●▬▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬●
●▬▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬●
P.O.V. Lilith
Las gotas chocaban rápidamente contra el cristal de la ventana, como si de un huracán se tratase. El frío acariciaba mi piel, erizándola al instante mientras jugaba con el borde de la camiseta. Nico se había ido de madrugada y me ponía nerviosa estar sola desde que volvieron los sueños mestizos y las pesadillas.
No era cualquier sueño, era la sensación de caer al vacío y que alguien te acercase rápidamente a él. Esa sensación no se despegaba de mi cuerpo y me aterraba. Había pasado la noche en vela, intentando no ponerme paranoica y pensar que alguien me observaba desde las sombras.
Escuché algo de movimiento en la planta baja y decidí levantarme. Estar sola era lo que menos quería en esos momentos. Despejar mi mente me ayudaría a relajarme. Teniendo en cuenta que era Carlisle el que estaba en la planta baja debido a las altas horas de madrugada. Solía salir de casa muy temprano para hacer guardia en el hospital y atender pacientes de urgencias.
Me levanté de la cama inspeccionando las sombras de mi habitación, en busca de una que se asemejase a un humano o incluso a un monstruo. Mas no encontré ninguna. Únicamente había sombras en las esquinas de la habitación, con la forma de los muebles y las ramas de los árboles del exterior. Me acerqué lentamente a la silla del escritorio y recogí una manta verde oscuro de cuadritos. La puse sobre mis hombros para que esta me transmitiese calor. Por un momento pensé en Paul y en el calor que emanaba de su cuerpo. Uno sobrehumano que me mantenía tranquila y segura. Aparté rápidamente esos pensamientos. Se supone que estaba enfadada con Paul, ¿no?
Bostecé y, sin ponerme las zapatillas, bajé hacia la planta baja mientras sentía en frío subir a través del suelo. Observé como Carlisle se preparaba una bebida en una pequeña taza blanca con detalles negros al rededor. Me acerqué cuidadosamente a él y esperé hasta que este me notase.
- ¡Por Jesucristo!- gritó el vampiro asustado al verme tras él. El café que Carlisle llevaba rebotó junto a su cuerpo, manchando un poco el suelo.
- Hola- murmuré congestionada, sonriendo. El Cullen correspondió a mi saludo y me indicó un pequeño plato con galletas que reposaba sobre la encimera de la cocina.
- ¿Qué haces despierta a las cinco de la mañana?- preguntó curioso mientras yo me dedicaba a observar una galleta detenidamente.
- No puedo dormir- contesté bajito, aunque lo suficiente para que él me escuchase. El Cullen asintió entendiendo el problema y me dedicó una sonrisa sincera, a la cual correspondí.
- Mira el lado bueno, llegarás perfectamente al instituto- intentó Carlisle ser positivo. Elevé la comisura de mis labios en señal de indignación. El doctor sonrió y cogió su casual maletín situado al lado del sofá.
ESTÁS LEYENDO
Semidiosa hermana de Bella Swan
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si te dijese que Bella Swan tenia una hermana? ¿Y si esa hermana se alojase en la cabaña 13 del campamento mestizo? Las hermanas se reencontraran a petición de Renee en Forks aunque nunca se llevaron del todo bien. Bella siempre culpó a...