¿Qué pasaría si te dijese que Bella Swan tenia una hermana?
¿Y si esa hermana se alojase en la cabaña 13 del campamento mestizo?
Las hermanas se reencontraran a petición de Renee en Forks aunque nunca se llevaron del todo bien. Bella siempre culpó a...
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P.O.V. Lilith
Paul y Jacob llegaron a casa justo a la hora acordada. Ambos vestían unas bermudas vaqueras y unas finas camisetas. En el caso del primero, de color blanco y en el caso del segundo, en color rojo claro. Jacob tomó a Nessie de la cintura y la besó sin importarle todo lo demás. Bella le lanzó una mirada de odio que hizo que ambos se separasen, sonrojados.
- ¿Nos vamos? Quiero ver el acantilado- dije fingiendo estar entusiasmada. A quien quiero engañar, el agua no es mi pasión y si está en un sitio alto, menos aún. Simplemente tenía que sacar a Jacob del aprieto en el que se acababa de meter.
- Será mejor que os vayáis ya, si no, te dejaré estéril, Jacob- amenazó Edward.
- S-si señor- murmuró este mientras Nessie le sacaba de casa, no sin antes fulminar a sus padres con la mirada. Paul y yo les seguimos silenciosamente.
- Te va a encantar en acantilado, es muy bonito- comentó Paul. Una mirada de burla se hizo presente en la cara de Jacob, pero fue reemplazada por una de dolor al sentir una patada por parte de su novia.
- ¿Qué vamos a hacer allí?- pregunté curiosa.
- Comer, es obvio- respondió Jacob.
- ¡Qué dices, idiota!- contestó Nessie- los chicos se tiran por ahí-
- En efecto, es divertido- dijo Paul. ¿He escuchado bien? Perfecto, son suicidas que se tiran por un acantilado. Y yo que pensaba que mi muerte sería heroica y mira tú por donde, me caeré por un barranco.
- No de la manera que piensas. El acantilado da al océano, si te tiras conmigo no te pasará nada. Lo prometo- rectificó Paul. Era muy tierno de su parte, pero no iba a tirarme al vacío.
- ¿Vamos andando?- pregunté para cambiar de tema.
- Vamos en mi bebé- dijo Jacob, orgulloso.
- Pensaba que yo era tu bebé- se quejó Nessie.
- Cla-claro que lo eres. Chalton es más como mi hijo, con el no me voy a casar- explicó el joven mientras la Cullen se sonrojaba.
Comenzamos a caminar hacia el otro lado del río. Esperaba que nuestro medio de transporte fuese un animal o algo así, que su nombre fuese Chalton. Pero no podía creer que el famoso Chalton era una camioneta, una vieja y roja camioneta. ¿Quién en su sano juicio pone nombre a un coche? Exacto, Jacob.
- Le has puesto nombre a un trozo de chatarra- afirmé, levantando una ceja.
- ¡No es una chatarra, no le escuches Chalton!- gritó horrorizado por mi comentario.
- Vale, vale. Lo siento- me disculpé mientras me pegaba a Paul ante el grito de Jacob, quien gustoso me recibió.
Subimos a Chalton y Paul y yo nos sentamos en el asiento trasero. Me acerqué a él de nuevo mientras me sonrojaba por la cercanía.
