Donde Yang Jeongin intenta descubrir por qué esos ocho chicos de su universidad se odian tanto después de conocer a cada uno de ellos, al mismo tiempo que se abren las puertas de su pasado y se descubre a él mismo.
- "Hyung, no entiendo porque ellos...
- Jeongin, tu padre ya metió tus maletas a la habitación - El menor asintió.
Los abuelos maternos de Jeongin vivían en la gran ciudad de Seúl, pero hace unos pocos días su abuelo falleció, por lo que él y sus padres se mudaron de Busan a la ciudad para ayudar a su abuela en su negocio.
Se mudaron a una ciudad totalmente diferente a Busan, donde Jeongin no conocía a nada ni a nadie más que a su familia.
- Mamá, ¿Tendré que trabajar en el negocio o...?
- Si tú quieres puedes hacerlo mientras buscamos una universidad en la que puedas entrar - La señora tomó asiento en la cama.
- De hecho... aquí en Seúl hay una muy buena univerdad que además se enfoca en artes escénicas.
- Jeongin, cariño, sabes que no tenemos las posibilidades de pagar una universidad de esa clase, ¿Por qué mejor no te ayudamos a buscar otras opciones?
- P-pero puedo pedir una beca. Mis calificaciones siempre fueron muy buenas, puedo intentarlo.
- Jeongin...
- Sun hee, deja que mi niño consiga una beca - Dijo la anciana entrando por la puerta de la habitación. Jeongin se acercó para intentar ayudarla - ¡No, no, no! Seré vieja pero no inútil. Ademán, no hay nada que se resista a la belleza de Yang Jeongin.
Y era verdad, a donde sea que iba terminaba llamando la atención sin ni siquiera intentarlo. Jeongin desprendía ternura y belleza a donde sea que fuera, además de que su arma secreta era su perfecto trasero, y eso causaba que todos los ojos se posaran en él. Jeongin lo sabía y estaba orgulloso por ello, sin embargo nunca aceptó estár en una relación amorosa.
El menor miró a su mamá con sus característicos ojos de cachorro y un puchero en los labios.
- Sí, bueno, ya qué - La señora se levantó con una sonrisa - Vamos mamá, te ayudo a acomodar algunas cosas para la cafetería.
Cuando las dos mayores salieron de la habitación, Jeongin empezó a desempacar sus pertenencias, encontrándose con uno de sus objetos más preciados sin razón alguna, no recordaba como lo consiguió o quién se la dio, ni mucho menos cuándo, pero si sabía que amaba ese brazalete que decía: "Innie y..." y a hasta ahí terminaba. Cada vez que le preguntaba a sus padres si sabían quien se lo había dado, respondían que probablemente haya sido un amigo de su escuela hace tiempo, lo raro es que por más que intentaba no lo recordaba, y desde que tiene memoria ese brazalete estaba con él.
Sí, realmente era muy importante.
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- Con gusto se le asignará una beca joven Yang - Jeongin sonrió con su sonrisa llena de brackets, que esperaba y pronto se los quitaran - Sus calificaciones son altamente impecables y aquí dice que su desempeño académico es exelente. Dígame, ¿Le interesan las artes? Ya sea el baile, el canto, fotografía, artes plásticas, entre otros - El menor asintió - Si usted desea se le entregará una beca completa y podría empezar la próxima semana.