Capítulo 11 ~

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P.O.V. Lilith

Una melodía de Green Day me despertó de mi sueño. Apenas había podido dormir, no paraba de tener pesadillas. Extendí mi mano hacia el teléfono y lo pulsé repetidas veces para apagar la alarma. Era demasiado pronto, ¿por qué Apolo me había castigado de esta forma?

Me incorporé lentamente mientras bostezaba y estiraba los brazos. Aún dormida me encaminé hacia la silla, donde dejé la noche anterior preparada la ropa que iba a ponerme. Esta consistía en unos pantalones vaqueros anchos con rotos y una camiseta de manga corta blanca, con el famoso cuadro de "La creación de Adán". La pintura de ambas manos que intentaban tocarse. Fui hacia el baño para ducharme. Tardé algo menos de 20 minutos en salir de ella y vestirme. Peiné mi pelo y lo dejé suelto para que se secase. Acto seguido, me calcé con unas Converse negras y comencé a caminar hacia la planta baja mientras revisaba el teléfono.

- Buenos días- saludé desinteresada al terminar de bajar, aún revisando mi móvil. No me apetecía para nada ir al Instituto. El simple hecho de pensar en los estudios me ponía los pelos de punta. Me esperaba un día horrible, de eso no tenía duda.

- Hola, querida- contestó Esme con una sonrisa maternal en su cara.

- ¿Cómo dormiste?- preguntó esta vez Isabella. La ignoré y me dirigí a la mesa de la cocina, donde los Cullen se encontraban sentados. No era mi prioridad hablar con ella, aún estaba molesta. Si no quería un viaje guiado con destino al Tártaro, sería mejor que se mantuviese al márgen.

Emmett me revolvió el pelo nada más sentarme en la silla que se encontraba a su derecha. Me lo acomodé de nuevo con las manos, mientas le fulminaba con la mirada y el reía. Alice depositóun plato frente a mi y Bella frunció el ceño, asqueada por el olor y molesta porque no contestase a su pregunta. La vampiresa había cocinado unas pequeñas magdalenas, las cuales comencé a comer en cuanto las vi. Observé a todos los integrantes de la familia Cullen. Miraban expectantes y arrugaban la nariz.

- ¿No queréis comer?- pregunté incómoda por las miradas. Después de todo tenía que seguir aparentando que no sabía nada, ¿cierto?

- Ya hemos comido, justo antes de que Carlisle se fuese al hospital- contestó apresurado Jasper. Todos asintieron, corroborando la mentira del vampiro.

Sonreí y continué comiendo lentamente. Cuando terminé, Rosalie se llevó el plato y lo metió el el lavavajillas. Posteriormente, Emmett me acercó la mochila llena de libros que se encontraba en el sillón, justo cuando Rose llegó a mi lado. Me tendió la mochila y yo me la colgué del hombro. Nos encaminamos hacia la salida y Esme se despidió de nosotros con mucha efusividad.

- ¿Te vienes con nosotros? Quiero decir, en nuestro coche- preguntó Edward. Él iba con Nessie y mi medio hermana. Preferí no ir con ella debido a que no estaba muy por la labor de entablar una conversación con Bella.

- No te preocupes, voy con Emmett- respondí mientras este me arrastraba hasta el coche.

Me senté en el asiento trasero del coche mientras que Emmett y Rosalie se sentaban en los delanteros, con el vampiro al volante.

El camino transcurrió en silencio. Llegamos al instituto y nada más bajar del coche, todas las miradas se centraron en nosotros. Era raro ver a una chica nueva en un pueblo tan pequeño. Desde donde estaba podía escuchar los murmullos de la gente y sus miradas nada disimulada hacia mi. Incómoda, me dirigí hacia dentro del edificio, tras despedirme de los Cullen. Les prometí que me sentaría con ellos en la comida. Posiblemente ni amigos hiciese. No era muy sociable que digamos.

Llegué hasta secretaría, donde una joven rubia con el cuerpo bien definido se encontraba sentada.

- Buenos dias- saludó mientras mascaba exageradamente un chicle. Se podía notar que no era muy mayor. Apostaba cualquier cosa a que esa chica se había tirado ya a medio profesorado. Pondría mi mano en el fuego.

- Me llamo Lilith Swan, soy nueva- contesté analizandola con la mirada.

Vestía una corta falda negra junto con una camiseta blanca de botones y un cartelito con su nombre. No me paré a leerlo, las letras se movían demasiado. Estaba segura de que querían huir de su lado. La muchacha se levantó de la silla y se acercó a un mueble que contenía expedientes de alumnos. De el sacó una carpeta con mi horario de clases, un mapa para ubicarme y el número de mi taquilla. Sin decir nada más me señaló a puerta, portando una sonrisa falsa en su cara. Me dirigí hacia ella para salir lo más rápido posible.

- Disfruta de tu estancia en Forks High School- escuché decir a la rubia.

Salí del despacho y comencé a buscar la taquilla. Finalmente la encontré, la taquilla 704 se encontraba frente a mi. Por experiencia, golpee fuertemente la caja de metal y metí la contraseña. Solían quedarse atascadas. Observé el horario, que aún permanecía dentro de la carpeta. Biología y Geología a primera, o al menos eso parecía estar escrito. Suspiré resignada e intenté buscar el aula donde se impartía la materia.

No encontraba la clase 2.13 por ningún lado. La campana había soñado hace apenas cinco minutos, pero no había preguntado a nadie. Tampoco iba a volver al despacho de la Barbie andante. Continué mirando el mapa, en busca del lugar. Choqué con la espalda de alguien y caí de bruces al suelo.

- Joder- murmuré mientras me incorporaba de nuevo.

- ¿Te hiciste daño?- preguntó un joven de piel chocolate. Era contra la persona que había chocado.

- No imbécil, ¿no ves que el suelo es de gelatina?- contesté, fulminandole con la mirada.

- Perdona, no te vi- respondió mientras agachaba la cabeza. Le resté importancia, dispuesta a caminar de nuevo. Pero la voz del muchacho se hizo presente de nuevo.

- Me llamo Mason- se presentó.

- Lilith, la nueva- dije acompañando las palabras con un saludo.

- Bien Lil, ¿qué clase buscas?- preguntó. Me sorprendí por la rápida confianza que había cogido.

- 2.13- contesté mientras le sonreía. El chico me caía bien.

- Uh Biolgia con "El Sapo"- se lamentó Mason. Reí ante el apodo del profesor- no te preocupes, te acompaño. Voy a la misma clase y me servirás de escusa por llegar tarde. Un placer hacer negocios con usted, señorita-

Comencé a reír sin poder evitarlo. Estaba segura de que ese chico alegraría la gran parte de mis días. No estaba equivocada en nada.

 No estaba equivocada en nada

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Semidiosa hermana de Bella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora