Esto no es una despedida.
O tal vez sí y no quiera reconocerlo. No lo sé.
Lo que comenzó como una forma de liberar mis sentimientos, de serle fiel a mi alma y a sus deseos, se convirtió en toda una aventura. Lo que es hermoso, pues sólo tú y yo somos partícipes de ella.
Nadie salió herido, o eso quiero creer. Y las crónicas de nuestras almas desgastadas sólo se irán desvaneciendo en el tiempo, con el resto de historias que deben pero no pueden ser.
Somos algo trágico, Alis. ¿Alguien te ha dicho alguna vez que lo trágico es sólo el comienzo de algo bello?
Somos cosas hermosas, Alis. No somos juntos, pero somos algo hermoso.
Quedará mi consciencia tranquila al saber que lo he intentado. No tanto como hubiese querido, pero fue un buen inicio. Quedará mi alma tranquila al saber que la tuya, esa alma mágica que logró despertar la mía, está ahora en buenas manos. Eso espero.
Quedaré tranquilo al saber que tu historia y la mía se cruzaron en algún punto de la historia del universo. Que coincidimos, que nos amamos aunque nunca ninguno lo dijo. Quedaré tranquilo.
Esto no es una despedida, Alis. Es sólo el límite que debimos haber cruzado hace mucho tiempo. Entonces, probablemente, sí sea una despedida.
Por siempre tuyo, 23.
