Everything Is Gray

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Yaong-Mi y yo estábamos en una disco. La fiesta está descontrolada, había demasiada gente dentro del recinto y este sería uno de los más locos actos que podría hacer en mi vida, sería el crimen, la masacre que marcaría la historia y no solo eso, también mi vida completa. 

Mis manos temblaban demasiado, el sudor caía por mi frente y estaba bastante nervioso mas la sonrisa en mi rostro mostraba lo contrario, estaba desquiciado, lo suficiente como para darme cuenta por mi mismo. 

En diferentes partes del lugar habían micro bombas que dejarían el lugar hecho polvo.

La música fuerte y todos bailando ayudaría a que todo fuera más que perfecto, sería lo que cerraría el año, algo hermoso.

—Taehyung creo que debemos irnos, no me esta gustando la idea. —pare de caminar bruscamente, tome su brazo con la misma fuerza y la guié a un baño.

—¿¡Estás loca!? Como te atreves a parar esto. —si ella arruinaba mis planes o simplemente se negaba a ellos, tendría que unirse al plan y morir con todos los demás. —No te interfieras en mis planes si no quieres  morir con el resto.

Salí de ahí sin siquiera verla, ella debía decidir si de queda o se va —con claras consecuencias. — Fui a sentirme en algún lugar donde los daños hechos por las bombas no me tocaran o no por completo, pedí algo de beber para obtener la experiencia completa.

—¿Estás lista? —dije cuando llego a mi lado, le sonreí y ella no dijo nada.

La primera bomba explotó dejando que las demás lo hicieran sucesivamente como si de un domino fuera.
Gritos, explosivos, llantos, lamentos, música y más gritos. El ritmo en que iban las cosas simplemente me satisfacía sin razón, sin querer, sin pensarlo, una risa salio de mi y perduró hasta que todo quedo en completo silencio.

Las bombas estallaron por completo.

La siguiente imagen fue solo sangre, pedazos de pared, pedazos de cuerpos y clara confusión y miedo plasmado en los rostros de cada persona.
Mi única expresión era una sonrisa otra vez, sin querer, sin darme cuenta, nació de mi y sin pensarlo estaba dibujada en mi rostro demostrando otra vez que, sin importar lo que piensen los demás, era feliz con algo poco peculiar.

Yaong-Mi, su expresión era difícil de explicar.

Llegamos a casa y lo primero que hice fue prender la televisión y ver que en cada canal de televisión mi hazaña era mostrada. Algo no concuerda. Era mostrado que la policía había llegado antes, sin embargo al escuchar las explosiones no pudieron hacer mucho. Alguien había avisado y ahora buscaba el cómo, el porqué y el cuando, solo una persona podía ser.

—Tu fuiste. —dije de inmediato, atacándola con la mirada y levantándome de la cama.

—Yo no hice nada. —lo había dicho con total seguridad, aun así seguí dudando.

—¿Por qué intentaste detenerme?

—La "felicidad" se puede conseguir de muchas formas mucho más sanas que esta. Estás enfermo.

—Lo tengo muy claro.

Al decirlo, mi mente hizo el trabajo de recordar. Estaba en un pasillo y alguien en frente mío, mientras mi madre volvía a sufrir, yo no hice nada.

"—Ven, ven con papi. —levanto una de sus manos mientras las gotas caían por sus dedos.

Tenía miedo, camine hacia él sin mirarle y suspiro divertido, abrazándome.

—Sonríe."

—Y no eres nadie para recordarmelo. —conteste volviendo a centrarme en la televisión.

—¿Y si intentas ser feliz? —volví y mirarla y su rostro cambio al de un hombre que ya conocía, mi única reacción fue tomar de su cuello.

—Nunca lo seré idiota. ¡Tú me quitaste todo!

Volví a ver el rostro de Yaong-Mi, asustada y casi sin respirar, la deje y retrocedí.

Salí de ahí rápido, corriendo y cerrando la puerta fuertemente, Yaong-Mi gritaba preguntando a donde iba pero mis pies no tenían rumbo.

Llegué a las calles donde desate toda mi furia y comencé a gritar y llorar. Estaba harto de que mi mente me jugará en contra, haciendo que recordará todo lo que odiaba de mi, todo mi pasado, toda mi vida, todo lo que alguna vez fui y pensaba superar.

Justo ahora quería ser una persona que no sintiera nada, que estuviera de verdad muerto por dentro y que no me hiciera sentir así de vulnerable a la hora de recordar.

—No fue tu culpa. No fue tu culpa.
—decía tirado en el pasto del parque, abrazándome a mi mismo.

No, claro que no era mi culpa, no era mi culpa al haber nacido en la familia incorrecta, no era mi culpa ser así, no era mi culpa matar a la gente, nada de eso era mi culpa.

De un momento a otro cerré mis ojos y pensé en cualquier cosa. Ahora todo se están volviendo gris, gris como el día en que nací, gris cuando las nubes quieren llorar, gris cuando sientes que estas muerto por dentro y tus interiores evitan que te levantes del sueño, el gris representa lo que Kim Taehyung es, el gris representa lo que siente.

Ese gris de mi vida hace que pierda la cordura y termine siendo como él, ese maniático sociópata que amaba mi sonrisa, que amaba a la mujer de su vida y que la guardo siempre para él, ahora su alma está junto a él y mi sonrisa guardada en su mente.

Es ese hombre que me atormenta y me obliga a hacer lo que hago, me hace ser lo que soy.

Un sociópata maniático, desquiciado, que busca venganza y su inocencia, que busca que le devuelvan la sonrisa que alguna vez fue suya, que asesina gente por placer y su mente lo controla.

Ese es Kim Taehyung.

Fear || KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora