Milagro Navideño de 1976
Capitulo 62
12 DEL MEDIODIA DEL 24 DE ENERO DE 1977, CASA DE LA FAMILIA GÓMEZ-SANABRÍA
Después de la ducha Luisita se secó un poco con la toalla de Amelia antes de ir corriendo desnuda a por su albornoz al salón. También aprovechó para quitar la llave de la cerradura de casa por si alguien quería entrar y para recoger la bolsa de Amelia y el traje del espectáculo. Dejó todo en su habitación antes de ir al baño donde Amelia se cepillaba el pelo frente al espejo del lavabo. Luisita se acercó silenciosa para abrazar por detrás a su novio inhalando su esencia y dándole un beso en el cuello. Amelia dejó el cepillo en el lavabo, puso sus manos sobre las de Luisita y se apoyó sobre ella girando la cabeza ligeramente para darle un besito. Luisita la abrazó un poquito más fuerte.
LUISITA: Extrañaba estos momentos contigo mi amor.
AMELIA (fingiendo estar molesta): Aahhh solo estos? Y lo de antes que?
Luisita sonrió y giró a Amelia de un movimiento cogiéndola por la cintura.
LUISITA: Esos también tonta!!!
Amelia agarró las solapas del albornoz de Luisita para acercarla a sus labios para darle un beso que Luisita aceptó felizmente. Amelia terminó el beso apoyando su frente en la de Luisita diciéndole “te quiero” antes de darle suaves besos sonoros mientras las dos reían.
LUISITA: Yo (beso) también (beso) te (beso) quiero (beso).
AMELIA: Vamos cariño que vamos a llegar tarde.
Amelia cogió la mano de Luisita y la arrastro hasta su habitación.
LUISITA: A donde? Ameliaaaaa!!!! A donde????
Amelia se paró en la puerta de la habitación y se giró para mirar a su novio.
AMELIA: Ahora te lo cuento impaciente. (beso) Haz el favor de entrar y empezar a vestirte.
Amelia estiró el brazo como dándole paso a su novia quien pasó sonriendo al lado de su novia. Amelia aprovechó para darle en el culo con la mano. Luisita dio un saltito y giró la cabeza mirando provocativamente a su novia. Amelia sonrió entrando en la habitación.
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Amelia le contó a Luisita lo de la llamada a María y que había concertado un cita con los actuales dueños de la casa se su cuñada mientras se vestían, se metían mano, se peinaba, se besaban y se maquillaban.
Amelia entró al comedor vestida pero descalza y miró alrededor buscando sus botas, las vio detrás del sofá y se acercó a la puerta del pasillo.
AMELIA: Cariño!!! Tenias razón! Están aquí!
Amelia se giró para ir hacia el sofá cuando Luisita apareció sonriente en la puerta y tiró de su blusa para tirarla para atrás, darle un beso y pasar ella pare delante primero. Amelia se rio y la agarró por la cintura estrechándola contra ella. Inhaló su olor y le dio varios besitos en el cuello mientras caminaban juntas hacia el sofá. Luisita levantó un brazo para poner una mano detrás de la cabeza de Amelia y ponía la otra mano sobre la de Amelia entrelazando sus manos mientras apoyaba su espalda sobre el pecho de Amelia.
En ese momento la puerta de la casa se abrió para que entraran Marcelino y Manolin. Las chicas se quedaron en medio del salón abrazadas esperando que se dieran cuenta de su presencia.
MARCELINO: Que no lo veo hijo. No lo veo!
MANOLIN: Que si papa, que te digo yo que la música en directo puede funcionar en el bar! Hola Luisita.
Padre he hijo seguían discutiendo sin darse cuenta de la presencia de Amelia.
MARCELINO: Hola hija. Pues yo sigo sin verlo hijo, pero no se déjame que le de una vuelta.
Luisita y Amelia no daban crédito a lo que veían. Ellos seguían a lo suyo por lo que Amelia carraspeo la garganta.
MARCELINO: Luisita hija bebe un poco de agua hija.
Amelia ya molesta decidió soltar a Luisita para ponerse a su lado.
AMELIA: No suegro no, no me hace falta agua.
Padre e hijo las miraron al oír la voz de Amelia y fueron a abrazarla.
MARCELINO: Amelia hija! Que haces aquí?
Luisita puso los ojos en blanco y fue a sentarse al sofá para ponerse las botas.
MANOLIN: Y hasta cuando te quedas cuñada?
AMELIA: Poco tiempo cariño. Pero buenoooo (mirándolo de arriba abajo) Tu no paras de crecer o es que yo he encogido?
Manolin se avergonzó un poco y Luisita, un poco enfadada, se levantó para recoger las botas de Amelia de detrás del sofá.
MARCELINO: Pero nos dará tiempo de ir a ver al Atleti?
Eso ya terminó de encender a Luisita que se levantó (estaba agachada detrás del sofá) y fue enfadada hacia ellos.
LUISITA: Si hombre!!! Amelia no tiene nada más que hacer que ir con vosotros al futbol!
Luisita agarró a Amelia de la muñeca para llevársela al sofá haciendo que se sentara.
LUISITA: Ponte las botas que se hace tarde. Y vosotros dos (señalándolos) Amelia va a estar aquí solo por dos días así que ni se os ocurra acaparar su tiempo con el futbol! Oído?
Amelia se puso las botas y subió la cremallera mientras Luisita hablaba, se levantó al terminar de atarse las botas y suspiró mientras se acercaba a Luisita abrazándola por detrás y dándole un besito en el hombro.
AMELIA: Tranquilízate cariño.
Luisita se tranquilizó al instante. Amelia guiño un ojo a los dos hombres.
MARCELINO: Si hija, tranquila. Nada de futbol, de acuerdo. Pero déjanos preparar una cena especial esta noche! Tu madre va a estar todo el día trabajando y no va a llegar hasta la noche pero estoy seguro que si le llamo para decirle que Amelia está aquí vendrá a cenar seguro.
AMELIA: No la llames.
Todos la miraron extrañados.
AMELIA: Luisita y yo tenemos algo que hacer esta tarde y antes vamos a comer por ahí, pero déjame darle la sorpresa. Cariño que te parece si vamos a buscar a tu madre al trabajo para traerla a cenar en familia?
LUISITA: Me parece fetén mi amor. (beso)
AMELIA: Pues perfecto. Luego nos vemos familia.
Amelia soltó la cintura de su novia para despedir con un beso a su suegro y su cuñado. Luisita hizo lo mismo y las chicas salieron de casa.
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Las chicas dieron un breve paseo antes de ir a comer al restaurante al que fueron un par de veces y bautizaron como el restaurante de las celebraciones. Aunque se habían escrito muchas cartas contándose todo lo que les había pasado las chicas se pasaron toda la comida hablando, dándose comida la una a la otra para probarla y agarrándose el meñique cada vez que tenían ganas de darse un beso.
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LA TARDE DEL 24 DE ENERO DE 1977, ANTIGUA CASA DE MARIA E IGNACIO
Las chicas no pudieron evitar la ola de emociones que se adueño de ellas al entrar en aquella casa, allí vivieron cosas buenas y cosas malas y volver a estar allí las removió por dentro y les hizo extrañar a un más a Alicia, María e Ignacio.
Los actuales dueños del piso cambiaron alguna que otra cosa al mudarse allí pero al haber dejado la casa se lo llevaron todo dejando la casa prácticamente vacía pero les aseguraron que tenían las cosas de María e Ignacio guardadas en un trastero cercano.
Las chicas les explicaron que las unía a aquella casa, obviando por supuesto su relación amorosa, al igual que cual era la situación de Amelia cuyo trabajo la obligaba a vivir en París. Los cuatro estuvieron hablando de las distintas posibilidades, alquilar o comprar. Los actuales dueños les dijeron que ello estaban dispuestos a vender la casa siempre y cuando pudieran pagar a toca teja un mínimo del 50% del valor de la casa pagando el resto mediante una hipoteca. También estaban dispuestos a alquilarles el piso unos años antes de volver a valorar la opción de compra. Los actuales dueños les dieron un tiempo para hablar mientras las esperaban en el portal.
AMELIA: (contenta) Y? Que te parece cariño?
LUISITA: (dubitativa) No se mi amor…
AMELIA: (acercándose a Luisita tomándole la mano) Pero porque?
LUISITA: Amelia… es muchísimo dinero… y yo no tengo trabajo ahora mismo.
AMELIA: Amor… No te preocupes por eso
LUISITA: Como quieres que no me preocupe Amelia?
AMELIA: A ti te gusta la casa?
LUISITA: Ya sabes que si pero
AMELIA: No hay pero que valgan mi amor. Mira yo estoy ganando bastante dinero en París y ya se que no hay que gastar el dinero a la ligera pero… (Luisita bajo la mirada y Amelia la tomó del mentón para que la mirara a los ojos) Mi amor quiero pasar el resto de mi vida contigo. Quiero formar una familia contigo. Quiero hacerme viejecita contigo y para eso necesitamos una casa. Ya les has oído. Podemos pagar la mitad ahora y el resto a plazos. Pero si no estas segura podemos alquilarlo por ahora y comprarlo en unos años, siempre y cuando no aparezca otro comprador claro.
Este último comentario hizo reaccionar a Luisita.
LUISITA: Yo no quiero que nadie la compre!
AMELIA: Eso quiere decir…(mirándola a los ojos emocionada)
LUISITA: (copiando a su novia) Si tu quieres?
AMELIA: Si es contigo por supuesto.
LUISITA: Pero tienes que dejar que te lo pague.
AMELIA: Necesito que lo digas.
LUISITA (chillando de emoción): Compramos la casa de mi hermana!!! AAAAAhhhhh
La chicas se abrazaron dando saltos y se besaron una y otra vez.
Fin del Capítulo 62
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Milagro Navideño de 1976
Fiction généraleEs una version distinta de la trama Luimelia en la que Amelia no ha escrito ninguna carta a Luisita, si os interesa seguir leyendo