¿Qué pasaría si te dijese que Bella Swan tenia una hermana?
¿Y si esa hermana se alojase en la cabaña 13 del campamento mestizo?
Las hermanas se reencontraran a petición de Renee en Forks aunque nunca se llevaron del todo bien. Bella siempre culpó a...
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P.O.V. Lilith
Moví mi pie nerviosamente a la vez que me balanceada en la silla y miraba fijamente el reloj que colgaba de la pared principal del aula. La aguja menor avanzaba despacio y parecía estar pasando una eternidad en lugar de meros segundos. Suspiré pesadamente mientras llevaba una de mis manos al pelo, para sacudirlo levemente. Mi mirada se desvió hacia el techo, provocando que la poca atención que le prestaba al profesor se evaporase debido a la TDAH. El cabello rubio que poseía caía en suaves ondas sobre mi espalda, convinando con la camisa de cuadros color amarillo que llevaba atada a la cintura. Los bolígrafos estaban esparcidos por toda la mesa y el cuaderno abierto que se encontraba en ella, estaba lleno de garabatos.
El viernes había llegado demasiado pronto, sin darme apenas tiempo a pensar. No simplemente sobre la cita que tenía esa misma tarde, sino también por las sospechas de Leah. La chic, últimamente, solía mirarme con detenimiento e intentaba analizarme. Al parecer, la metamorfa sospechaba algo y eso podía perjudicarme, mas debía intentar que eso no ocurriese.
Por otro lado, Paul se había pasado toda la semana mandándome mensajes cariñosos. Solía darme las buenas noches y los buenos días constantemente. Hubo una noche en la que se presentó en casa de los Cullen, en vez de entrar cual persona normal por la puerta, entrase por la ventana abierta de mi habitación. Yo únicamente llevaba un corto pantalón negro y una enorme camiseta de chico. Él, al verme, me abrazó y se quedó junto a mi hasta que la hora de hacer su guardia comenzó. Una sonrisa tonta estuvo presenta en mi cara durante todo el día.
El timbre sonó, indicando el final de la última clase de la semana. Mis pensamientos se disiparon y me centré de nuevo en la realidad al ver cómo Mason se levantaba rápidamente de su silla, casi tirándole en el proceso. El chico había recogido minutos antes de final de la hora, ganándose así un regaño por parte de la profesora, mas este no le hizo caso. El chico corrió velozmente hacía mi mesa, donde yo me encontraba metiendo el cuaderno gabarateado en la mochila.
- ¿Qué haces? ¡Date prisa, mujer!- espetó el moreno, quien estaba al corriente de mi cita con Paul.
- ¿Por qué?- pregunté con pereza mientras me levantaba de la silla y colgaba la mochila a mi hombro.
- ¡Queda dos horas para la cita y aún hay que arreglarte!- gritó mi amigo, apresurado su paso hacia la puerta de salida del Instituto.
- Mason, aún hay tiempo y tenemos que comer- comenté mientras corría tras el chico.
- ¡Abran paso, tengo una cita que preparar!- gritaba el moreno a la vez que apartaba gente de nuestro camino y me tomaba de los hombros- ¡aparta, fuera!-
Comencé a reírme al ver como la gente le miraba entre con asco por empujarlo y burla al escucharle gritar. Salimos finalmente a la parte exterior del Instituto, donde se encontraban las pistas.
