Secretos... había tantos de ellos.
¿Y como decirlos? En una sociedad, machista, xenofoba, racista y homofobica es
o era imposible de hacer.
Una historia dada en el contexto de 1960, una historia de amor.
⇝100% original.
⇝Prohibida copias y adap...
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― No me lo creo. ― Nayeon se cubrió la boca con asombro.
― Si, ha vuelto a Seúl. ― confirmó Jihyo. ― Jeongyeon estaba en el supermercado.
― ¿Y no te ha saludado? ― Jihyo negó ― ¿Tu le saludaste?.
― ¡Claro que no! ¿Como crees? ― suspiró ― en cuanto la vi deje todo y eche a correr.
― ¿Porque hiciste eso? ― preguntó entre dientes.
― ¿Que le diría? "Hola ¿como estas? Recuerdas cuando tu y Nayeon tuvieron algo". ― preguntó sarcástica.
― Shhh. ― la hizo callar. ― ¿Acaso quieres que te escuchen?.
― ¿Quien me escuchara? ¿La seguridad o las paredes?.
― Es mejor que te mantengas callada, hay oídos por todas partes. ― dijo paranoica.
― ______ no se encuentra aquí, así que no veo lo malo en hablar de ello. ― Jihyo continuo insistiendo.
― Solo no digas nada. ― masajeo su frente.
― ¿Acaso sientes algo? ― miro fijamente a su amiga.
― No, no soy enferma... ella se fue hace ocho años.
― ¿Y que? Ya sabes lo que dicen... donde hubo fuego cenizas quedan.
― No hubo fuego, nisiquiera un pequeño humo a comparación lo que tengo con ______.
― ¿Entonces lo han hecho? ― preguntó Jihyo un poco impactada, pues no sabía muy bien el rollo de las relaciones intimas entre dos mujeres.
― No, nisiquiera somos pareja.
― ¿Y como sabes que es fuego? ― inquirió.
― Yo solo lo se y ya. ― vio el rostro de su amiga esperando una respuesta mas solida. ― Es como cuando lo conociste a Daniel, ¿Recuerda lo estúpida que estabas? Y siempre me comentabas que tu corazón estaba a punto de salirse cuando estabas a su lado, pues es lo mismo.
― Sabes que tengo taquicardia ― dijo a la defensiva.
― Deja de mentir, solo no quieres aceptar tu comportamiento raro de adolescente.
― Okay ― dijo finalmente admitiendo la situación. ― cambiando de tema... ¿Porque hay tanta seguridad aquí? Parece una prisión.
― Pero esto es al revés que una prisión, los guardias están para que no entren los malos.
― ¿Y ahora que hizo el idiota? ― Jihyo sabía muy bien que esto se trataba de Seungjae.
― Nos amenazo a todos.
― ¿A mi igual? ― abrió los ojos mientras se llevaba una mano al pecho.
― A ti no, pero a mis padres, a ______ y a Youngjae.
