Nota: Bueno lo primero es pediros disculpas por haber tardado tanto en escribir. La verdad es que al principio fue por falta de tiempo, luego fue falta de inspiracion, seguido otra vez por falta de timepo y un poco de pereza y dejadez tambien pero me daba un poco de rabia dejar esto sin terminar. No es ningun secreto que la historia se me escapo de las manos desde bien al principio pero aunque la hitstoria no fuera por donde lo tenia pensado, ni vaya por donde me llevo la propia historia, me he convencido a mi misma para darle un digno final antes de que termina el año, eso me gustaria al menos asiske muchas gracias primero por leer mi historia y segundo por tener paciencia conmigo. Imagino que ya tendreis hasta olvidado por donde iba la historia porque a mi me ha pasado para poder escribir asiske sin enrollarme más, espero que os guste
Milagro Navideño de 1976
Capitulo 72
NOCHE DEL 25 DE ENERO DE 1977, CASA DE LA FAMILIA GOMEZ-LEDESMA
DING DONG (Tocaron la puerta)
MARCELINO (muy emocionado): Que ganas tengo de contarles la sorpresa Manuela.
MANOLITA (mosqueada): Ni se te ocurra Marcelino!
MARCELINO: Pero Manuelaaaa (como un niño al que le echan la bronca)
MANOLITA: Sorpresa Marce, sorpresa. Entiendes el concepto no? Madre mía que están haciendo estas chicas?
DING DONG (Tocó la puerta)
Se oyó el ruido de alguien corriendo antes de que Amelia abriera la puerta envuelta en una toalla con el pelo empapado y chorreante.
AMELIA: Perdón, perdón, perdón. Pasad por favor, pasad, darnos un minuto para terminar de vestirnos.
MARCELINO: Tranquila yerna, ve tranquila y Luisita? Donde anda mi hija? (buscándola con la mirada)
LUISITA (chillando desde la habitación): Ya voy papa!!! Estoy terminándome de vestir, vosotros sentaros tranquilamente en el sofá!
MANOLITA: Bueno Amelia hija ve a vestirte y nosotros os esperamos aquí, ve hija ve.
Amelia se lo agradeció con una sonrisa y se marchó rápidamente a la habitación. Marce y Manolita entraron al salón y dejaron las bolsas en la mesa.
MANOLITA: Madre mía esta chicas… donde tendrán las cosas de la cocina
Mientras Manolita empezaba a buscar entre las cajas Marcelino se quedó embobado mirando hacia el pasillo con una sonrisa en la boca. Manolita levantó la mirada y vio a su marido, por un lado lo comprendía porque ella estaba igual de emocionada pero su lado racional le decía que debían disimular y esperarse al día siguiente.
MANOLITA: Marce cariño no metas la pata por favor.
MARCELINO: Manolita te juro que no lo pretendo pero estoy tan contento que me cuesta horrores contener mi alegría pero te juro por mis hijos que lo voy a intentar.
MANOLITA: Y yo te ayudaré mi amor.
Manolita le dio un besito a su marido en la boca justo cuando Amelia y Luisita entraban por la puerta del salón.
AMELIA: Oooooo que bonitoooo
Amelia agarró a Luisita por la cintura sonriente.
AMELIA: Cariño quiero ser como tus padres cuando seamos mayores (besito en la mejilla)
LUISITA: Lo seremos mi amor porque nuestro amor es del bueno como el suyo (guiño) pero… buaaajjjj parad por favoorrrr
Marcelino y Manolita rompieron su beso, Manolita se tapaba la cara mientras Marcelino se reía y abrazaba a su mujer acercándosela a su cuerpo.
MARCELINO: Ba hija… no será para tanto… Quiero a tu madre y me enorgullece seguir igual que el primer día después de tanto tiempo. Eh! Manuela! (guiño de ojo) Habrá que veros a vosotras? Ya me diréis en vuestro treinta aniversario
MANOLITA (siempre la voz de la razón): Bueno va venga vamos a cenar, Amelia hija donde habéis puesto las cosas de la cocina que no las encuentro.
Amelia ayudó a Manolita a buscar entre las cajas mientras Marcelino se quedaba en el sitio sonriente con las manos metidas en los bolsillos y Luisita lo miraba con la sospecha de que algo pasaba.
LUISITA: Papa que tramas?
MARCELINO: Yooo??? Nada hija nada, vamos ayúdame a buscar por la cocina.
Luisita vio como desaparecía su padre por la puerta en dirección a la cocina, algo tramaba su padre y ella iba a averiguarlo.
HORA DE LA CENA, CASA DE LA FAMILIA GOMEZ-LEDESMA
MARCELINO: Caray hijas que hambre que teníais, esta visto que las mudanzas dan hambre eh?
Luisita y Amelia compartieron una mirada pícara de la que Manolita y Marcelino no se dieron cuenta.
MANOLITA: Hoy ha sido un largo y duro día la verdad, y no solo por la mudanza. El atentado en el bufete, la desaparición de Julia,… Rogare a dios por volver a ver sana y salva a mi amiga (santiguándose)
Luisita se puso seria apartando por un instante la felicidad de tener el primer hogar de su familia para acordarse de Mateo y de lo mal que lo estaría pasando su familia. Amelia alcanzo la mano de su amada al ver su preocupado rostro, estrechó su mano a la vez que le lanzaba un besito.
MARCELINO: Todos los tenemos en mente mi amor (alcanzado la mano de Manolita al igual que hizo Amelia) pero apartemos momentáneamente la preocupación y hagamos un brindis por este nuevo hogar lleno de amor (levantando su copa). Por Luisita, Amelia y su nuevo hogar!
LUISITA y AMELIA: Por nosotras! (estrechándose la mano y mirándose a los ojos antes de beber y durante claro esta).
MANOLITA: Por vosotras y la maravillosa familia que formáis hijas mías (levantando la copa antes de beber)
MARCELINO: Y dinos yerna, a que hora sale tu tren mañana?
Luisita soltó la mano de Amelia poniendo ambas manos en su regazo y cambiando su sonrisa por una cara visiblemente apenada.
Manolita dio una suave patada a la espinilla de su marido.
MARCELINO: Auuuu Manuela hija ten un poco de cui (miro a su alrededor) dado.
Amelia posó su servilleta en la mesa para poder levantarse y acercarse a su amada agachándose ligeramente para poder mirarla a los ojos.
AMELIA: Eiiii cariñoooo va mírame (Luisita levanto la mirada para encontrarse a la mujer que le había cambiado la vida con una sonrisa de oreja a oreja) Mírame cariño, que hemos hablado antes? Esto no es un momento triste mi amor, no lo es. Es un momento maravilloso, tenemos una casa, un hogar, un proyecto de vida juntas. Vale que deberemos estar separas por un tiempo pero no estaremos separadas, que va a mantenernos unidas?
LUISITA (con voz baja y temblorosa): Nuestra luna.
AMELIA: Eso es mi amor. Y porque es eso?
LUISITA (algo mas animada, puesto que la cara de Amelia tenia ese efecto balsámico en ella): Porque no hay nada que la luna no una. Todas las noches a la misma hora las dos miraremos la luna y será como si la distancia física no existiera.
Amelia y Luisita se miraban a lo ojos con una mezcla entre sonrisas y lágrimas apretándose bien las manos hasta que el sonido de Marcelino sonándose los mocos las sacó de su propio mundo.
MANOLITA: Marce cariñooooo (levitándose para ir con su marido)
MARCELINO (le costaba hablar por la llorera): Eske… eske… eske… es muy bonitooooo (llorando más)
Manolita, de pie junto a su marido, lo abrazó para consolarlo mientras Amelia besaba la mano de Luisita primero y sus labios después al levantarse, le acarició la cara y se acerco a consolar a su suegro.
AMELIA: Suegroooo (haciendo un gesto de abrir los brazos para abrazarle)
Marcelino se levanto y se abrazó a su yerna favorita mientras su respiración volvía a la normalidad poco a poco. Luisita también se levanto para acercarse a su madre, quien la abrazó por la cintura mientras ambas miraban con ojos llorosos pero alegres la escena que tenían delante.
Marcelino se separó de Amelia, le tomó una mano, con la otra tomo la mano de su hija después de limpiarse las lágrimas.
MARCELINO: Necesito pediros un favor a las dos (las chicas se miraros antes de volver a prestar atención a lo que Marce tenia que decir). Sabemos que no os gustan las despedidas pero hemos preparado una comida para mañana en el Asturiano (Manolita abrió los ojos como platos pensando que su marido iba a estropear la sorpresa), solo la familia, bueno y Benigna si es que al final puede venir.
LUISITA: Papa no se si…
AMELIA: Por supuesto.
MARCELINO, MANOLITA y LUISITA (sorprendid@s): Por supuesto?
AMELIA (un poco enrojecida por la vergüenza): Este tiempo fuera me ha hecho darme cuenta de lo mucho que os he echado en falta, a vosotros, mi familia.
Madre, padre e hija se miraron antes de tomar entre los tres a Amelia en un abrazo popular.
Pasado un rato…
AMELIA (rompiendo el abrazo): Bueno venga baaa que se nos va a hacer tarde. Luisita vamos a por el postre que tus padres ya han hecho bastante trayendo la cena.
LUISITA: Si mi amor. Papa, mama sentaos tranquilamente que ahora volvemos.
Las chicas desaparecieron por el pasillo.
MANOLITA: Marce cariño estas bien?
MARCELINO (con una sonrisa de oreja a oreja): Yo? De maravilla cariño, has visto lo fácil que ha sido? Las chicas ni se imaginan lo que les hemos preparado y gracias a mi nos aseguramos de que no vayan a irse sin la despedida que merecen.
MANOLITA: Marcelino Gómez, estas diciéndome que has montado este paripé para que Amelia no se marche sin despedirse en el bar?
MARCELINO (con una sonrisita un tanto pícara): Aiii cariño, de donde crees que han sacado nuestras hijas su vena actoral? Mi yerna no puede resistírseme
MANOLITA: Y quien podría resistirse a esa carita mi amor? (besando a su marido
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EN ESE MISMO MOMENTO EN LA COCINA, CASA DE LA FAMILIA GOMEZ-LEDESMA
LUISITA: Cariño tu crees que sospecharan algo?
Amelia acababa de sacar el flan de su molde y se chupó los restos de caramelo de su dedo meñique.
AMELIA: Cariño estas hablando con una gran actriz, me apuesto lo que quieras a que no se huelen nada.
LUISITA (insinuante): Lo que quiera eh? Ya puedes estar bien descansada la próxima vez que nos reunamos porque no vas a salir de entre mis piernas en al menos cinco días.
AMELIA (siguiéndole el rollo): Te juro por lo que mas quiero, que eres tu, que por si mi fuera nunca saldría de entre tu piernas lobita mía, GRRRR
Luisita sintió como todo su cuerpo, empezando por su entrepierna comenzaba a arder pero no le quedaba mas remedio que esperarse a quedarse a solas con la morena.
Amelia cogió en flan en sus manos y empezó a andar pero se paró en la puerta de la cocina para mirar a una ensimismada Lusita.
AMELIA: Amoorr? Coge los platos y las cucharillas.
LUISITA ( saliendo de su mundo interior): Ehhh a si las cojo, pero a la que voy a coger es a ti en cuanto mis padres salgan por la puerta.
Luisita cogió los platos y cucharillas y salió de la cocina no sin antes golpear levemente con su cadera la cadera de Amelia que no se esperaba la respuesta y se quedo quieta con un sonrisa tontorrona en la boca.
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Amelia y Luisita sirvieron el flan en cuatro platos, uno para cada comensal.
MARCELINO: Mmmmm Manuela que rico te ha salido por dios.
MANOLITA: Gracias Marce.
LUISITA: Si mama esta de muerte.
AMELIA: Manolita esta mmmm
Los cuatro comieron el flan en silencio mientras una misma idea rondaba las cuatro cabezas: “No puedo esperar a ver sus caras mañana en el Asturiano cuando les contemos la sorpresa”. Cada oveja miro a su pareja con una mirada cómplice y una sonrisita, tan inmersos en su mundo que no prestaban atención a su alrededor.
Fin del capitulo 72
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Milagro Navideño de 1976
Narrativa generaleEs una version distinta de la trama Luimelia en la que Amelia no ha escrito ninguna carta a Luisita, si os interesa seguir leyendo