¿Qué pasaría si te dijese que Bella Swan tenia una hermana?
¿Y si esa hermana se alojase en la cabaña 13 del campamento mestizo?
Las hermanas se reencontraran a petición de Renee en Forks aunque nunca se llevaron del todo bien. Bella siempre culpó a...
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P.O.V. Lilith
- Claro que estás lista, Lilith- susurré hacia mi misma, de manera apenas aludible.
Los nervios me comían completamente. Sentía como mis piernas se convertían en gelatina y comenzaban a temblar. En cualquier momento, fallarían al andar, y acabaría besando el suelo de manera ridícula. Suspiré, intentando disipar la tensión que mantenía mis hombros tensos, y giré hacia la cocina.
El metamorfo de encontraba allí, mientras un aura de nerviosismo le rodeaba completamente. Los labios del chico se encontraban de color carmesí claro, debido a que este se los mordía cuando estaba nervioso. Sus ojos poseían un tierno brillo que se intensificó al mirar en la dirección en la que me encontraba. El chico llevaba unas bermudas cortas vaqueras y una camiseta de manga corta. Una chaqueta negra, que desprendía un olor varonil, reposaba sobre la mesa.
- Hola- saludé de manera tímida. Mis nervios estaban a flor de piel, y Paul sonrió posiblemente al escuchar el latido acelerado de mi corazón, el cual parecía querer salir de mi pecho.
- Hola- respondió el metamorfo, dejando a la vista su perfecta dentadura.
Con inseguridad, se acercó hacia mi y me abrazó tímidamente. Mi cabeza quedó sobre su pecho, y él me rodeó con sus brazos. Apoyó su cabeza sobre la mía y entrelazó sus propios dedos a mi espalda. El calor que Paul emanaba se colaba entre mi cuerpo, haciéndome sonreir de manera inconsciente. Sentí como su peso subía y bajaba a medida que Lahote respiraba. Sentí como su mandíbula se elevó, producto de una sonrisa.
Lentamente, se separó, pero mantuvo sus manos en mis hombros.
- ¿Estás lista?- preguntó Paul.
Asentí lentamente y grité en señal de despedida. Observé como Masón intentaba esconderse en el hueco de la escalera, por lo que, de manera rápida, le enseñé mi dedo corazón por cotilla. El chico hizo como si eso nunca hubiese pasado y levantó los dedos en señal de apoyo. Elevé la comisura de mis labios mientras escuchaba como algunos vampiros correspondían a mi despedida.
Sentí como algo se aproximaba a mi nuca y como un leve aire ondeaba los pelos que se habían escapado del moño. Rápidamente, me giré y agarré al vuelo lo que fuese que había caído, provocando que Paul me mirase sorprendido. Un bolso negro era sujetado fuertemente por mi mano, que había actuado como reflejo por si sola. Giré cual película de miedo hacia la escalera, viendo como Masón sonreía de manera inocente.
- ¿Ups?- dijo mi amigo, poniendo una mueca dulce en su rostro.
- Mason- me quejé, sabiendo que el chico buscaba un momento cómico- cállate-
