Capítulo 7 🌾 Día seis: aún hay tiempo
Tenía el cuerpo congelado de pies a cabeza y no sabía porqué, hasta que se dio cuenta que estaba tendido en el suelo. No recordaba quedarse dormido de esa manera. ¿Nadie le despertó? ¿No durmió lo suficiente? ¿Qué clase de hospital era ese?
Se levantó con un terrible dolor en los huesos y miró una última vez al pelinegro. Supo que la extraña presencia de Jungkook no volvería a presentársele por ahora, pero si en otro instante. La esperanza sería lo único que mantendría a Taehyung trasnochando por verdaderos milagros.
Al irse de ese hospital se decidió por ver finalmente el mensaje de Tzuyu, el cual resultó ser un vídeo bastante particular: una patineta sin guía. Se le abrieron los ojos antes de continuar caminando y relacionó.
—Todo lo sobrehumano me lleva a ti... —se exaltó sintiendo el palpitar de su corazón.
Corrió imprudente por los pasos peatonales y se dirigió al lugar por donde circulaba esa patineta. Sabía que ningún embrujo le cegaría la presencia de su mejor amigo, y corrió aún más rápido. Por Jungkook lo podría todo; correr, caminar, arrastrarse, gritar, aullar...
En cuanto llegó a su barrio, sin aliento caminó a su casa con algo de temor por encontrarse con sus padres. Abrió con sus llaves y cerró cauteloso la puerta tras él, yendo a la cocina para verificar desolado como ninguno de los dos estaba allí. No era gran sorpresa. Siguió con las escaleras y su crujido al peso de su cuerpo sobre cada uno de los escalones, el sobrio pasillo cubierto de madera y la puerta de su habitación. Ansiaba encontrarse un indicio de la llamativa alma de Jungkook merodeando por ahí, pero al entrar no vio absolutamente nada. Excepto su computadora encendida, reproduciendo Ausente de Arroba Nat.
Se había acercado a su computadora cuando percibió como las cortinas de su ventanal revelaron una sombra meciéndose tímidamente tras de estas. Sus pies iban de un lado para otro, los brazos a sus costados balanceándose y la cabeza se embelesaba con los acordes. Fue agarrando algo de confianza y alzó los brazos para menearse con una parsimonia tan semejante a la del mar. La silueta era deleitosa y las cortinas difuminaban las curvas de...
—Jungkook...
Fue acercándose de apoco y con resquemor, mordiendo su labio inferior. Jungkook estaba absorto en la canción, tanto que Taehyung juró escucharle cantar muy por lo bajo la letra de esta. Estaba por completo hechizado entre la pena y la pasional cadencia. Dio vueltas y las caderas despertaron la emoción. Jungkook se sentía libre y fuera del alcance de retenciones o escrúpulos, se sentía redimido.
Justo cuando el castaño quiso acercarse un centímetro más de lo cerca que logró estar de la ventanal, su amigo se esfumo al abrirse las cortinas dejando algo en su ausencia.
Una nota.
Taehyung recogió el papel del suelo y leyó perturbado.
"Aún hay tiempo".
Abrió el ventanal para increpar al cielo. Con un suspiro releyó sus palabras sin fin hasta tumbarse en la cama, sumergiéndose en los versos de aquella canción. No supo cuántas veces su pecho se infló de clamores, pero no pudo desenredar los nudos de su cabeza. Se levantó para tomar entre sus manos la nota de su amigo y la pegó a la pared.
Con la melodía en repetición, imitó la danza de Jungkook y se sintió repentinamente deprimido. Se dio cuenta del sentimiento de amargura en cada paso que daba, y sus ojos se cerraban para recordar la inigualable sombra tras su cortinaje. Sus caderas, su cintura, sus piernas, sus hombros, su todo...
Taehyung sabía que aquella sería otra noche sin sopor, y confesó como empezaría a contar los minutos para su regreso. Contaría los rasgueos de la guitarra.
ESTÁS LEYENDO
post mortem • taekook
Fanfiction❝ Tienes treinta días para salvar tu alma. De lo contrario, te quedas aquí. La cuenta regresiva ya comenzó, Jungkook. ❞ Jeon Jungkook sentía un nudo en la garganta al ver la misma escena todos los insoportables días. Prefería desviar la mirada y zaf...