Capítulo 17 ~

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P.V.O. Lilith

Salí de casa de Emily apresurada mientras Leah me seguía de cerca. El dolor del pecho era insoportable. No quería llorar pero nada me impedía hacerlo.

- ¡Lilith espera!- gritó Leah mientras se posicionaba a mi lado.

- Es un idiota- murmuré tristemente.

- Claro que lo es- me apoyó Leah- ven, vamos a mi casa-

La seguí sin decir palabra mientras caminábamos. De verdad me había dolido. Cuando hablé con Piper no estaba segura de que él no me quisiese pero ya veo que si.

- Vamos- dijo Leah dulcemente mientras me sentaba en su cama.

Comencé a llorar mientras la abrazaba. Nunca había derramado lágrimas por algún chico que me hubiese partido el corazón. Pero con Paul era diferente. A él realmente lo quería y lo único que había hecho era pisar mi corazón.

- Sácalo todo, llorar no es malo- me animó Leah. Sabía que le estaba dejando toda la camiseta empapada pero a ella no parecía importarle.

- Gracias Leah- murmuré mientras me separaba un poco y frotaba mis ojos. El dolor no había desaparecido.

- Me pasó lo mismo con Sam, te entiendo perfectamente- me explicó ella.

- Leah, me duele el pecho- susurré. No supe como ella me escuchó pero me miró preocupada.

- Necesito que te calmes, ¿vale? Es normal, no pasa nada- dijo la de piel morena.

- No quiero ver a nadie- murmuré mientras respiraba e intentaba calmarme. Sabía que Collin y Brady estaban tocando la puerta. Desde aquí eran aludibles sus gritos.

- No van a entrar, me encargaré de eso- dijo mientras me daba la mano y acariciaba mi pelo. Me dejó un momento en la cama tumbada y bajó a la primera planta. La oí hablar con ambos chicos y tras cerrarles la puerta, subió.

- Mira, ositos de gominola- dijo Leah con una bolsa de Haribo en la mano. Eso me animó un poco. Se sentó a mi lado y puso la tele, ayudándome a relajarme.

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Pasé la noche con Leah. Según me dijo, Nessie había hablado con los Cullen sobre la situación en la que me encontraba. A la mañana siguiente, llegué a casa de los vampiros. Me sentía débil, impotente. Había decidido irme de Forks por una semana, me haría bien ver el campamento.

- Hola- saludó Esme dulcemente. Todos me miraban con pena y yo odiaba eso. Odiaba sentirme pequeña, inútil. El dolor del pecho no había desaparecido y todos se extrañaban de que aún me mantuviese en pie. Para mí no era raro, la resistencia es uno de mis puntos fuertes. Subí hacia mi habitación sin saludar ni mirar a nadie. Nada más entrar, preparé una pequeña mochila con algunos productos de higiene y ropa de cambio.

- Necesito irme, porfavor- murmuré nada más ingresar en el comedor, donde todos los Cullen se encontraban.

- Lo entendemos, ¿dónde irás?- preguntó Bella mientras me abrazaba. Todo este tiempo, ella había estado ahí para mi, apoyándome.

- A casa- susurré a la par que le devolvía el abrazo.

- ¿En avión?- preguntó Nessie.

- No, en autobús- intenté decir. Realmente iría mediante viaje sombra.

- Muy bien, cielo. Esperamos que vuelvas pronto- dijo Rosalie- me encargaré de hacerle la vida imposible a ese chucho mal nacido-

Solté una pequeña risa mientras cogía la mochila y me dirigía a la puerta. Puede que ellos pensasen que no me iría hoy, pero realmente lo necesito. Necesito desaparecer, irme de aquí. Me agobia. Abrí la puerta y me encontré con el rostro de todos los chicos y Leah. Ella ya sabía de mi plan y me apoyaba completamente.

- ¿A dónde vas?- preguntó Paul al ver mi mochila. No lo miré a los ojos. Con sólo escuchar su voz, ya tenía ganas de llorar. Pero no dejé que ese sentimiento se apoderase de mi y avancé hacia el bosque.

- A casa- dije firme. No sabía cómo había tenido el valor de responder.

- Esta es tu casa- contestó el chico.

- No, no lo es y nunca lo fue- volví a decir. Él tomó mi hombro y yo lo aparté bruscamente.

- No te atrevas a tocarme- respondí mientras me comenzaba a enfadar. Los demás se habían quedado atrás, esperando a Paul.

- ¿Por qué?- preguntó él, dolido.

- Porque no soy un juguete, Lahote. No puedes ir por ahí besando a cualquiera, dándole falsas esperanzas y luego tirándote a otra tía. Porque, ¿sabes qué?, puede que todas corran a tus brazos de nuevo. Pero yo no soy así, yo no soy una cabeza hueca y me niego a ser otra más en tu lista- contesté firmemente mientras le miraba a los ojos.

- Pero tu también tuviste la culpa- se defendió.

- ¿Enserio? Recuérdame por qué- dije sarcásticamente. La situación comenzaba a irritarme.

- Sales con Nico- respondió el chico.

- Es mi hermano, imbécil- respondí mientras le miraba decepcionada.

- Hay rumores en el pueblo de que sales con Mason- volvió al ataque.

- ¿Te crees todo lo que escuchas o qué? No soy como tú, no salgo con veinte chicas a la vez. Cuando llegué aquí, todo el mundo hablaba de rumores sobre el genial Paul Lahote. Nunca creí que fueran verdad, preferí confiar en ti. Tú nunca lo hiciste en mi- me defendí.

- Pero estáis siempre juntos- se quejó el chico mientras una cara de angustia se instalaba en su rostro.

- Lahote, Mason tiene novio, es gay- dije. Vi la cara de Paul cambiar en segundos. Su rostro era de arrepentimiento y sus ojos comenzaban a cristalizarse, al igual que los míos.

- No te vayas, podemos agregarlo- susurró el chico.

- Podíamos haberlo hecho sin necesidad de montar todo aquello. Pero a fin de cuentas, no somos novios, ¿no?- pregunté incómoda. Las lágrimas caían por mis mejillas. Estaban frías y un aire con olor a azufre comenzaba a extenderse por la zona.

- Por favor, Lil- volvió a decir Paul.

- Para ti soy Lilith, Lahote- contesté a modo de despedida. Las lágrimas no dejaban de caer.

- No hagas esto, porfavor. Quédate conmigo, dame otra oportunidad- dijo Paul, quien también había comenzado a llorar. Pasó su mano por su desordenado pelo, haciéndome recordar su tacto.

- Las oportunidad se ganan, Paul. No se regalan- contesté posicionandome a la sombra de un enorme Pino.

- Porfavor- murmuró él una última vez.

- Me has hecho daño, Paul. Me cuesta confiar en las personas y cuando te entregué mi corazón, lo rompiste- dije observando como Paul no paraba de llorar. Quería acercarse a mi y abrazarme, mas no se lo permití.

- Adiós- susurré mientras desaparecía entre las sombras. Vi a Paul caer al suelo mientras lloraba aún más alto que antes. Todos los chicos llegaban y se posicionaban a su alrededor. Observaban como desaparecía, intentaban tocarme pero nunca lo conseguían.

Desaparecí camino del Campamento Mestizo, mi verdadero hogar.

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¡Hola! Siento que el capítulo no quedó como quería, quedó como que muy pobre. Pero en fin, no pasa nada. Creo que debería cambiar la portada, ¿qué opináis? ❤

Semidiosa hermana de Bella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora