30 de Septiembre / 01 de Octubre
A veces tenemos que esperar a que escampemos también por dentro.
Admiro que tengas la capacidad de saber cuándo apartarte por tu propio bien, o por el de la otra persona. Que en este caso soy yo.
La verdad es que la respuesta que me has dado no era la que esperaba, pero siendo objetiva y dejando a un lado mis emociones, es la respuesta más sensata que has podido darme desde que te conozco.
Admiro que quieras sanar, que quieras desempolvar tus alas y le pierdas el miedo a volar. Admiro que quieras aprender a estar solo.
Pero aunque lo admiro, me duele. No por ti, la verdad es que estoy orgullosa que tengas el valor de volver a enfrentarte a tu parte rota. Me duele porque, aunque es un poco cómico el hecho de que no podamos estar juntos, resulta que no es cómico y me duele. Me duelen tus decisiones pasadas, me duele que hayamos coincidido por un tiempo tan corto. Me duele que no podamos ser.
Supongo que el dolor pasará. Bueno, no lo supongo, lo sé. Porque en esta vida todo pasa, incluso las personas.
Como me dijiste hace varias cartas, yo no he pasado de tu vida. Pero resulta que sí debo hacerlo, debes dejarme pasar, así como yo debo dejarte pasar a ti.
Ya no podemos seguir forzando las cosas, no es sano. Y los dos merecemos un poco de paz.
Así que, aunque me duele, apoyo tu decisión y estoy bien con ella. Es lo mejor.
Pero, antes de dejarte ir, contestaré a tus preguntas.
¿Desde cuándo sé quién eres? Esa fue fácil, tú mismo me diste la respuesta al escribirme una nota adherida al regalo que me diste en mi cumpleaños.
Había olvidado tu letra, por eso no la reconocí de las cartas. Sin embargo, cuando me diste el regalo y leí la nota, lo supe. Tu erre torcida no pasa desapercibida.
Después de eso, no se debe ser muy lista para unir los detalles y las pistas. Además, le temes a Mantequilla, por Dios, eres demasiado evidente.
¿Que si estoy bien con él? Probablemente. Espero estarlo, vamos muy despacio. Es que resulta que sigues estando en mi mente mientras lo veo a él, cosa que resulta poco empática de mi parte. Quiero dar tiempo, quiero intentarlo, quiero estar bien con él.
Para finalizar esto, que no sé si es la despedida definitiva, quiero decirte que estoy cien por ciento de acuerdo con tu decisión. Y la apoyo.
Entonces quiero que sepas que no espero que respondas esta carta. No es necesario, pues ambos hemos dicho lo que queríamos decir. No obstante, si decides contestarme, debes saber entonces que yo no responderé. Porque si no, esto seguirá siendo el mismo circulo desde hace seis años y ninguno de los dos quiere eso.
Estaré bien. Espero que tú lo estés y que puedas arreglar lo que tengas que arreglar. Que te sea leve la sanación.
Por siempre tuya, una escritora cursi.