Capítulo 21

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Abrí mis ojos debido a las fuertes voces que se oían en la planta baja de la casa

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Abrí mis ojos debido a las fuertes voces que se oían en la planta baja de la casa.
Tardé unos cuantos pestañeos en acostumbrarme a la luminosidad del cuarto de Cole, a pesar de que el día estaba nublado y aún seguía lloviendo.

Mis alarmas se encendieron al toparme con la realidad: estaba en el cuarto de Cole.

Pegué la palma de mi mano contra mi frente, y frustrada, solté un bufido al recordar cómo me hizo sentir mi hermano en la noche y cómo gracias a su compañía pude finalmente dormir como un bebé.

Giré sobre mí misma para verificar si aún seguía acompañada, pero lamentablemente no fue así, ya que el pecoso no se encontraba por ningún lado.

Me lancé sobre el colchón nuevamente e hice un berrinche en forma de protesta a la nada misma, enojada con la vida, deseando volver a estar acostada envuelta en un abrazo suyo otra vez.

¡Qué ocurría conmigo!

No era correcto estar deseando eso.

Luego de ir al baño me dirigí escaleras abajo hacia la cocina.
No tenía la menor idea de cómo afrontar a mi hermano después de lo ocurrido en la madrugada. No sabía con qué cara lo vería por la vergüenza que sentía en esos momentos.

Pero no hizo falta seguir pensando en aquello, porque mi cara directamente se cayó al toparme con mi hermano y su novia preparando café.

Me detuve como una tonta, con la boca entreabierta y el rostro fruncido por la inesperada imagen frente a mí.

Me sentía despechada, como cuando en las películas la chica nerd se acuesta con el popular de la clase y al otro día éste ni siquiera la saluda en los pasillos.
Lo tomé hasta como una ofensa. Un desengaño que me provocaban ganas de tomar del cuello a Cole y alzarlo por los aires para gritarle lo estúpido que era.

Tuve que obligarme a mí misma a actuar a pesar de la ira y rabia que me generaba el muchacho.
Sin embargo, eso no me detuvo para mostrarles a la pareja mi mejor gesto de desagrado hacia ellos, incluso cuando la rusa no tenía nada que ver.

—¿Mala noche?—Preguntó la modelo, con una expresión divertida en el rostro.

Sí, pésima, hasta que me metí en el cuarto de tu novio y me invitó a dormir acurrucada a él, gracias por preguntar.

—No te imaginas cuanto.—Le respondí observando fijamente al pecoso, tanto, que creí lograr haberlo incomodado.

Quería golpearlo. Quería pararme delante suyo y arrancarle pelo por pelo hasta dejarlo calvo de la exasperación que me causaba.
Quería tenerlo frente a frente y preguntarle mirándolo directamente a sus marrones ojos, porqué le gustaba jugar conmigo de esa manera.

𝐁𝐑𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora