaba a despertar mi hermoso y placentero plan se arruinaría, es un plan que sé que amaría y no me arrepentirá.
Como la chica ya estaba descubierta, su piel rozaba con las sábanas negras y el encaje que llevaba combinaba con su sábanas hacia que su tez blanca resaltara, ella era una hermosa mujer, su cabello castaño oscuro se veía suave, sus mejillas algo rosadas por el calor y su pecho subiendo y bajando delicadamente al respirar.
—¿Vas a empezar o seguirás comiéndotela con la mirada? —su sarcasmo me hizo mirarla, volví hacia ella y la mire amenazador.
—Serás tú quien morirá si sigues así.
Volví donde la chica y sin más toque sus labios, la besé lentamente para evitar que despertará pero ella solo soltaba pequeños quejidos salir de su garganta. Baje mis labios deseosos por más a sus pechos y bese encima de su encaje, minutos después eso ya no se encontraba y ahora sus pezones estaban delicados y mojados, mis dientes habían hecho tal acto, alguien carraspeo detrás de mí y mire a aquella dirección, ella hizo un ademán de perdón y continuar con mi trabajo pero en sus ojos se podía ver los celos que tenía, esas ganas de ella ser la que disfrutaba.
Los quejidos se habían convertido en pequeños gemidos, su sudor se notaba cada vez más y el color rojo en sus mejillas era más fuerte, mis dedos bajaron por su abdomen y tocaron su pequeño encaje, cerré mis ojos mientras sonreía. Baje aquel encaje y mi mano fue tirada girando mi cuerpo totalmente y viendo a Yaong-Mi tomando mi mano y acercándose a mis labios besando estos desesperadamente.
—No puedo creer que toques más a una desconocida que a mi. —sus brazos rodearon mi cuello y pudo saborear más mis labios.
Sonreí y deje que ella tomará el control, ella estaba encima mío mientras sus labios jugaban con los míos. —Debo terminar.
—¿Terminar de matarla o terminal de follartela? —negué sonriendo y me acerque a su oreja, mordiendo su suave lóbulo.
—Si tan celosa estas puedo follarte a ti. —besé sus labios me levante.
Saque mi arma de la mochila y tome uno de sus pechos, cortando el pezón izquierdo y creando que ella abriera sus ojos para llorar y usará su boca para gritar.
—¿¡Quienes son ustedes!? —me miró desesperada y al ver a Yaong-Mi se inquieto más. —¿¡Yaong-Mi!?
Ella solo sonrió y yo corte el siguiente pezón, comenzó a moverse y mantener su mano ahí mientras que sus pies la ayudaban a quitarme de encima. Mi sonrisa se esfumó y la diversión comenzaba pero sus malditos pies estaban molestando mucho.

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Fear || KTH
FanfictionY tú ¿a que le tienes miedo? ¿No le temes a mis oscuros ojos que penetran tu alma? ¿No le temes al cuchillo que es uno con tu cuerpo? ¿No le temes al veneno de esta? ¿No temes de mi? Una sonrisa siniestra es la quedo grabada en mi mente e intento re...