Capítulo 4

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—¿Quién quiere más pollo?—Preguntó mi madre, levantando el plato con el animal cocinado en él

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—¿Quién quiere más pollo?—Preguntó mi madre, levantando el plato con el animal cocinado en él.

Pedí por un pedazo más, uno pequeño, y la mirada de mi padre fue imposible de evitar al hacerlo.

—Deberías cuidarte con las comidas, Brooklyn.—Habló el adulto.

Bufé y dejé caer los cubiertos sobre la mesa. Era una persona detestable y odiaba que siempre tuviera un ojo puesto en mí listo para regañarme si hacía algo mal.
Me enfurecía el hecho de tener personas criticándome todo el tiempo o diciéndome qué hacer.

Y más si se trataba de Jack.

Caminé arrastrando mis pies hasta mi cuarto, donde me encerré a ver televisión.

Estuve así durante varias horas.

Miré el reloj. Las agujas indicaban las doce de la madrugada.

Mi vejiga estaba a punto de explotar a causa de todo el agua que había ingerido previamente, y necesitaba con urgencia ir al baño.

Salí con cautela de la habitación y me tomó unos segundos parpadeando el acostumbrarme al cambio de luz entre el pasillo y mi cuarto, o más bien mi cueva.

Pero al dar un paso al baño, mi cuerpo chocó contra una figura robusta y casi el doble de tamaño y altura que yo.

Puse cara de asco y miré a los ojos al dueño del cuerpo.

Cole se encontraba parado frente a mí con la misma expresión que yo.

—¿Qué estás haciendo?—Preguntó borde. Sus labios formaban una perfecta delgada línea sin emoción, y en sus ojos podía observar a la perfección las ganas que tenía de ahorcarme con sus propias manos.

—Voy al baño. ¿Acaso no es obvio?—Fruncí mi ceño y crucé mis brazos. Le di una mirada rápida y a juzgar por su vestimenta, diría que iba a salir. Sudadera, pantalones ajustados negros, Vans.—¿Tú qué estas haciendo?

No respondió mi pregunta por unos largos segundos, en cambio, se lo notaba concentrado intentando colocarse el cinturón.
Si no fuera porque se trataba de él, lo tomaría como algo tierno y divertido su gesto, con la cara centrada en hacer que la hebilla entrara en el agujero, mordiendo la pared interna de su mejilla.

—No es de tu incumbencia.

Negué rodando los ojos y tomé las dos partes del cinturón en mis manos por inercia. Cole se sorprendió ante mi acción, pero no hizo nada al respecto, al contrario, alzó sus manos a los costados para permitirme colocarle el accesorio.

𝐁𝐑𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora