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Aquí Lucía ya está en Colombia, pero como yo no se muy bien hablar con su acento aquí todo estará escrito normal, con el mismo acento con el que Lucía habla. Por cierto, aquí empieza la maratón.
Maratón 1/4
Seis meses. Han pasado seis malditos meses desde que no estoy en casa no he tenido contacto con mi padre ni con nadie hace dos meses, lo último que se es que mi padre y todos están bien. No les he contado lo que pasó el primer día con Elijah. No tengo el valor para hacerlo.
Mi padre me contó que cada vez que Alex vuelve al pueblo va a casa a preguntar si saben algo de mi, mi padre le contó todo, al principio se asustó pero luego lo aceptó.
Hoy es mi cumpleaños, estoy yendo a un parque sola para hablar con mi padre. Me gané la confianza de Elijah, ayude en su venta de drogas, pero aún no me deja meterme en su totalidad a todos sus planes. Por si se lo preguntan, si estoy en clases. Entre en un prestigioso colegio y estoy entre los tres mejores alumnos de la ciudad. No tengo amigos, no quiero encariñarme con nadie, la única persona con la que me llevo bien es con Teresa, la empleada de Elijah. Es una mujer de treinta años, soltera y sin hijos. Es muy buena persona y me trata bien, siempre me apoya y me aconseja. Y curaba las heridas que Elijah causaba cuando me golpeaba.
Elijah no me deja salir sin un guardaespaldas, aunque para mi suerte el que tengo odia a Elijah. Es un hombre de 29 años, que perdió a su esposa ya que Elijah la asesino. El me está ayudando para llevar a cabo mi plan. El cual se pondrá en marcha hoy.
Al hacer ganar muchos millones a Elijah ha hecho que yo también gane muy buen dinero, ya que escondo parte de lo que me pagan por su droga y el también me da dinero en efectivo y tarjetas de crédito las cuales guardo.
-Matías, necesito llamar a mi padre.- Le comenté a mi guardaespaldas.
-Esta bien, señorita. Vamos en la limusina, ahí nadie la escuchara.- El siempre me ayudaba cuando necesitaba hablar con Jaden.
Marque el número de mi padre y luego de 3 pitidos contestó.
-¡Estas viva!- su grito me obligó a alejar un poco el celular de mi oído.
-Hola papá, estoy bien. No te preocupes.- Dije para calmarlo.
- No sabes cuanta alegría me da escucharte. Pensé que algo te había pasado, estaba muerto de miedo.- Respondió, escuche unas voces masculinas al fondo, quería distinguir que decían, pero nuevamente mi padre grito.- ¡Callense maldita sea! ¡Estoy hablando con mi hija!.
-Papá, me dejarás sorda.-Dije riendo.
-Lo siento pequeña. Por cierto, felices dieciséis. Quisiera estar a tu lado, pero no puedo y no sabes cuanto me duele, espero que la pases bien este día. Espero verte pronto mi Luci.- Se escuchaba con las voz rota, eso hizo que mi corazón se partiera.
-Gracias papá, tranquilo. Pronto estaré en casa, lo prometo.
-Esta bien, te paso con Alex que llegó anoche y no se ha movido de la casa esperando a que llames.- No, no, no. No quería hablar con el, sentía vergüenza.
Pero pa..- Mi frase quedó cortada por la voz de Alex.
- Hola amor.- Dijo con una voz alegre.
-Ho.. hola.- Sentía un nudo en la garganta y quería llorar, no podía hablar fácilmente sin sentir que me quebraria.
-Feliz cumpleaños amor, te deseo siempre lo mejor en tu vida. Te extraño como no tienes idea, espero que pronto nos veamos.- No sabía que responder, tenía que decirle que le fui infiel, y que no fue totalmente en contra de mi voluntad.
-También te extraño, pero cuando llegue tenemos que hablar y dudo mucho que lo que diga te va a agradar. Lo siento Alex, no puedo hablar contigo, me duele mucho esto y yo, yo ya no aguanto. Me voy a volver loca si sigo aquí.- No lo soporté y partí en llanto. Colgué la llamada, me dolía mentirle a Alex, me odiaba por haberle sido infiel, por haberle traicionado y no sólo a el, si no a mi misma. Yo dejé que Elijah me tocara sin poner nada de resistencia.
-Tranquila señorita, todo saldrá bien. A partir de hoy el juego cambia para Elijah. Hoy nos vengaremos por el daño que nos causó, se lo prometo.- Dijo Matías mirándome a través del espejo retrovisor.
-No aguantaré más los abusos de Elijah. Se acabó, hoy terminaré con su gran imperio. Vamos a casa Matías, necesito arreglarme para esta noche.- Matías obedeció y yo mientras iba pensando con cautela que haría ésta noche.
(...)
-Llegaste Fernanda. Que sea la última vez que sales de casa sin avisarme, no me querrás enojar.- Dijo apretando mi cuello con su mano, sentía que el oxígeno ya no llegaba a mis pulmones, estaba al borde la inconsciencia cuando el me soltó, haciendo que estrellara mi trasero con el suelo.
Jamás en mi vida alguien me había humillado de esta forma, jamás alguien me había hecho sentir que no valía nada, que sólo era un estúpido juguete al que manejaban.
-Quiero que te quites la ropa, iré a tomar algo y en cuanto vuelva te quiero desnuda.- Asenti temblorosa, las lágrimas caían por mis ojos. Elijah se fue, y empecé a quitarme la ropa, me senté en la cama, acercando mis rodillas a mi pecho y llorando en silencio, no pasó mucho tiempo cuando Elijah entro con una botella de Whisky en su mano. Se acercó a mi, me tomo de la barbilla y apretó mis mejillas haciendo que abra mi boca.
-Tomatelo.- Puso el Whisky en mi boca y fui tragando aquel líquido que quemaba todo a su paso. Sin embargo el dolor físico ya no era nada, comparado con el dolor sentimental. Estaba rota por dentro, siendo maltratada e incluso violada. Elijah se quitó la ropa, dejó la botella a un lado y se acercó a mi, agarró mi cabello con fuerza y me acerco a el, me beso y luego mordió con fuerza mi labio. Solté un pequeño gemido de dolor.
- Que te quede claro, maldita perra. No quiero que salgas sin avisarme.- Tiro un manazo en mi cara y con rudeza comenzó a penetrarme, ya no sentía placer, sólo dolor.
(...)
Luego de que Elijah abusara de mi, me mandó a que me bañara y me cambiara, en una hora iríamos a según el "Festejar mi cumplealos" para mi era todo menos un festejo.
Terminé de bañarme, mire mi rostro en el espejo. Al ver mi cuello note la marca de los dedos de Elijah, no era la primera vez que me estrangulaba hasta casi matarme. Tape las marcas con un poco de maquillaje y salí del baño para cambiarme y ponerme el vestido que aquel monstruo me había comprado. Era un vestido rojo de seda, suelto, pero era un poco tallado en la cintura. Mostrando mis curvas. Me puse unos tacones dorados y ate mi cabello.
Estaba lista para terminar con Elijah Montesinos.
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Reinando en la mafia
Teen FictionYo era la típica niña bonita. vivía bien, no me faltaba nada. Mis padres no eran millonarios, pero tenían suficiente dinero para vivir bien. Sin embargo, para mi no era suficiente. Desde que era pequeña amé el dinero, siempre quería más y más. Nada...