Capítulo 3 ~

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P.O.V. Lilith

Sonreí incómoda tras las presentaciones de los Cullen. Estaba en una casa llena de vampiros, seres sobrenaturales que bebían sangre humana. No me inspiraba nada de confianza que mi media hermana fuese una de ellos. Observé bien los ojos de cada integrante. Dorados, signo de que eran vegetarianos. Un leve suspiro se escapó entre mis labios al darme cuenta de que ya no corría tanto peligro. Pero, Renesmee no era como ellos, no tenía ojos dorados.

Con una sonrisa y la cara ladeada, le pregunté a Esme donde debía dormir. Ella con una sonrisa me guío hacía la planta alta en la cual se encontraban las escaleras.

Al llegar a la mitad de estas sentí una leve presión en la cabeza. Alguien estaba intentando entrar a ella. Aún con la cabeza en alto mientras subía las escaleras, recorrí rápidamente la vista por el salón. Mi mirada fue a parar a Edward, el esposo de mi hermana. Tenía el ceño fruncido y cara de desconcierto.

Todo cobró sentido dentro de mi cabeza por un momento. Vampiros con dones. Tal y como lo eran los Vulturis. Padre, al llevar criaturas de la noche, tenía poder respecto a la realeza vampírica. Una vez al siglo solían reunirse en el salón de los Vulturi junto a todo su clan y mis hermanos. Un año, antes de una de las peores guerras de la historia sobrenatural, desaparecieron. No dejaron ni una nota, simplemente se fueron y no volvieron a asistir a ninguna de las reuniones. Recuerdo aún la cara de enfado de mi padre y la masacre que hubo en el mundo mortal esa noche. Papá se la tiene jurada desde entonces.

Habíamos terminado de subir las escaleras y Esme, encabezando la marcha, acababa de llegar a una puerta blanca de madera.

-Bien cielo, está será tu habitación mientras te quedes con nosotros- dijo con una sonrisa maternal cubriendo su rostro.

-Gracias Esme- contesté regalandole una sonrisa sincera.

-Te dejaré tranquila para que ordenes todo tu equipaje, si necesitas algo sólo avísanos, estaremos en la planta baja- afirmó mientras señalaba las maletas. Acto seguido giró sus pies dejándome sola.

Recorrí la habitación con la mirada. Las paredes eran de color café con muebles blancos. En la parte derecha de la habitación se encontraban las puertas del armario y un espejo que cubría un cuarto de esta pared. De frente se podía observar una cama matrimonial de estilo medieval, decorada con cojines y ropa de cama a juego con los colores de la habitación. A ambos lados de este mueble, se encontraban dos mesitas de noche con sus respectivas lámparas. En la parte derecha de la cama estaba localizado un tocador rústico, junto con un espejo redondo colgado de la pared, adornado con flores de colores. A la izquierda de la cama se encontraba un escritorio blanco sobre el cual se podía distinguir una enorme estantería. Finalmente una enorme alfombra de pelo blanco cubría la mayor parte del suelo de la habitación.

Semidiosa hermana de Bella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora