Memories

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Abrí mis ojos de nuevo viendo el cuarto y el ambiente, una botella vacía y Yaong-Mi a mi lado recostada.

Recordé de nuevo cada fragmento de sus palabras y reconocía que en verdad, nuestras vidas eran muy parecidas. Los dos habíamos sufrido tantos por esa falta de querer, los dos estábamos totalmente solos en el mundo, los dos nos encontramos tal vez por el destino.

No negaba que Yaong-Mi era hermosa, totalmente, pero tener una relación no era una buena idea, mi cordura no está para soportar algo así, tengo miedo de que algún día, le haga daño y no pueda recuperarse de aquello.

Me levante para buscar algo de café a la cocina, ella me contó todo sobre ella y yo debería hacer lo mismo.

Pero ¿debería?

Mi única historia que puedo contar se basa en sangre y lágrimas.
No vale la pena dedicarme a relatar aquello cuando sé que muy relevante no es.

Me senté en el banco de la cocina y comencé a recordar todo lo que necesito hacer. Aún debo ayudar a Jin, necesito desahogarme y hablar con Yaong-Mi.

Dos que no quiero hacer y una que en verdad necesito y quiero.

—¿Jin?

Ah~ Taehyung por fin llamas.

—¿Aun tienes plagas en tu zona?

—Si, la misma de siempre.

—Bien. Dime en donde está.

~~~

La dirección ya la tenía y yendo hacia allá estaba, el tipo no sabía la cantidad de enemigos que tenía y podía vivir de lujo y sin cuidados como alguien inocente, una gran estupidez y su peor error.

La casa era gigante, podía tener una fiesta con la mitad del país aquí dentro y en el patio, la falta de hombres suyos hizo que todo fuera más fácil para mí, la casa si estaba vacía pero él adentro.

Subí las escaleras y llegué a un cuarto en donde se veía que el hombre que buscaba se encontraba ahí. Cuando entre note las chicas y el alcohol, segundos después él me vio, no hizo nada y no tenía muchas opciones ya que yo estaba para impedir la via de escape o por lo menos de la puerta.

—¿Jin?

No respondí a su preguntar, no podía concentrarme ya que el aroma que tenía el cuarto era desagradable, sudor, alcohol, cigarrillo y quien sabe que más.
Se está volviendo personal.

De mi pantalón, con un movimiento limpio, saque mi pistola y elimine a las cinco chicas de su alrededor y cuando quedo solo él apunte a su cabeza y lo mire fijamente.


—Esto es muy fácil, tus disculpas y el dinero de vuelta a Jin y haremos como que nada paso.

—No creas que me siento intimidado porque me apuntas con un arma.

Con solo una mirada el hombre dudo de sus acciones, sin embargo él era alguien bastante fuerte por lo tanto podría encargarse de mí rápidamente. Él se levanto lo suficientemente rápido como para que no me diera cuenta y me golpeó en el rostro haciéndome caer al suelo, la mitad de mi rostro estaba manchada de sangre de las mujeres gracias que caí cerca de ellas, ahora tendría más trabajo que hacer.

Mi pie golpeó su pierna haciéndolo arrodillarse del dolor, fue cuando tuve la oportunidad de golpear su rostro dos veces de manera brusca y hacerlo caer, pensé que eso había sido todo pero el tomo de mi pie volviendo a caer en el suelo junto a él. Cuando estuve sobre el golpeé su cuello pero era tan fuerte y estaba tan decidido a no morir hoy que mi golpe fue como si lo hubiera solo tocado.
Quiera o no, iba a morir en mis manos.

Me tiro lejos, chocando con la pared y sacándome un gemido, la fuerza fue demasiada y mi espalda me ardía mucho. Volví a levantarme y seguí golpeándolo hasta cuando me di cuenta que esto jamas acabaría y él me ganaría. Tomé el arma del suelo y cuando el se me tiro encima lo único que pude hacer fue darle un tiro en el estómago, dejándolo herido y vulnerable.

—Pide disculpas. —me levante sosteniendo el arma apuntándolo mientras que mi otra mano estaba en mi abdomen bajo donde ahora tenía un moretón por sus golpes. —Y devuelve el maldito dinero.

El hombre dudo, en su situación no tenía muchas opciones. Pedir las respectivas disculpas y perder su reputación o pedir las disculpas y de todas formas morir desangrado.

—Jin no confía en nadie más a menos que sea el mismo, debes ser muy importante para que te mande a hacer el trabajo sucio.

Comprendí si indirecta y mi pulso tembló, iba a presionar el gatillo sin importarme las reglas claras hechas por Jin
El silencio reino en mi mente.

—Entonces no me equivoco. Eres hijo de ese enfermo mental, de aquel estúpido que se cree el mejor criminal por su táctica, o como él llamaba "arte", por dibujar una sonrisa en el rostro de cada quien mataba. —tenia la decencia de contarme eso en mi cara sin arrugarse. —Eres el producto de un enfermo que no sabia que hacía, eres una abominación y por lo tanto no tienes el derecho de pedirme nada.

Me acerque a él y lo tomé del cuello, mis manos estaban rojas y yo estaba tan enojado, entendía y tenía claro el monstruo que era mi padre pero eso no le da el derecho de decírmelo en la cara y recordar todo aquello que intento olvidar día a día.

—Dices una cosa más y te matare a golpes.

—Mató a tu madre enfrente de ti y no pudiste hacer nada. ¿Cómo se...

El plan de las disculpas y el dinero se fueron como el viento se lleva las hojas en una tarde otoñal, volaron y se perdieron en el cielo.

Mi puño goteaba sangre que no era mía, mi mano estaba roja y mi corazón latía a mil por hora, no podía controlar mi respiración y fue ahí cuando volví en sí.

El teléfono sonó y sin pensarlo conteste dejando la marca de sangre en el.

—¿Terminaste? —mire por la ventana y un auto negro estaba al otro lado de la calle. —Después de limpiar vienes a mi casa, debemos hablar. —el auto se fue y Jin colgó.

Aquel hombre volvió a recordarme lo miserable que fui, soy y seré por siempre. Ese recuerdo había muerto en mi. Incluso mis recuerdos están muriendo. Todo esta muriendo. Siento que yo estoy muriendo.

Fear || KTH Donde viven las historias. Descúbrelo ahora