Le pasé el paquete de nachos a Dina.
Lia se preocupaba por escoger la película que veríamos en Netflix.Media hora contada por reloj había estado haciendo eso.
El sueño comenzaba a apoderarse de mis ojos; mis párpados amenazaban con caer para así lograr quedarme dormida.
Finalmente nos decidimos por ver un film de terror.
No iba a negar que la actitud de los muchachos me molestó. En cierto modo, cada uno tenía su espacio y era libre de hacer lo que se le diera la gana, pero éramos un grupo, y aunque no siempre teníamos que estar juntos, hubiese sido lindo compartir una salida nocturna con ellos.
En especial porque se iban a una fiesta y ni siquiera tuvieron la cortesía de decirnos dónde. Claramente no querían vernos.
Las chicas decidieron venir a casa, puesto que mi hermano mayor —como siempre— estaba en casa de su novia y el otro pecoso había ido a emborracharse.
En cuanto a mis padres, ambos dormían en el piso de arriba, pero no hacíamos el suficiente ruido como para despertarlos.Las horas pasaban y la película no mejoraba. Siquiera nos causó un susto o indicios de que algo iba a ocurrir como para seguir viéndola, así que devoramos nuestros snacks y apagamos la televisión.
Tiramos un colchón de los que guardábamos por si algún amigo o familiar decidía pasar la noche en nuestra casa.
Dina no lo dudó y cayó rendida sobre este incluso antes de haberle preparado la cama. Ella dormía plácidamente sin importarle absolutamente nada.
Lia, a diferencia de su amiga, se tomó su tiempo para aplicarse un par de cremas y acomodarse del lado vacío de mi propia cama. Ambas dormiríamos juntas y lo consideré tierno y divertido al hacerlo luego de mucho tiempo.Pero yo no lograba conciliar el sueño.
Di vueltas sobre mi cuerpo, haciendo el menor ruido y movimiento posible para despertar a mis compañeras de cuarto.
Sólo me dispuse a repasar cada momento desastroso de mi vida. Cada situación vergonzosa por la que pasé o diálogos de los cuales me arrepentía, mientras miraba un punto fijo en el techo, dentro de la oscuridad de mi habitación.
Parecía un muerto; con los brazos reposando sobre mi pecho y los ojos bien abiertos a causa de la falta de luz.
Hasta que unos golpes extraños azotaron mi puerta.
Me salí de la cama y con mucho cuidado de no pisar a la pelinegra a medida que caminaba, me acerqué a esta.
Giré el picaporte una vez que reuní las agallas para hacerlo y respiré hondo.
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𝐁𝐑𝐎𝐓𝐇𝐄𝐑 ✔
Teen FictionAños pasaron tras la separación de los padres de Brooklyn Bedling, sin embargo esta seguía reprimiendo las ganas de matar a su padre por el hecho de como terminaron las cosas; y más ahora, que ella estaba destinada a volver con ese cincuentón que ha...