Luego de cenar Max me llevó a casa. El camino era agradable, reíamos y contábamos.-Me encanta verte feliz.-Sus ojos conectaron con los míos en ese momento, el sabía hacerme sentir especial.
-Tu me haces feliz.
Entrelazo su mano con la mía, su tacto era cálido, muy agradable. Me estire un poco en el asiento y apoye mi cabeza en su hombro, quería a este hombre. Dicen que una persona tiene dos amores, uno es el que provoca el incendio y otro es quien lo apaga, Max fue quien apagó el incendio y sano mi corazón.
El resto del camino fue en silencio. No faltaba mucho para que sea la media noche, se me estaba haciendo una mala costumbre salir hasta tarde.
-Pequeña, ¿te acompaño hasta adentro?- Dijo abriendome la puerta del coche.
- Esta bien, amor.- No me molestaba para nada, me alegraba que el sea tan atento.
Entramos sin hacer ruido para no despertar a Jaiden ni a nadie, me acompañó hasta mi habitación.
-¿Podemos hablar?-Odio que me digan eso, me asusta.
-Ehhh, está bien. Pasa, cariño.- Le dije ocultando mi nerviosismo. Tomamos asiento en mi casa y comenzó a hablar.
-Tranquila, no es algo malo. Sólo quierl aclarar un par de cosas contigo, quiero la verdad.- Suspiró profundamente hasta que volvió a hablar.- Sé que te duele lo de Alex, por que aunque lo niegues sé que aún lo amas, no imaginas cuanto quisiera que me ames así. Pero no te olbligare a hacerlo, mira Lu, si aún no estás lista para tomar esta relación por mi está bien, te esperaré lo que sea, te amo. Creo que ya sabes que contigo voy en serio, no te quiero para un rato, te quiero para toda la vida, pero necesito que tú estés lista para seguir con esto.
-Max... yo... estoy aprendiendo a olvidar a Alex, gracias a ti. Por que tú siempre me defiendes, siempre me apoyas, siempre estás para mí, me encanta cómo eres. Sí quieor seguir con lo que tenemos, pues me has demostrado ser un buen chici y valoro cada cosa que haces por mi, me estoy enamorando de ti, Max.
Me levanté y me senté encima de él, lo besé con ternura y el me abrazó por la cintura.
-¿Puedo dormir contigo? Prometo no sobrepasarme, a menos que tú lo pidas- Dijo hundiendo su hermoso rostro en mi pecho.
- Me encanta la idea, amor. Si quieres puedes ir a pedirle un pijama a Andrés mientras yo me cambio.
-Claro pequeña, enseguida vuelvo. -Salió de mi habitación, el ya conocía casi toda la casa,
Saqué mi pijama del closet y entré al baño de mi cuarto, el pijama consistía en un short rosa y una blusa blanca de tiros con in conejito. Quedé mirandome en el espejo durante unos minutos, tenía ojeras horribles y mis ojos aún estaban algo rojos por haber llorado tanto por aquel imbécil. Al salir del baño me encontré con Max con el pijama puesto sentado en mi cama, me acerqué a la cama y lo abracé.
-Vamos a dormir, nena hermosa.-Dijo besando las comisuras de mis labios.
-Está bien, amor. -Me eché en la cama y el copió mi acto. Me abrazó por la cintura y comenzó a hablarme al oído.
-Mi hermoso Ángel, llevaba tanto tiempo buscándote y ahora que te tengo no te dejaré ir. Lucharé cada día por hacerte feliz y enamorarte más. Eres todo para mí, Lucía.- Pauso por un momento, me di la vuelta y recoste mi cabeza en su pecho, sus latidos eran calmados, a diferencia de los míos que con cada palabra saliente de su boca se aceleraba.- Eres mi inspiración, mi amor, mi confidente, tienes el poder de hacer feliz a cualquiera, a mi más que todo. Alegras mi vida, con sólo saber que puedo llamarte Novia me haces el chico más felíz y afortunado.
Besó la cima de mi cabeza y empezó a acariciar mi cabello. Cada tacto de él me hacía sentir segura y calmada.
-Eres increíble, Lu. Haré que olvides al imbécil de mi primo, no entiendo cómo es posible que te haya dejado ir, con lo increíble y magnifica que eres. Te amo, Lucía Boss. -Aquello último me dijo me hizo estremecer, hundi más mi cabeza en su pecho y lo abracé, me sentía una tonta. No sabía que responder ante todo lo que me decía. -No hace falta que digas nada, tus actos dicen más, siento cómo tu corazón palpita rápidamente y cómo me abrazas. Duerme, mi Boo.
Sus palabras hicieron un gran efecto en mi, caí dormida en los brazos de morfeo.
(...)
El sonido de la alarme me despertó, cuando me di la vuelta Max no se encontraba en la cama. En su lugar había una pequeña nota, estiré mi brazo para llegar a ella y vi que decía "B esperándote en el colegio. Te quiero, besos." Sonreí al terminar de leerla y rápidamente me levanté de la cama para ir a ducharme y cambiarme para ir al colegio.
Me tocaba educación física, por lo tanto me puse un traje deportivo, estaba algo frío. El invierno estaba llegando, al igual que el final del año.
Andres estaba en el living de la casa y en cuanto entré a la sala el movió la cabeza dando a entender que nos teníamos que ir, Jaden me dio dinero para mi desayuno nos fuimos.
-¿Dormiste con Max?-Andres sonrió de forma pícara mientras entrábamos al coche.
-Si, pero no pasó nada.
-¿Qué opina el Tío Jaden de esto?- Preguntó curioso.
-Ayer lo escuché hablar con Max y le dijo que no se iba a interponer en la relación.-Abroche el cinturón de seguridad y Jaden encendió el coche.
-El es mejor que Alex, el no te ha dejado sola, no te ha hecho llorar, ha venido a hablar con tu papá y te ha defendido del imbécil de tu ex. Ha hecho muchas cosas por ti, y hacen buena pareja, también es un gran amigo conmigo.
-Tienes razón, oh mira llegamos.- Exclame quitándome el cinturón de seguridad
Bajamos del coche y todas las miradas se posaron en mi, no me incomodaba en lo más mínimo. Supongo que es lo por lo qué pasó el sábado, sin embargo no me iba a dejar intimidar por ellos, levanté la mirada y seguí mi camino.
-Todos te miran.- Dijo Andres rompiendo el silencio.
-Fíjate que si no me decías ni cuenta me daba.- Respondí con ironía.
Ambos nos reímos y no adentramos al infierno llamado colegio.
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Reinando en la mafia
Fiksi RemajaYo era la típica niña bonita. vivía bien, no me faltaba nada. Mis padres no eran millonarios, pero tenían suficiente dinero para vivir bien. Sin embargo, para mi no era suficiente. Desde que era pequeña amé el dinero, siempre quería más y más. Nada...