Capítulo 27

10.3K 527 199
                                    

—Sabes, eres la primer mujer a la que le he dado sexo oral

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Sabes, eres la primer mujer a la que le he dado sexo oral.—Admitió Cole, haciendo garabatos imaginarios con su dedo en mi espalda desnuda.

Nuestros cuerpos entrelazados yacían debajo de las sábanas, mientras nos hacíamos caricias mutuamente.

—Debo decir que tienes talento innato, entonces.—Reí con mi mentón apoyado sobre su pecho descubierto.

—Nunca creí necesitarte tanto.

—Nunca creí escucharte siendo tan cursi.—Acaricié su mejilla.

Soltó una risita, achinando sus ojos.

—Tú provocas esto. Hazte cargo.

Mordió sus labios y rodó los ojos al cielo.

—No me quejo.

Deposité un corto beso en su torso para luego abrazarlo con todas mis fuerzas posibles.
Nos mantuvimos un largo tiempo en silencio, hasta que el ruido de las llaves girando el pestillo de la puerta principal nos pusieron alerta.

—¡Rayos! Olvidé que venían hoy.—Maldijo el pecoso, separándose rápidamente de mí.

El pánico invadió la habitación. Ambos salimos de la cama de un salto e intentamos colocarnos la ropa lo más rápido posible.

—Toma, ponte esto.—Cole me lanzó una camiseta suya al segundo de haberse colocado sus boxers Calvin Klein.

—Mi uniforme está aquí.—Hablé nerviosa.

—No entrarán aquí, ahora ¡vete!—Exclamó señalándome el pasillo.

Levanté mis brazos y lo miré con el ceño fruncido como respuesta.
Me dirigí hacia la puerta, pero antes de traspasarla, su mano se enredó en mi muñeca y tiró de ella.

Me dedicó una sonrisa mostrándome sus perfectos dientes blancos y bajó su cabeza para plantar un beso en mis labios antes de dejarme ir.

Tuve que correr hacia mi habitación para que nadie me viera. Por suerte todos estaban en la planta baja.
Escondí la prenda del pecoso en uno de mis cajones —no sin antes absorber su fragancia impregnada en esta con mis fosas nasales— y me coloqué el pijama.

Tan solo pensar en que si hubiéramos estado dormidos o si nuestra familia hubiera llegado antes, Cole y yo estaríamos muertos.
Jack nos asesinaría si nos viera así. Es decir, sus hijos acababan de tener sexo. Siendo hermanos. Jamás se lo hubiera imaginado.

Bajé las escaleras para darme de lleno con ellos.

—¿Cómo les fue?—Pregunté en cierto tono nervioso e inquieta, moviendo los pies sin parar.

𝐁𝐑𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora