¿Qué pasaría si te dijese que Bella Swan tenia una hermana?
¿Y si esa hermana se alojase en la cabaña 13 del campamento mestizo?
Las hermanas se reencontraran a petición de Renee en Forks aunque nunca se llevaron del todo bien. Bella siempre culpó a...
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P.O.V. Lilith
Caminé lentamente hacia casa de los Cullen, admirando el paisaje. Un bosque frío, lleno de verdes árboles y con el sonido del agua callando de fondo, me incitó a reflexionar.
Hacía unos minutos, le había pedido a Annie que me enviase una pulsera como la que describió mediante las cajas de envío Hermes. Junto a Percy, se había encargado de conseguirla y mandarla sin problemas, siempre que la mantuviera informada. Annabeth le había contado todo lo sucedido a Nico, el cual al principio se preocupó. Conseguí convencerle de que estaría bien y le llamaría si algo malo o fuera de lo normal llegara a pasarme. También, me contaron como estaba el campamento mediante una nota que había en la caja con el envío. Todos estaban bien, mejorando sus habilidades. Cosa que yo debería hacer también.
Dejando el tema de los semidioses y el campamento, estaba Paul. El chico de la playa. El que sentía que quería pero no conocía. Ese mismo. No sabía si era mi imaginación o culpa de Afrodita y Eros, pero sentía que era mi mundo. Que no podía estar sin el. Sinceramente, no se como reaccionar a todo lo ocurrido en La Push. Ni siquiera se donde vive o sus gustos. Únicamente su nombre y alguno de sus amigos.
El ruido de una rama rompiéndose me sacó de mis pensamientos. Edward Cullen.
- ¿Dónde está Nessie?- preguntó acercándose hacia donde me encontraba.
- Se quedó en La Push, con su novio y sus amigos- contesté desinteresada mientras cruzaba un pequeño río, hacia donde Edward se encontraba.
- Oh, está bien- dijo desconfiado, entrecerrando los ojos.
- Supongo, ¿hay comida?- pregunté cambiando de tema rápidamente.
- Si claro, Nessie ha llamado diciendo que comerá en casa de Emily, con la manada- contestó sin prestar atención a sus palabras.
- ¿La manada?- pregunté mientras pasaba una mano por mi pelo. Esto no me huele bien. Está pasando algo.
- Se hacen llamar así, es un mote para su grupo- dijo Edward intentado restarle importancia al asunto. Se apreciaba lo nervioso que estaba. Si no fuese un vampiro, estaba segura por todos los Dioses que estaría sudando.
- Es bueno saberlo- respondí con una sonrisa falsa mientras me encaminaba hacia casa, dejando a Edward atrás.
Llegué hasta el porche del edificio y acto seguido toqué la puerta. Una feliz Alice me abrió para darme un abrazo. Respondí a el incómoda y parece ser que la vampira se dio cuenta, por lo que me soltó.
- Disculpa, Nessie dijo que no estabas con ella y me preocupé de que no hubieses llegado aún- dijo ella colocando sus manos detrás del cuerpo y con la mirada hacia el suelo.
