PSIQUE:
Cuando el sol sale, Agnes me entrega la bolsa con las cosas preparadas y me abraza.
—Recuerda bien todo lo que te he dicho: Nada de probar un mordisco de la comida que te ofrecen, y jamás te sientes en su mesa o en sus muebles. Si lo haces, quedarás atrapada para siempre ahí y no podrás salir nunca, hagan lo que hagan los dioses. Esas son sus reglas.
—Gracias por la ayuda, Agnes. No sé qué haría sin ti.
Ella me abraza con más fuerza, sonriendo cuando se separa y me insta a marcharme hacia el caballo que me espera a unos pasos de la entrada.
—Anda, ve. Estaremos aquí cuando regreses.
Yo le sonrío. Observo a sus espaldas, donde muchos de los trabajadores del palacio aguardan, observando mi partida a lo lejos. A ellos también les sonrío.
Todo estará bien.
Haré esto y las cosas serán como antes. Nada malo pasará.
Lacedemonia está cerca del continente. Los guardias me escoltan hasta el puerto de Dánae, y luego abordamos un barco que nos llevará hacia allá. El viaje dura tres días, y yo no puedo dejar de pensar en todo lo que me espera. Se siente raro poder ver el mundo otra vez lejos de las pesadillas de los gemelos de las sombras. No me es difícil quedarme en estribor, observando como el sol se pone durante ese tiempo, pues se siente como si incluso antes de que triunfe, ya lo estuviera haciendo.
Eso me da más fuerzas para continuar.
Esto saldrá bien. Lograré vencer esta última prueba y a Afrodita no le quedará de otra que llevarme con él. Y a partir de ese entonces todo volverá a la normalidad, como siempre debió ser.
Llegamos a Lacedemonia en la noche del tercer día. Para cuando damos con la cueva de la que me habló Agnes, ya casi es de día. Yo observo la gran boca de la caverna que se esconde entre dos montañas y respiro profundo. Es tan oscura, que ciertamente se toma muy en serio eso de ser la entrada al inframundo.
—Es aquí, milady —me dice uno de los guardias, ayudándome a bajar del caballo, y yo le sonrío.
—Gracias a todos por acompañarme, pero debo continuar el camino yo sola.
—Estaremos aquí cuando regrese, milady —me dice otro de los guardias y yo vuelvo a sonreírle agradecida antes de darme la vuelta y detenerme en la entrada.
El olor a musgo y a algo quemado me acaricia la nariz, mezclado con un aroma repugnante que haría que cualquiera se arrepintiese de adentrarse en este sitio, pero yo simplemente tomo los dos óbolos que guardo en mi bolsa y me los meto en la boca, sobre la lengua.
Dejo escapar una exhalación, y en cuanto atravieso el umbral de la entrada, una oscuridad me traga como si de repente ya no fuese de día y la infinita noche me abrazara por completo.
Muy bien. Hagamos esto.
Agnes me advirtió que no debo encender ninguna antorcha aquí abajo. Atraería a cosas desagradables de las que no podría escapar nunca, así que me valgo de mi sentido del oído y la poca visibilidad que tengo cuando mis ojos se adaptan a la oscuridad para guiar el camino. No obstante a eso, sobre las paredes y el techo de la caverna, hay una especie de luces pequeñas, como si fueran trozos de estrellas. Es algo fascinante, y si no supiera dónde estoy, juraría que es en el cielo.
Cada vez van apareciendo más, haciéndome de guia o de faro, hasta el punto en el que puedo ver mis manos, y cada cosa delante de mi. Es entonces cuando me detengo, cuando en efecto veo lo que parece ser un hombre, echado contra una de las paredes de la caverna, llorando desconsoladamente.
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EROS Y PSIQUE 🦋✔️ (Dioses Griegos, #1)
FantasyPsique es obligada a casarse con un hombre que no ama, pero en una noche conoce a alguien que le da otra alternativa, y sin dudarlo, escapan juntos. Eros es obligado a jugar con los sentimientos de una humana inocente, y en un trueque del destino te...