Donde Yang Jeongin intenta descubrir por qué esos ocho chicos de su universidad se odian tanto después de conocer a cada uno de ellos, al mismo tiempo que se abren las puertas de su pasado y se descubre a él mismo.
- "Hyung, no entiendo porque ellos...
Felix tocó el timbre de la casa de la señora Kim, y a penas unos pocos segundos después de hacerlo, un Minho demasiado enojado abrió la puerta quedando cara a cara con él.
—¡Ahg, no es el idiota! —El Lee mayor, enfadado, volvió a cerrar la puerta con fuerza en la cara del menor, quien formó una expresión de indignación.
—¿Quién era? —cuestionó Changbin dudoso.
—Felix —respondió para luego irse a la cocina a ayudar a su novio con ciertas cosas.
Changbin abrió los ojos pensando en que el australiano con pecas seguía esperando afuera de la casa, así que corrió para volver abrirle la puerta a Felix, quien le regaló una sonrisa que fue correspondida.
—Perdona a Minho, está algo estresado porque Hyunjin desapareció —explicó el más bajito dejando a Felix pasar.
—¿Hyunjin?, pero si él está con Jeongin. Creí que sabían.
—Él está allá, tú aquí, ¿qué más da? Ayúdanos a avanzar con la decoración. Hoy en la noche es la fiesta de Jeongin y aún nos queda mucho por hacer —expresó Seungmin pasando casualmente por ahí.
—Creo que deberías ir con Jisung a la cocina —dijo Taehyung mientras pasaba por ahí con una caja, la cual era sostenida por un brazo, ya que el otro estaba enyesado—. Escuché que tenía unos problemas con el pastel.
Felix abrió los ojos mientras se encaminaba rápidamente hacia el lugar mencionado.
Sí, Jisung tenía grandes cualidades culinarias, pero también era muy torpe.
Cuando el australiano entró a la cocina, se encontró con el de mejillas abultadas sosteniendo con trabajo las tres capas del pastel en torre, las cuales estaban a punto de caerse.
—Jinsung, what the fuck!
—¡Gracias cielo! —Miró al techo con una cara de desesperación—. Estaba decorando el pastel y tropezé, estuvo a punto de estropearse y caer al suelo todo pero lo detuve... ¡Ahora ayúdame por favor!
Felix se acercó hasta donde Jisung, pero cuando estuvo a punto de tocar el pastel, este le gritó:
—¡No, con las manos sucias no! ¡LÁVATE LAS MANOS Y PONTE LOS GUANTES!
—And Minho?!
—¡Fue a buscarme algo! ¡Apresúrate!
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Bang Chan se estaba arrepintiendo profundamente en haber aceptado acompañar a la señora Yang y Kim a hacer unas últimas compras para la fiesta de Jeongin.
Eran como agua y aceite, no podían mezclarse. A metros se notaba el odio y que no se podían llevar bien.
Eran casi tan peor como su grupo de amigos en el pasado.